23 de septiembre de 2022

Pilar Salazar

Pilar Salazar

Edición: María Eugenia Ludueña

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El Drag Queen es un arte, y es un movimiento de la cultura popular que en Guatemala tiene sus orígenes en el transformismo de los años 90 y los certámenes de belleza. En esa época, visibilizó a otras identidades. Una de las tantas teorías sobre su origen es que surge como una forma de exagerar y burlarse de los roles de género femenino en la segunda mitad del siglo XIX.  Aunque ya en el siglo XV se podían identificar pistas de esta práctica a la inversa, como la performatividad masculinizada de Juana de Arco con el Drag King. El arte drag en Guatemala empezó a pisar un camino más fuerte a partir de 2016. 

Para saber más acerca de esta forma artística y política de resistencia, conversamos con tres artistas drag jóvenes de la escena guatemalteca: Gabo Quiroa, Badass Joto y Joan Who. Integran las colectivas Drag Besties, Orfanato Drag y Las hijas de la drag puta. Y nos cuentan sobre la resiliencia y la visibilidad en un país donde no hay leyes para proteger a la comunidad de la diversidad sexual, y ser drag se transforma en un acto político. 

Gabo Quiroa: “Somos un acto de rebelión y resistencia”

Gabo Quiroa es un joven de 25 años, se considera no binarie y artista drag nacional. Es publicista profesional. Pertenece a la colectiva @Dragbesties de artistas diverses que promocionan espacios drags desde hace cinco años. Amante de la cultura pop, la música, las producciones y las plantas. Gabo se siente cómodo en cualquiera de los tres pronombres: elle/ella/él.

Dice que no hay diferencia ni dentro como fuera del escenario. Es el mismo allí y en la cotidianidad, sin etiquetas, explica a Presentes. En una entrevista de un medio local en el 2021 mencionó que el drag tuvo un mayor empuje gracias a una era digitalizada, una familiarización de las redes y las tendencias.

– ¿Cómo fue la escuela o el colegio para ti, siendo alguien diverse?

-La verdad un poco normal, siempre me sentí diferente y que no encajaba, pero siempre fui una chica popular (risas). En retrospectiva me doy cuenta que eso que sentía, ser siempre la persona diferente, era porque ya era una persona diversa y aún no lo sabía. Pasé por varios colegios católicos, y siempre destaqué, era abanderade, presidente de clase o estaba en comités de cultura, en el equipo de básquet. Hacía teatro, oratoria, participaba en las semanas culturales, cantaba. Únicamente me hubiera gustado saber que pertenecía a la diversidad a una edad más temprana. Creo que hubiera afrontado de una forma más valiente muchas cosas. Pero… cada quien tiene su tiempo.

Mi mamá y mi abuelita además de mi grupo de amigos, son mi familia y recibo un apoyo incondicional de Todes.  No podría estar donde estoy, sin elles.

-¿Cuándo te iniciaste en el drag queen y qué te motivó?

-Como mi deseo de ser artista ha estado presente desde que tengo memoria, pues era esa búsqueda incansable de llegar a escenarios lo que me proyectó y dio la oportunidad de empezar en el drag, ya hace 5 años. Siempre he sido “showcera” y aún más cuando salí del closet a los 18 años. Desde entonces he estado metido en el mundo artístico nacional, conociendo a les diseñadores,  fotógrafos, ilustradores, curadores y as. Esas amistades y conocimientos me fueron abriendo puertas, dándome la oportunidad de tener dos primeros shows. Uno fue en una fiesta de Halloween que hicimos con otros dos amigos, llamada Halloqueen en 2017. Otro, ya oficialmente presentando mi nombre en un show en 2018 en la final de la décima temporada de Rupaul’s Drag Race.

-¿Cómo es hacer drag en Guatemala? 

-Es político, desde el hecho de pensarlo. Somos un acto de rebelión y resistencia que lucha contra el sistema de la forma más bella, usando nuestras mentes, voces, cuerpos y arte.  A nivel mundial, regional y local el drag es resistencia ante todos los tipos de sistemas de opresión. Somos responsables no sólo de entretener, sino de ser portavoces de muchas causas. 

 Joan Who: “Ser drag me ha salvado la vida”

Superar el bullying, la gordofobia y la plumafobia fueron hitos importantes para la vida de Joan Who. A los 24 años Joan es una artista drag, una persona trans género fluido que se identifica con cualquiera de los pronombres elle/ella/él.

Su personaje surge de varios puntos. Uno de ellos: el juego de palabras que se escucha: JuanJo. Otra razón: Who significa “quién” en español y eso se adapta a su personaje, que puede jugar entre géneros sin importar quién ser: “Tu varón, varonesa o lo que fluya, me identifico como una obra de arte hecha persona, divertidx, fluyente y sexy.”

Se inició en el drag en 2018, con apenas un set de brochas y una base que le costó menos de 50 centavos de dólar. Aunque admite que toda su vida soñó con esto que ahora le pasa.

Fuera de la escena drag trabaja como agente de call center. Con su familia “natural” tiene una relación muy grande y amorosa. Y dice que recibe mucho apoyo de parte de ellos, a quienes considera sus más grandes fans.

“Recuerdo tomar la ropa de mi hermana y las sábanas de mi cama, hacer unos “vestidos” poner música y sentirme en un escenario haciendo un performance, literal estoy viviendo mi sueño”, recuerda. 

