Así funciona uno de los primeros consultorios inclusivos de Argentina

El consultorio inclusivo del Hospital Castro Rendon en Neuquén realiza intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales de forma gratuita y sin necesidad de obra social. Además de garantizar derechos establecidos en la ley de identidad de género, para muchas personas trans es la primera vez que acceden a la salud.

El consultorio inclusivo del Hospital Castro Rendon en Neuquén realiza intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales de forma gratuita y sin necesidad de obra social. Además de garantizar derechos establecidos en la ley de identidad de género, para muchas personas trans es la primera vez que acceden a la salud. Por Laura Loncopan Berti, desde Neuquén Fotos: Matías Subat Cinco meses después de la sanción de la ley de identidad de género en Argentina (el 9 de mayo de 2012) y a 1.163,7 kilómetros del Congreso, Benjamín Génova, un varón trans, recorría los pasillos del hospital Castro Rendon en Neuquén capital para comenzar su hormonización. La ley establece, además de habilitar la rectificación registral en el documento, el derecho a acceder a intervenciones quirúrgicas y tratamientos integrales hormonales sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa. “Ya había podido contar que era Benjamín. Benjamín fui siempre. Después de la ley se hablaba más en las redes sociales y ahí me acerqué, en octubre de 2012, al Castro. Estaba sin cobertura social y tenía un trabajo no registrado», cuenta a Presentes. El tratamiento fue el primer paso. Tres años después, el 23 de octubre de 2015, llegaría la masculinización de tórax, que es la quita de la glándula mamaria y la reimplantación de la areola y el pezón en un tamaño y posición adaptada al tórax masculino. “Nadie iba a insistir por mí” “En ese momento, sin obra social, si yo no insistía no iba a insistir nadie por mí. Era yo el que se tenía que fajar todos los días para ir a laburar a la carpintería, era yo el que no se podía sacar la remera cuando iba al río en verano. Me acompañaron los compañeros de la Mesa por la Igualdad. Hicimos la nota en febrero de 2015 y nos respondieron a las dos semanas. Estábamos chochísimos. Fuimos a esa reunión y planteamos muchas cosas, hasta lo más mínimo, planteamos todo lo que tenía que ver con la diversidad”, recuerda. En 2015 el consultorio trans del Hospital Provincial Castro Rendon recibió 90 pacientes. Al año siguiente 212 y de enero a abril de este año 72. El equipo está compuesto por dos endocrinólogas, Daniela Boccazzi y Amalia Ghiglioni y un cirujano, Ignacio Del Pin, que participó de la masculinización torácica de Benjamín.

Acceder a la salud por primera vez

“Nosotros recibimos pacientes de primera vez, que nunca habían accedido a un control médico, menos a una endocrinóloga. Pacientes vírgenes de tratamiento hormonal o pacientes que ya tenían tratamiento y lo hacían por su cuenta y ahora quieren tener un tratamiento hormonal supervisado”, dijo Boccazzi a Presentes. Las profesionales atienden en el consultorio 8, todos los martes, de 8 a 12. No se necesita derivación para acceder, directamente se saca turno por ventanilla. El hospital provee la medicación a quienes no tiene obra social. “Después de la ley (de identidad de género) había que tener el consultorio y nosotros no solo quisimos llevar a cabo la ley sino además queríamos tener un consultorio con la capacidad real para atender a los pacientes y nos fuimos a capacitar durante un año entero al hospital Durand, que es un hospital de referencia en la atención de pacientes trans”, enfatiza la médica.
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Y agrega: “por más que seamos endocrinólogos y nos hayamos formado en el tratamiento hormonal, nadie nos formó para hacer un tratamiento hormonal cruzado en pacientes trans. Muy poca gente en Buenos Aires lo hacía de hecho.” Sobre su experiencia en casi cuatro años del consultorio sostiene: “lo mejor es poder dar la atención a pacientes que antes no tenían esa oportunidad, porque antes por ahí uno tenía que derivar un paciente y decirle: “no yo no hago esto, a mí no me enseñaron. Que eso no pase y que nosotras podamos atender a un paciente que viene por un cáncer de tiroides o un paciente trans es ampliar nuestra visión como profesionales.”

Operarse o no

Benjamín es padre de dos hijos de 16 y 11 años y hoy trabaja en la Dirección Provincial de Diversidad de Neuquén. El año pasado, ya con obra social, se hizo una anexohisterectomía, que es la extirpación del útero y sus anexos, trompas y ovarios, y va camino a la faloplastía: la técnica quirúrgica que permite la reconstrucción del pene de dimensiones anatómicas.
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¿Cuán decisiva es la transformación del cuerpo en este proceso? Benjamín contesta: “Para mí sí, porque yo lo siento así, pero no sería capaz de transmitirle esto a otro compañero. Yo no hago esto para ser más hombre. Yo soy varón desde que tengo razón de ser, no me hace varón tener pene, pero sí me voy a sentir feliz con mi cuerpo”. “Los varones trans, al menos el grupo del que formo parte, nos planteamos que la masculinidad es una construcción, que no queremos ser el macho patriarcal que daña a la sociedad, y puntualmente a las mujeres. De hecho ese mismo patriarcado a nosotros nos ha dañado antes de toda esta transición, de todo este cambio que cada uno decide para su vida”.]]>

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