Vivir Quintana: “La diversidad es lo que realmente nos enriquece”
Conversamos con la cantautora mexicana Vivir Quintana, autora del himno feminista “Canción sin miedo”, en su paso por Argentina donde presentó su último disco "Cosas que sorprenden a la audiencia".

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BUENOS AIRES, Argentina. Vivir Quintana amaba la docencia, pero le apasionaba más cantar. Por eso un día dejó la enseñanza de castellano en las escuelas, en su pueblo de Coahuila, México y se subió a los escenarios para entregar un poco de todo lo que desde niña aprendió con sus papás: cantar canciones que dejan mensajes. Le fue bien. Desde que se dedicó a la música, le tocó abrir un concierto de Silvio Rodríguez, en el Zócalo de México antes miles de personas; su tema “Canción sin miedo” es un himno de las luchas transfeministas y en abril salió su segundo disco Cosas que sorprenden a la audiencia, editado por Universal.
En marzo, Vivir Quintana visitó Argentina, donde organizó un recital en la sala La Tangente (Ciudad de Buenos Aires). Tuvo como invitada a la colectiva Mujeres y Disidencias de La Plata. “Es necesario en estos momentos hablar de mucho amor, hablar de mucha unión y de mucha colectividad”, dice a Presentes, la cantautora mexicana. “El canto, la resistencia y la cultura son una salvación grande que a veces no vemos.”
El paso de Vivir Quintana de Buenos Aires fue para anticipar su segundo álbum, Cosas que sorprenden a la audiencia que contiene diez canciones narradas en primera persona: diez historias de mujeres que fueron privadas de su libertad física por defenderse de sus agresores.
“Me pongo la tarea sembrar amor dentro de la música”
En su canción “La casa de la esquina”, que abre su primer disco (Te mereces un amor), Vivir habla de la casa de sus papás donde comenzó su historia con la música. “Mis papás me ponían música todo el tiempo cuando era niña. Tenía un tocadiscos para vinilos súper viejito y lo ponía en el patio de la casa. Ahí sonaban muchísimo Lola Beltrán, Los Tigres del Norte, pero también Violeta Parra y Mercedes Sosa. Ellas fueron mis referentes más grandes y entendí que la palabra es un medio de comunicación arduo, efectivo y voraz. Lo descubrí dentro de esa música, dentro de esas palabras, dentro de esas canciones. Mis papás me enseñaron a amar el mundo que me rodea con todos sus matices. Entonces, como amo al mundo que me rodea, pues también me preocupa”, explica.
– Son tiempos difíciles, ¿cómo es crear, interpretar y componer en este momento?
-Es importante poner al servicio de las causas los talentos que la vida te da. Y creo que el talento no solamente musical sino también la conexión que logras tener con la tierra, con la gente, con la naturaleza. Yo tomo una responsabilidad que nadie me dio. Más bien es una responsabilidad que siento como mujer y como ciudadana. Pero como habitante de esta tierra y en momentos tan dolorosos para el mundo, me pongo también la tarea de sembrar amor dentro de la música. Los géneros musicales, sobre todo en México, hoy están plagados de violencia y de misoginia. Busco hacer unas narrativas, que también estén dentro del folklor mexicano pero con el amor como el eje central. Un amor libre, un amor bonito, un amor sano. Resulta súper sanador para quien lo escucha y para mí.


-Tus canciones tienen una temática feminista, ¿cómo te movés en la industria de la música con esa temática?
-Es difícil. Tengo la fortuna de contar con un equipo súper amoroso y súper lindo que dicen «nosotros necesitamos que tu mensaje llegue». Moverse en ese ámbito a veces es súper cansado porque quieres dejar mensajes en un momento donde la industria es muy rápida. Hay que moverse con mucho amor, pero también con mucha fuerza y determinación, respetando muchísimo la voz que tengo, lo que quiero hacer y hacia donde me quiero mover. Creo que es una de las claves importantes dentro de este mundo.
-Tanto tu banda como tu equipo de trabajo están integrados por mujeres, ¿fue una decisión o se dio así?
-Fue una decisión. No por un tema de separatismo, lo hago más bien por un tema de oportunidad que creo que es necesaria. Y un tema de colectividad que creo que es súper importante, tratar de que haya más mujeres dentro de esta industria y que se acorte esta brecha de género que existe desde hace muchísimo tiempo. Mientras se tenga oportunidad de contratar mujeres, pues hacerlo. Hay compañeras y colegas que no pueden trabajar con compañeros hombres y se entiende, porque han sufrido diversas violencias. No tengo ningún problema en trabajar con compañeros, trabajo con compañeros increíbles, pero también hay que dar esta oportunidad para acortar esta brecha.
Contar a las mujeres
El corrido es un género tradicional mexicano donde se relatan hechos trágicos, generalmente son delitos cometidos por hombres. “Rosita Alvirez” es uno de ellos. Ambientado en Coahuila relata el trágico asesinato de una joven que se negó a bailar con un hombre durante una fiesta. Toda su infancia Vivir Quintana escuchó esa canción pero ya de adulta se preguntó “¿qué habría pasado si Rosita o cualquier otra mujer se hubiera defendido de su agresor?”. De allí surge Cosas que sorprenden a la audiencia el álbum de corridos compuestos por Vivir Quintana donde cuentan historia de mujeres que sufrieron violencia de género y terminaron presas.
“Es un disco que se estuvo trabajando durante diez años porque yo quería que fueran historias contadas de la mejor manera. No quería que haya revictimización ni morbo dentro de las letras y que más bien ayuden a que se sepan estas historias”, cuenta a Presentes la cantautora.
“Es un disco duro, pero también necesario. Fueron diez años de estar buscando estas historias, de entender que no tenemos las mismas historias todas las mujeres, pero que sí podemos contar las de otra. La voz de todas es importante, también de estas compañeras que están privadas de la libertad física. Ha sido un trabajo doloroso porque es estar hablando de violencia todo el tiempo. Eso te vuelve violento o te vuelve más amoroso y yo quise que me vuelva más amorosa. Fue un trabajo personal e interno fuerte comprender todas estas historias que pasan también a través de ti. Ojalá que este disco resuene, resuene en el corazón y en la conciencia de la gente, en la colectiva”.


