Cómo sigue la causa por el triple lesbicidio y ataque

Presentes realizó una recorrida por los hospitales Penna, del Quemado y por el juzgado 14, para actualizar y chequear datos y saber cómo sigue la causa.

17 de mayo de 2024
María Eugenia Ludueña
Ariel GutraichMaría Eugenia Ludueña
Edición: Ana Fornaro

La única sobreviviente del ataque de lesboOdio en Barracas, Sofía Castro Riglos (50), se recupera bien. Las quemaduras del artefacto explosivo que arrojó Justo Fernando Barrientos en el hotel familiar donde vivían y derivó en un triple lesbicidio, le afectaron las manos y una parte de la cara. En una o dos semanas podría tener el alta. 

Ayer Presentes realizó una recorrida por los hospitales Penna, del Quemado y por el juzgado 14 que lleva la investigación, para actualizar y chequear datos,  tratar de reconstruir lo qué pasó y saber cómo sigue la causa y la evolución de Sofía. 

La noche del domingo

Al hospital Penna, en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, Sofía (50) llegó en una ambulancia del SAME, junto con Andrea Amarante, después del ataque perpetrado cerca de la medianoche noche del domingo 3 de mayo. Ambas llegaron conscientes al shock room. Andrea tenía el 80 por ciento del cuerpo afectado por quemaduras severas. Tenía la piel muy afectada, era delicado ponerle una vía, se rasgaba al menor contacto. Tuvieron que inducirla al coma. Las personas que estaban en el shock room no olvidarán los gritos de esas mujeres. El personal médico, que a diario lidia con situaciones límite entre la vida y muerte, tampoco. 

Andrea estuvo en el tercer piso en terapia intensiva, en un lugar especial. Cualquier partícula que flotara en el aire podría afectarla. Enfermerxs y médicxs se alegraban con lo que parecía una pequeña buena noticia. Le bajó la fiebre. Está más estable. Algunxs se preguntaban cuánto más le iba a tocar sufrir. Había que revertir las consecuencias. “El camino del infierno que le esperaba”, repetían algunxs por lo bajo. 

Hospital Penna, en el sur de la Ciudad de Buenos Aires.

El Penna es uno de esos grandes hospitales con pabellones conectados entre sí. En algunos de sus ambientes, como en el hall de la terapia intensiva donde estuvo Andrea, hay corazones pintados artesanalmente con guardas, brillos o elementos decorativos. En el área de admisión hay uno enorme, pintado con los colores de la bandera arcoirís. 

Andrea hubiera cumplido 43 años esta semana

En la terapia del hospital, una semana después del ataque, el domingo a la mañana, Andrea entró en paro y murió. Desde que llegó, no hubo familiares que se acercaran a preguntar por ella o a visitarla. Tuvo el seguimiento de la Defensoría LGBT, que también siguió a las otras víctimas y acompaña a Sofía. 

Esta semana Andrea hubiera cumplido 43 años, era la más joven de las cuatro lesbianas atacadas. Pamela murió horas después del ataque. Por testimonios recolectados por Presentes, sabemos que ella y su pareja, Roxana, estaban en la cama a la que el agresor, que vivía en el cuarto contiguo y las había amenazado e insultado por lesbianas, arrojó un aparato explosivo. No se sabe aún si contenía alcohol o qué tipo de sustancia, algo volátil que no dejó una estela de olor particular. Ellas fueron trasladadas al Hospital del Quemado. En el Penna estaban esperando que Andrea se estabilizara para trasladarla ahí. 

Altar en la puerta del hotel familiar donde se perpetró el ataque.

Un horror sin comparación

“Acá estamos acostumbrados a situaciones dramáticas, al politraumatismo, a la violencia, a los que llegan pasados de keta. Los chicos baleados que arrojan en la puerta nos impactan mucho, pero es bastante común. Pero no estamos acostumbradxs a este tipo de horror. Quedamos muy golpeados. Hay casos emblemáticos que nadie puede olvidar y este es uno de esos”, dijo una fuente que pidió reserva, como todas las personas que aportaron datos para esta nota. 

Imagen en la entrada del Hospital del Quemado, Ciudad de Buenos Aires.

