"HIV won't kill me, your indifference will."
By @LucasFauno Photo: Marianella Pietraccone ONE - CAUSE OF DEATH I'm exhausted by society's need for me to be "the AIDS sufferer." My positive body is a calming factor for the most fascist right. They revel in a Catholic guilt they know how to impose on us. If I'm the one carrying the cross, they can walk lightly.

Share
Por @LucasFauno
Foto: Marianella Pietraccone
UNO- CAUSAL DE MUERTE
Me agota la necesidad que tiene la sociedad de que yo sea “el sidoso”. Mi cuerpo positivo es una calma para la derecha más fascista. Se regocijan en una culpa católica que saben imponernos. Si yo soy el que carga la cruz, ellos podrán andar livianos. Es más probable que muera de tristeza a que me muera por alguna enfermedad relacionada al VIH y Sida. No señalen al VIH ni al sida de sus ganas de verme culpable y muerto para vivir un día más en su santa tranquilidad.
En el secundario aprobé todos mis trabajos de VIH y sida con 10. Hoy vivo con el virus. Será que la educación sexual en este país sigue siendo rehén de un Estado católico, apostólico y nada romántico. Picadora de carne que vomita chivos expiatorios. Desedúquennos y nos vencerán. Ni mi mamá me va mimar cuando se entere que cojo sin forro, ni mi papá me va a amar cuando sepa que soy trolo.
Me deseduqué en los noventa. Década infame en la que el sida fue un gran tema de novelas y películas. Al ritmo de la marcha neoliberal y las remeras de Cancún para un pibe que ni siquiera conocía su propia sexualidad, el tema era muy “más allá de la General Paz”: acá no pasaba. En esa misma época se aprobaba la Ley nacional de Sida: la 23.798 que hoy queda vieja, obsoleta. La que evidencia una falta de abordaje en temas de Derechos Humanos. Ley vetusta que no contempla a lxs pibxs que crecieron, porque claro, en esa época de Mtv y Ferraris nadie imaginaba que iban a hacerlo. Ley con tanto olor a rancio como todos los diputados que hace poco se levantaron y se negaron a votar la nueva Ley Nacional de Sida. Una que contempla las demás ITS (infecciones de transmisión sexual), que habla del ámbito laboral, que se centra en que la muerte por VIH y sida no siempre es física: nos asesinan socialmente. Pero para los y las diputadxs no somos urgencia.
DOS- CULTURA DE LA CURA
Si yo padezco depresión por los efectos secundarios de mi medicación y por eso decido suicidarme, desde el infierno al que espero ir –el paraíso me parece muy careta-, responsabilizaré a todos y cada uno de los que calló el tema de lo que pasa cuando nos medican. ¿Decido yo? Poco. Soy un cuerpo mercantilizado. Rehén del miedo y de las corporaciones, seguro. Pero yo deseo vivir. Y para eso quiero mi medicación. La que me corresponde, no la que les reditúa más. Y hoy en los hermosos informen de VIH y sida nadie habla de los faltantes de reactivos. No hay voces oficiales por parte del Gobierno. Son las organizaciones las que abren el diálogo, las que acompañan ese andar de cuerpas agotadas que van por hospitales. No me está matando el virus, me está matando la angustia de andar como si fuese un criminal. Debemos testearnos entre tres y cuatro veces al año, pero no hay reactivos. Hay silencio.
Y para los medios lo único que importa acá es la cura. Cada dos meses se me llena el muro de Facebook de amigxs agitando felices una falsa bandera de la victoria. Miles de veces compartido un titular que dice que ya está, que la cura viene de una abeja o de un ciudadano radioactivo y no sé qué más. ¿Por qué les importa tanto? ¿Por mí? No creo, permítanme dudar. Una cura significa que si algún día tienen que atravesar el umbral de la vergüenza y quedar de mi lado, existiendo ésta ya no será tan grave. Celebran su salvación a futuro, no mi salud. ¿Y por qué digo esto? Porque cuando hay una noticia como la falta de medicación o de entregas de preservativos, son infinitamente menor la cantidad de veces que se comparte. No les urge mi vida, porque claro, se sigue pensando que tenemos “la pastilla” para vivir. ¿De qué vida hablamos? ¿de qué calidad de vida? Si me cago o me mareo todos los días, si me deprimo, si no me animo a tomarla delante de mi chongo por el estigma que esto supone, eso no lo veo en ningún muro. Eso se trata closet para adentro. Para afuera todavía soy un “portador de sida”… SIDA… porque siguen usando terminología noventosa. Quizás se note menos porque vivimos un rebrote neoliberal, pero qué quieren que les diga, a mí me sigue doliendo.