-¿Cómo fuiste tejiendo en tus composiciones estas temáticas que son tan difíciles de abordar?
-Lo hago desde un lugar donde la honestidad es la que habla. Siempre digo que yo no me quiero robar la lucha de nadie. Creo que todas las luchas en este mundo son válidas y tienen su razón de ser. Pero cuando me siento a escribir una canción, entiendo que lo que yo quiero, tal vez no es lo mismo que las demás personas quieren, pero lo voy a hacer de la manera más honesta para que entonces conecte con la gente que me escucha. La honestidad es una parte fundamental de mi proyecto.
Y la coherencia, que es súper difícil pero trato de ser coherente tanto en la música como en mi vida privada y en la vida pública. No puedo lanzar canciones de resistencia, de amor y de paz si, por ejemplo, trato mal a mi equipo de trabajo o trato mal a mis amigas, amigos, a mi familia; o estoy incomunicada con mis padres. Hablar desde la honestidad es una de las cosas que más me mueven.
–¿Qué relación tenés con la diversidad sexual que también formó parte de las reivindicaciones del feminismo?
-La diversidad es lo que realmente nos enriquece. En este mundo que muchas veces es tan disparejo para unas y para otros es necesario entender que la diversidad existe, y que no somos nada iguales, y que cada quien tenemos, o deberíamos de tener más bien la libertad de decidir a dónde nos movemos, dónde estamos, con quién estamos, a quién queremos y a quien amamos. Hablar de amor en estos momentos tan complicados también nos hace ser más diversas, y a mí me gusta muchísimo eso.
-¿Cómo están representadas las mujeres y las diversidades sexuales en la música popular de México?
-Cada vez hay más representación, cada vez conozco más compañeras que están haciendo cosas increíbles. Veo más espacios donde se abre esta conversación de la diversidad para todas y creo que todavía falta mucho camino. Es necesario que sigamos tocando temas importantes dentro de la música, dentro de las narrativas sociales y culturales en nuestros países porque realmente nos conecta. Nos conecta una lucha que es querer derechos igualitarios para todas y para todos. La diversidad también entra en este aspecto. Y en México pues la representación diversa que existe dentro de la música regional cada vez es más grande y yo soy la primera que celebra eso.
Una canción que recorre el mundo
Hace cinco años su amiga, la cantante Mont Laferte le preguntó si tenía una canción que hable de los feminicidios, para cantarla en un concierto en el Zócalo. Vivir no tenía, pero la compuso y se estrenó el 7 de marzo de 2020. Así nació “Canción sin miedo”.
“No me imaginé que iba a ser tan grande. Lamentablemente esta situación tan triste que son los feminicidios, están en todos lados y el dolor se conecta con muchas compañeras de toda América Latina”, dice Vivir Quintana. “Nos conecta la fuerza y las ganas de que las cosas cambien, de que se sepan y de que estas cosas se visibilicen. ‘Canción sin miedo’ es una canción que solita ha tomado su camino, y que se ha hecho grande, pero quien la ha hecho grande han sido las mujeres que luchan en todo el mundo. Me siento muy honrada, esa es la palabra. Pero ojalá el próximo año ya no se cante”.
-Te tocó escuchar y cantar «Canción sin miedo» en la marcha del 8M en España, ¿cómo ha sido esa experiencia?
-Fue súper poderosa. Siempre dije que yo no iba a pasar fuera de México ningún 8M pero me tocó trabajar en Madrid. Me contacté con la colectiva de mujeres migrantes, Las tres M (Mujeres, Mariposas monarcas, Migrantes), compañeras de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Perú, Panamá, y mexicanas. Marchar junto a ellas también fue muy poderoso. Al terminar cantamos «Canción sin miedo» y terminé con una emoción que me duró todo el día. Me sentía incluso exhausta de sentir tanto porque también lloré un montón”.
-¿Cómo te soñás de acá a diez años?
-Me imagino con más canciones en la garganta, y espero que la garganta me dé muchos años más. Me imagino compartiendo muchísimo con más gente, pero también me imagino, tratando de sembrar ahorita (y verlo en diez años) esas semillas donde tanto la conciencia de la gente se transforma un poquito por medio de la música. Ser de esas cantoras que se quedan en los libros, ojalá se pueda, porque la música va a ser música siempre con industria o sin industria. Veo a la música existiendo y trascendiendo de boca en boca. Espero que así sea. Y con dos gatos más, en diez años, una casa con un jardín para tener dos gatos más, uno de cada color.
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