Una pareja de Perú pelea hace 3 años para que se les reconozca la comaternidad

Darling Delfín y Jenny Trujillo luchan desde hace tres años para que Perú les reconozca el derecho como familia diversa.

Por Vero Ferrari 

Darling Delfín y Jenny Trujillo llevan juntas casi una década. En febrero de 2012 se casaron simbólicamente en Lima, en un evento que organiza la Red Peruana TLGB desde hace 16 años cada 14 de febrero por el Día del Amor: “El amor no discrimina”. En 2012 Darling y Jenny se casaron legalmente en México y en agosto de 2014 nació Dakarai, su hijo. Un año después decidieron volver a su país. En México ellas son automáticamente madres de Dakarai por estar casadas, y así se registra en su partida de nacimiento. En Perú esa posibilidad se les ha negado una y otra vez. Aquí, Dakarai solo es hijo de quien lo ha parido. El Estado peruano ha sentenciado que la otra madre no existe. Empezaron una batalla legal hace tres años y ahora el Poder Judicial declaró admisible el caso.

En Perú hay dos proyectos de ley en el Congreso de la República, uno de unión civil, presentado por la congresistas que originalmente pertenecían a la bancada oficialista. Y otro de matrimonio igualitario, presentado por la bancada del Nuevo Perú, que aún no han sido siquiera debatidos en comisiones, por las constantes crisis que atraviesa el gobierno actual.

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Una batalla en el Registro Civil

El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) expidió el DNI (documento nacional de identidad) de Dakarai, donde reconoce la nacionalidad del niño y la maternidad de solo una de ellas. El 15 de diciembre de 2016, las madres solicitaron a Reniec emitir un DNI que reconozca la relación filial de ambas.

En este tiempo que llevan esperando, aparte del cuidado de su hijo y sus labores diarias, la pareja se dedicó a levantar una campaña a favor del reconocimiento de las madres lesbianas con apoyo de la organización feminista Demus (Estudio para la Defensa de la Mujer). Lo hicieron a través de la fanpage “Tengo dos mamás”, recibiendo el apoyo de artistas, políticos y ciudadanos que se solidarizan con su situación.

Presentes conversó con la abogada de la pareja, Jeannette Llaja, quien nos actualizó sobre la situación del caso:

– ¿Qué implica para dos madres lesbianas el no reconocimiento de sus derechos por parte del Estado peruano?

– En el caso de Darling y Jenny, el Estado peruano ha creado la ficción de que no tienen un hijo en común y que Jenny no es madre del niño con el que se ha visto involucrada desde su gestación, ha criado desde que nació y la llama mamá diariamente. Esa decisión tiene consecuencias muy graves y peligrosas para cada integrante de esta familia y para la familia.  Se dejan de lado los derechos y deberes que existen entre ellos y que deben ser respetados por los demás. De plano, Jenny no puede representarlo, cuidarlo o incluso evitar que se lo quiten.

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Además, se trata de un caso en el que los funcionarios del Reniec tenían las herramientas jurídicas para reconocer el vínculo filial de este niño con sus dos madres, solo que decidieron no utilizarlas por miedo, por insensibilidad o por homofobia. Y más allá de las razones, evidenciando que la defensa de los niños y niñas y el Interés Superior del Niño que cada cierto tiempo el Estado pregona, es endeble, pues ante la disyuntiva de proteger a un niño o niña o desconocer los derechos de sus madres lesbianas, optan por esta última opción.

Demás está decir que un caso como el de Jenny y Darling coloca en el debate el derecho a decidir sobre ser madre o no que tienen las mujeres en general y las lesbianas en concreto. Derecho que como ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Artavia Murillo vs Costa Rica o el mismo Tribunal Constitucional peruano, deviene del derecho al libre desarrollo de la personalidad y el de privacidad.

– ¿Por qué la lucha de Darling y su pareja es importante?

– Es importante en muchos sentidos, pero quisiera relevar dos. Primero, porque está creando un precedente argumentativo y esperemos un hito en el derecho nacional sobre la maternidad lésbica. Y, en segundo lugar, porque evidencia cómo el Estado y la sociedad tienen un doble discurso frente a la protección de los niños, quienes son utilizados incluso perjudicándolos como en este caso, para frenar el reconocimiento de derechos de las personas LGTBI.

– ¿En que está actualmente el proceso?

– El caso ha sido declarado admisible en el Poder Judicial. Esperamos que en estas semanas se notifique a Reniec y que este conteste a fin de que el juez constitucional sentencie inmediatamente. El caso tuvo una demora inicial pues tuvimos que acudir hasta la Corte Superior (segunda instancia) para que sea admitido, ya que inicialmente el juzgado se resistía a tramitarlo como un proceso constitucional.

– ¿Hay posibilidades de ganar?

– Deberíamos ganar. La razón y el derecho están de nuestro lado.

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