Chile: una peluquería beca a personas trans: “Estamos aquí para empoderar”
En un rincón de Providencia, muy cerca del Parque Inés de Suárez en Santiago de Chile, existe una peluquería casi escondida en el segundo piso de un edificio antiguo. No es cualquier peluquería. Es un espacio alternativo e inclusivo, atendido por tres jovencitas risueñas. Además de ofrecer los servicios clásicos de un salón de belleza, brindan ayuda y asesoría de imagen exclusiva y gratuita a personas trans.
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Por Airam Fernández, desde Santiago de Chile Fotos: Josean Rivera En un rincón de Providencia, muy cerca del Parque Inés de Suárez en Santiago de Chile, existe una peluquería casi escondida en el segundo piso de un edificio antiguo. No es cualquier peluquería. Es un espacio alternativo e inclusivo, atendido por tres jovencitas risueñas. Además de ofrecer los servicios clásicos de un salón de belleza, brindan ayuda y asesoría de imagen exclusiva y gratuita a personas trans. “Sería ingenuo pensar que la apariencia no importa. Mucho más cuando se te asigna un género con el que no te sientes representada”, cuenta Alexa Soto, una de las chicas detrás de Petite Salon. Lo dice por experiencia propia. A los 23 años inició su transición, cuando trabajaba en otra peluquería. Ahora tiene 26 y asegura sentirse feliz de liderar un proyecto como este junto a Sofía Sepúlveda (28), a quien conoció trabajando en otra peluquería, y a Mariela Siri (28), una antigua clienta. Se conocen desde hace casi tres años. Hoy son mejores amigas. Socias, además, después de juntar ahorros y esfuerzos por un sueño.
La «Beca Petite»
Desde hace ocho meses, cuando inauguraron el lugar, Alexa y Sofía, estilistas de profesión, se encargan de la mano de obra, mientras que Mariela coordina la parte logística. Pasan los días rodeadas de espejos, maquillaje, tijeras y tintes de pelo, en un espacio decorado con pelucas de colores, muchas plantas, libros de arte, mangas, revistas y hasta la compilación impresa de selfies que Kim Kardashian ha publicado en Instagram. Alma, la mascota de Alexa, tiene una esquina especial en el salón. Desde ahí empezaron a convocar y difundir la “Beca Petite”, conocida en la comunidad como la “Beca Trans”.Un llamado abierto
La beca empezó en noviembre. Publicaron la convocatoria en la cuenta de Instagram de la peluquería y en sus cuentas personales, con un llamado abierto. “En realidad no tenemos un proceso de selección muy formal. Solo pedimos que nos cuenten algo de su historia y que nos digan por qué creen que necesitan nuestra ayuda. Es el único filtro, porque ni siquiera foto les pedimos” explica Mariela. Así evalúan prioridades y agendan fechas. “La idea es no dejar a nadie por fuera”, dice Sofía. Hasta ahora, 15 personas trans han recibido la asesoría. La mayoría recién empieza el proceso de transición. Y no es cosa de una vez. Si el pelo creció muy rápido o si quieren retocar las cejas, por ejemplo, siempre pueden volver.“Queremos enseñarles cómo se puede potenciar la belleza de cada quien”
El año pasado atendieron a una niña de seis años. Hasta ahora, es la única persona trans que no ha llegado por la beca. Su mamá se enteró del trabajo que hacían en la peluquería pero no la inscribió, sino que la llevó como una clienta más. Es uno de los momentos más lindos que Alexa atesora en su oficio. “Le habían dejado crecer mucho el pelo, entonces se lo cortamos muy lindo y acorde a sus facciones. Cuando llegó estaba súper tímida pero apenas la mamá le dijo que yo era trans, a ver si se soltaba, fue un cambio de actitud impresionante”, recuerda.Un espacio seguro para la comunidad trans
Las citas en la peluquería las organizan en grupos de dos personas. Desde el principio lo resolvieron así, porque la primera vez estaban muy nerviosas por el paso que estaban dando. “No teníamos idea de cómo sería ese encuentro, si sería incómodo o incluso si alguien se animaría a escribirnos. Por eso pensamos que si venían de dos en dos sería más fácil romper el hielo”, dice Mariela. Ahora lo ven como una estrategia que funciona para expandir la comunidad y generar lazos entre personas trans que probablemente de otra manera no se hubiesen conocido. Al terminar la sesión de belleza y cambio de look, hacen un almuerzo. “Nos interesa mucho que sea un encuentro más humano y por eso nos sentamos a conversar, a comer, a tomar algo, hablamos de sus experiencias, les pedimos que nos cuenten cómo se sienten, yo les cuento mi historia y tratamos de que sea un momento muy bacán, como estar entre amigos”, dice Alexa.Somos Presentes
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