TRES- VOZ ALZADA
Y mientras me leen y se les cae un “qué resentido este puto”, o un “si lo tiene es porque no se cuidó”, les comparto (no confieso) que esta situación de salud es mi responsabilidad, es mi error, sin duda. Pero también los invito a que nos pensemos y repensemos. No faltó educación porque memoricé todo lo que debía. Estoy seguro que a mí me faltó confianza e información. El placer del dedo acusador se los dejo a ustedes, yo no voy a marcar al que me lo transmitió. Me quedo pensando que si no hubiese pensado que yo era un puto feo e incogible, capaz hubiese podido haber charlado con mi pareja y decirle de testearnos antes de dejar de cuidarnos. Pero claro, cuando en la noche un falo te elige como pila bautismal de su fluir, a uno -que le brota sangre de todas las agresiones- poco le va importar lo que pueda pasar. Me sentía elegido, amado. En el cajón se quedaba el preservativo y también todos los compañeritos que me decían ‘putito’, todas las publicidades de boxers que me decían ‘flaco de mierda’, todos los garches ocasionales que no querían ni saber mi nombre ni mi horóscopo. Dejé mucho en ese cajón. Hoy lo entierro todo. Todo. Las metáforas están servidas.
Hoy dejo de ser solo una estadística y le pongo rostro al VIH, mi orgullo no es un virus sino la visibilidad que me permite hablar y me libera de la muerte. Hoy descubro mi placer de las mil maneras que ustedes suponen que prohibirme.Y cuando digo “ustedes”, que cada santo se haga cargo de a quién le hablo. Y que el 2 de diciembre no se te olvide que nosotrxs vivimos con el virus todo el año, no solamente en esta fecha.
Hoy les invito a dialogar, a gozar de la lengua tanto en los genitales como en la voz alzada. En la mano alzada. En la libido alzada. Repugno esa mamushka de closets dónde pretenden esconder nuestra sexualidad. Porque tanto adolescentes como adultos mayores se infectan por descarte de no ser el centro del universo macho falocentrista. Porque la información escasea o peor aún, se silencia. Acá ya no se calla nadie más. No se calla nuestra voz ni nuestro cuerpo, nuestro llanto ni nuestro placer. Somos muchas las voces positivas que necesitan dudar y hablar, pero por temor a ser humilladas nos quedamos en el molde. Y con total impunidad dirán: “lo mató el sida”. No. El sida no obliga a que nos quedemos calladxs, ni te niega datos, ni lucra con tu cuerpo. Eso lo hacen gobiernos y corporaciones.
CUATRO- NO
A mí no me va matar el VIH, ni el sida, a mí me va a matar tu indiferencia.
Bueno, no lo voy a permitir. Ni a mí, ni a nadie.
We are Present
We are committed to a type of journalism that delves deeply into the realm of the world and offers in-depth research, combined with new technologies and narrative formats. We want the protagonists, their stories, and their struggles to be present.
SUPPORT US
FOLLOW US
Related Notes
We Are Present
This and other stories don't usually make the media's attention. Together, we can make them known.



Dear Lucas… Indifference is a terrible abuse because it's abandonment. Beyond religions and religious figures, when we are abandoned and loneliness is so unbearable it terrifies us, the only one who reaches out is God. Clarification. I disbelieve in religions and religious figures, but not in God, because I've understood that for all creation—and that's what we are—there is a creator.
I am one of those "saints" who takes responsibility for whomever you're talking about, because I judge homosexuals not from their condition but from their decision, understanding that the decision makes the condition in the same way that opportunity makes a thief. You well know that as adults we are what we decide: kings or slaves, heroes or villains, gods or devils, and we have to take responsibility for those decisions, knowing that every reproach we make is an attempt to hold others responsible for our decision. This has nothing to do with the state of weakness (depression) where others take advantage to dominate us, or the state of helplessness (childhood) where others take advantage to abuse us; these are situations beyond our power to decide, but it is also quite true that "every pig has its day," and when that time comes, it will be our decision to seek justice.
I am not writing to reproach you. I will raise my flag for your cause because the state cannot abandon you, or anyone else. It is there for that, to rescue, assist, and intercede for its citizens. It must be like blood, rushing to the place of wound without waiting to be summoned. And when it doesn't come, it will be us—you, me, the infection—who will reclaim it, or risk throwing our corpses upon its sovereignty if they do not respond appropriately, without handouts, demagoguery, or self-promotion. As it should! But that's it... I will not cry for you. I don't want you to live in pain, reproaching out of indignation, dismissed by those who should and don't help you, I don't want the side effects of your medication, I WANT YOU TO HEAL!
I believe in the body's self-repair (animals and plants do it, why not humans?), in alternative options that medicine rejects, such as RPI (Induced Deep Relaxation) by neuroscientist John C. Lilly. HYDROGEN PEROXIDE by M. Cavagnaugh. WATER HEALING by Dr. Masaru Emoto harmonized with high frequency; THE electronic bactericidal square wave ZAPPER by Dr. Hulda Clark. VEGANISM, a practice that rejects the use and consumption of products and services of animal origin as a healing food behavioral reorganization. I believe in myself! I believe in God!
I DO NOT PROMISE OR SELL ANYTHING for the simple reason that I cannot generate false expectations. Many of the things I've mentioned were developed by scientists (as they identify themselves), and I base my conviction on the reports of Dr. Guylaine Lanctôt. I'm just saying that I believe in these alternatives more than anything else. As the song says... Who said all is lost? I come to offer my heart. As I said at the beginning, I maintain at the end... We are what we decide, and the decisions are ours. Best regards.