Su infancia fue difícil, llena de bullying y malos tratos por ser diferente. Sentía que su cuerpo no encajaba. En la secundaria obtuvo la ayuda de organizaciones como Otrans Guatemala y Somos para informarse y aceptar su realidad, amarla y defenderla.

-¿Cómo te influye a nivel personal tu personaje drag?

-Puedo decir que ser drag me ha salvado la vida. He pasado por experiencias que no deseo que alguien pase, en donde no he sentido motivación ni razón para seguir viviendo. Joan me vino a demostrar lo bello de la vida, la razón para estar y el anhelo de demostrarle a la gente que se siente o se ha sentido como yo. Que sí hay luz al final del túnel. Que siempre hay color y felicidad en dónde vemos que todo es gris y triste.

Joan pertenece al Orfanato Drag, que inició en el 2021. “Una familia verdadera.La colectiva nació de 5 chiques iguales a mí, en el hecho de empezar en esta escena soles aprendiendo con tutoriales, en medio de la noche. Allí vimos nuestro potencial”.

-¿Considerás el drag pueda ser una forma política de resistencia?

-El drag de por sí ya es político porque desafiamos al sistema,  sus reglas y leyes. Es un acto de revolución porque nos hacemos ver y escuchar. Nos hacemos valer por quienes queremos ser, sin importar si gusta o no, añadiendo la importancia que les drag y personas trans han tenido en nuestra comunidad, ya que sin elles no tendríamos el ejemplo y pasión de exigir nuestros derechos. Es salirse de los estándares pedidos y permitidos, hacer notar que la diversidad se presenta en varias formas, y que cada una de ellas es tan válida como la otra. Trato siempre dejar un mensaje que está bien ser diferente, hacernos validar y no conformarnos con lo que “es aceptable”. 

Badass Joto: Del insulto a la resignificación

Eduardo, tiene 23 años y es un psicólogo industrial/ organizacional que le da vida a Badass Joto, su personaje drag. Se considera una persona extrovertida, amistosa, bulliciosa y empática. Se siente cómodo con los pronombres él/ella.

Badass Joto surge  de utilizar una de las palabras que han servido para humillar a las personas de la comunidad LGBTIQ+ “Joto”, resignificando el insulto para “empoderarse”, mientras “Badass” porque se siente poderosa e indestructible, afirma. «Siempre quise un nombre que no fuera ni totalmente “femenino” ni “masculino”.»

-¿Cómo te defines dentro de este abanico de posibilidades diversas?

-Es una pregunta a la cuál le he dado mucho análisis últimamente y no he logrado llegar a una conclusión. Por el momento, me defino como una persona queer rondando en todo el espectro.

Para Badass su familia directa es su mamá, de quien ha recibido mucho apoyo. Aunque admite que no fue inmediato sino un proceso de muchas charlas y peleas acerca de hacer drag, incluso ahora es una de sus fans favoritas. 

“Mi personaje drag ha ayudado a Eduardo a aceptar y abrazar su feminidad más. He podido vivir sin algunos de los miedos que antes me perseguían. Así como el apoyo y cariño de la gente, me hacen sentir abrazada y querida.”

-¿Cuándo te iniciaste en el drag y qué te motivó?

-Yo frecuentaba mucho los eventos de la colectiva DragBesties, y me conecté de forma inmediata con el arte drag. Tuve la oportunidad de subirme al escenario en mi primera presentación (no iba en drag), pero desde ese momento supe que ahí era donde yo pertenecía, en el escenario.

Inicié en el arte drag debido a una invitación que tuve de mi madre drag, Peppe Pig, a participar de un show. Entre las dos conseguimos las cosas y ella fue la encargada de maquillarme.

Poco a poco, iba haciendo cosas por mi sola, es lo que me ha ayudado a crecer dentro de mi arte. Sin embargo, poseo una familia escogida y colectivo Las Hijas de la Drag Puta, que han sido parte fundamental de mi aprendizaje y crecimiento. Somos una familia de 7 performers: Amelie Lumiere, Bocado de Reyna, Christina XCX, Fatty Mami, Nauxea, Peppe Pig y su servidora.

-¿Consideras posible que el drag pueda ser una forma política de resistencia?

Definitivamente, ser Drag Queen ya es un acto político. Es una forma de demostrarle al gobierno que no tenemos miedo y que estamos luchando por los derechos que toda la comunidad merece y necesita. En algunas ocasiones, hasta somos un estandarte de la comunidad por el hecho de ser visibles. Es poder compartir tu mensaje con las personas que te escuchan. Aunque no todas las drags se proclamen como personas políticas o activistas, al momento de empezar a hacer este arte ya es un acto político.

Mensajes para las nuevas generaciones de drags

Le preguntamos a todes ¿Qué consejos y qué mensajes le darían a las nuevas generaciones de la comunidad de la diversidad sexual según sus experiencias de vida? Y en esto coincidieron: 

¡No tengan miedo! Son seres fuertes y maravillosos

Todo va a mejorar si están en un mal momento.

Que se atrevan a soñar.

Hay que dejar de quejarse y aprender a ocuparse, porque podemos ser el cambio que deseamos ver.

Busquen su libertad, su felicidad y su esencia.

Amen a quienes fueron, y a quienes son. El amor propio es la clave.