Candelaria Schamun sobre ser intersex “¿Hasta dónde tiene que soportar un cuerpo para encajar?”

La periodista argentina cuenta en su libro "Ese que fui. Expediente de una rebelión corporal" cómo descubrió que es una persona intersex y los caminos que tuvo que transitar hasta hoy.

En el Encuentro Nacional de Mujeres de 2019 en La Plata, Candelaria Schamun habló en voz alta. Lo hizo en la ciudad en la que nació y fue registrada como Esteban. Cuando terminó su relato en el recién estrenado taller de Instersexualidad le mandó un mensaje a sus amigues: “PUDEEEEEEE”.

Ahí supo que su historia no la tenía que seguir contando en tercera persona ni bajo el pseudónimo “Vera”. “Siempre tuve la necesidad de escribirlo. Lo contaba a personas que no conocía para que no develaran ese secreto que a mí me super atormentaba. En el Encuentro la recepción fue tan linda que me dio la pauta de que el libro lo tenía que escribir en primera persona”, dijo. Y así nació Ese que fui. Expediente de una rebelión corporal, publicado por Sudamericana en 2023. 

Candelaria es escritora y periodista. Trabajó como cronista de Policiales en Crítica, en la sección Sociedad en Clarín y como productora en el canal televisivo C5N. Además es autora de Cordero de dios, una investigación sobre el asesinato de Candela Sol Rodríguez. Hace unos años se alejó del rubro por la desilusión que le generó las coberturas mediáticas de determinados hechos, como la desaparición de Santiago Maldonado. Con este libro vuelve al periodismo desde otro lugar y para contar su historia.

A los tres meses de vida, Candelaria fue sometida a la primera de cuatro operaciones para “normalizar” su cuerpo. Nació con caracteres sexuales diferentes a los que se encuadran anatómicamente dentro de los patrones asociados al cuerpo “masculino” o “feminino”, es decir, es una persona intersex. Sobre qué implicaron esa y las siguientes intervenciones nunca tuvo conocimiento hasta que a sus 17 años encontró una carpeta verde titulada “María Candelaria salud” en mayúscula con parte de su historia clínica y su partida de nacimiento. 

“Durante muchos años eso no lo pude casi ni procesar. Entré en una etapa muy oscura, de autoagresión, de pensar qué carajo soy: un monstruo. Hasta que empecé a investigar mi propia identidad. Ahora llevo una vida super tranquila, pero también tuve una vida muy oscura por no poder hablar. De ahí la importancia de romper un silencio”, compartió desde el patio de su casa, arropada por un sauce y árboles frutales, donde vive junto a su pareja, perros, gatos y gallinas en la provincia de Buenos Aires. En una entrevista con Presentes, ahondó en la importancia que tuvo para ella este libro y poder contar su experiencia.

– ¿Qué implicó narrarte en primera persona?

– Fue super aliviador. No solo para mí, sino para mi familia, mis amigos. Fueron muchos años de silencio. Sostener un secreto durante tantos años es un laburo que te lleva un montón de tiempo: te lleva vida. A mi vieja se le fue la vida con esto. Entonces el libro es como una reivindicación a mi vieja, a mi viejo y un agradecimiento a toda mi familia.

Después de la publicación del libro me abrí mucho más y empecé a querer mucho más mi cuerpo. Eso me costó varios años de terapia, feminismo de por medio. Yo siempre digo que si creés que sos intersex o si tenés algún familiar, sos madre de alguna persona intersex lo mejor que podés hacer es acercarte a las organizaciones que son un montón en Argentina y hacen un laburo bárbaro. Vas a encontrar personas que te van a escuchar, vas a encontrar historias parecidas a las tuyas. Eso ayuda un montón: salir del anonimato de soy la única persona en el mundo.

CANDELARIA SCHAMUN ABR 2023, periodista, autora Penguin

– ¿Por qué es en agradecimiento a tus padres? ¿Qué rol tuvieron en toda esta historia?