A Sofía la derivaron del Penna al hospital del Quemado días después del ataque. Todavía estaba en shock. Recibió la visita de un familiar. Su madre no está viva. Hizo una declaración a la Justicia. Aún no hay un diagnóstico cerrado acerca de su salud mental, si es producto del trauma del ataque, si tenía problemas no atendidos previamente que el trauma afectó aún más. Lo que se sabe es que el Hospital del Quemado y el Laura Bonaparte, que tiene dispositivos de atención para abordar problemas de salud mental, van a articular para contener -si eso es posible en circunstancias así- el trauma, y además el duelo por la pérdida de las tres personas que eran una red de sostén afectivo y de todo tipo. El ataque a las cuatro lesbianas se inscribe en una trama atravesada por la emergencia habitacional, la precariedad laboral y el ajuste económico que atraviesa la Argentina, y afecta más aún a las mujeres y a las diversidades.  

Así quedó el cuarto donde dormían las cuatro mujeres lesbianas atacadas, tres fallecidas.
Marcha desde la Plaza Colombia en Barracas, a la puerta del hotel en la calle Olavarría donde vivían las cuatro víctimas.

Por fuera de las instituciones, existe una red potente que los feminismos pusieron en marcha para acompañar a Sofía y juntar fondos para ella. Si querés colaborar con esa red, acá abajo se explica cómo.

Además, en Buenos Aires, pero también en el mundo hubo y hay convocatorias para pedir justicia por las cuatro víctimas. Pero el triple lesbicidio aun no ha sido condenado públicamente por las autoridades de la Ciudad ni de la Nación. El vocero presidencial incluso negó en conferencia de prensa la existencia de crímenes de odio y de la palabra lesbicidio.  

Cómo sigue la investigación judicial

Desde el día en que la causa llegó al Juzgado Criminal y Correccional Nro 14, a cargo del juez Rabionne, la respuesta ante la consulta de esta causa fue: no vamos a dar información. El juzgado queda en el mismo piso, el quinto, donde transcurrió el juicio por el crimen de odio de Diana Sacayán, en 2018, donde por primera vez los expedientes judiciales tomaron el agravante por odio a la identidad de género, previsto en el artículo 80 inciso 4 del Código Penal que también habla del odio a la orientación sexual. 

Hasta el momento la causa mantiene la carátula de homicidio con que entró al sistema judicial. Está en proceso es toda la respuesta que se obtiene desde los pasillos impolutos del Palacio de Tribunales cuando se pregunta si no se está considerando el agravante del crimen de odio por orientación sexual, teniendo en cuenta la saña de prender fuego a cuatro mujeres que ya habían sido amenazadas y volver a empujarlas adentro del cuarto en medio de las llamas cuando intentaban escapar. 

Lo que sabemos hasta ahora es que Bomberos hizo una pericia en el hotel. Que el acusado está en el hospital neuropsiquiátrico Alvear, en calidad de detenido y que intentó varias veces quitarse la vida. Todavía no declaró ante la Justicia. 

Día contra el LGBTodio

Puerta del hotel familiar en Barracas, en la noche del 13 de mayo, a una semana del ataque de lesboodio.

Hoy, cuando en el mundo se conmemora el Día Internacional contra el LGBT Odio, se conocerán los resultados de la autopsia. “Nadie se quedará atrás: igualdad, libertad y justicia para todo el mundo», es el lema del IDAHOBIT (por sus siglas en inglés) de este año, invocando principios que en la Argentina de hoy no suenan tan claros sino más bien en jaque.

“También alude a la promesa central y transformadora de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y sus metas para el desarrollo sostenible, a saber: «No dejar a nadie atrás», expresó hoy un comunicado de la CIDH. Y recordó algo que es imposible de leer sin pensar en las cuatro víctimas: “Las personas que están social y económicamente marginadas, incluso por motivos de orientación sexual e identidad de género, tienen más probabilidades de experimentar vulnerabilidades específicas derivadas de la falta de vivienda, los riesgos de pobreza, los riesgos de exposición a la contaminación, la degradación ambiental, los impactos y sustancias tóxicas del clima, y las consecuencias estructurales relacionadas”.

El organismo instó a los Estado a “realizar esfuerzos para poner fin a la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género”.

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