– Yo tomé la dimensión de lo que habían hecho mis papás cuando empecé a escribir y a investigar mi propia historia. Ahí empecé a tomar dimensión de cómo ellos habían postergado su vida para que yo continuara la mía y sea feliz, que lo recontra fui. Tuve una infancia, a pesar de todo, super feliz. Y eso fue gracias a ellos, a mis hermanos. 

La presión que tienen los padres y la siguen teniendo de parte de la medicina y la sociedad que piden cuerpos que encajen en una «normalidad» debe ser asfixiante. Porque los padres de niñes intersex hacen todo lo que le dicen los médicos. No es que son locos que quieren hacer daño a su hijo. Son las recomendaciones médicas que les daban y que se siguen dando. 

– ¿Cómo es por lo general el manejo del sistema médico con las personas intersex?

– No te dan información. En mi caso no me dieron información de lo que estaba pasando.. Entrás a un quirófano sin saber qué te van a hacer. Sabés que es en los genitales pero no mucho más. Empezás a crearte una situación más exagerada de lo que te pasa o no, pero con tus propias imaginaciones. Por otro lado, no tenés en quién referenciarte. Las infancias de las personas intersex fueron muy en solitario. Creés que sos la única y eso es horrible porque creés que no vas a tener un par nunca. La genitalidad siempre es algo vergonzoso y si no tenés en quién referenciarte es una monstruosidad lo que creés que sos. 

Otra generalidad que tienden a vivir las personas intersex es ser objeto de estudio. Yo creo que los médicos lo estudian en los libros y cuando llega un caso es como «Wow, esto es lo que estudié». En mi caso me operaron los mejores médicos de la Argentina, no es que lo hicieron en un garage. Las personas intersex podemos ser de diferentes estratos sociales, de provincia de Buenos Aires, La Pampa o Neuquén pero más o menos se mantiene un código, un manual de estilo que es constante. 

– ¿Qué objetivo tienen estas intervenciones?

– Para mí los médicos habitan la misma sociedad que habitamos todos y eso es lo que se enseña en la universidad. Me parece que hay una sociedad que no soporta que haya cuerpos que puedan haber nacido con algunas diferencias. ¿Hasta dónde tiene que soportar un cuerpo para encajar en esta sociedad?. ¿Es hasta la mutilación? ¿Hasta perder todo tipo de sensibilidad? En mi caso fue eliminar el goce. Hay que hacer esto y esto para que el cuerpo sea «normal», a pesar de que esta persona pueda perder sensibilidad genital. Esas cosas no se piensan. Se forma un cuerpo que encaje en la normalidad sin pensar en la totalidad de la persona.

Todo lo que se hace no es necesario. En mi caso, lo único necesario era estabilizarme clínicamente. A los tres meses, ¿por qué tuvieron que hacer una mutilación genital? ¿Cuál era el riesgo de vida? Ninguno. Eran cirugías que podían esperar, hacerse con más tiempo preguntándome. La vida del ser humano y las intervenciones se ponen en el mismo nivel de urgencia. Y son decisiones irreversibles, que le van a costar a esa persona un trastorno postraumático capaz que de por vida. 

– Para proteger a infancias y adolescencias intersex de estas intervenciones cosméticas, el activismo confeccionó el proyecto de ley de Protección Integral de las Características Sexuales que no tuvo tratamiento en el Congreso. ¿Por qué es necesaria una normativa así?

– Para que no haya más niñas y niños que son mutilados, intervenidos innecesariamente. Para que nuestras identidades y nuestros cuerpos sean respetados, para que las historias clínicas perduren en el tiempo y podamos tener acceso a ellas. Para que los padres reciban información certera de lo que está pasando, para que los médicos se formen con una perspectiva más amplia. También para el acceso a la salud. En mi caso no tengo obra social porque si digo el diagnóstico de base que tengo empiezan a poner dilaciones y te pasan una fortuna de cuota y no podés entrar. Es importantísima esta ley.

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