Anastasia Benavente: “A 6 años de la Ley de identidad de género, no hay personas trans en la tevé chilena”
Anastasia Benavente fue multada por haber realizado en 2021 una performance bajo el lema iglesia y estado asunto separado. Ahora lanzó una campaña para visibilizar la falta de representación de la diversidad en la televisión chilena.
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BUENOS AIRES, Argentina. La artista trans chilena Anastasia Benavente fue condenada a pagar una multa y eliminar contenido por realizar una performance en la Televisión Abierta en el 2021 bajo el lema “Iglesia y Estado, asunto separado”. La Corte Suprema consideró que se trató de una ofensa a la Virgen María. Frente a esto, la actriz lanzó una “contraofensiva” con el objetivo de visibilizar la falta de representación de la diversidad en la Televisión Nacional de Chile (TVN).
Se trató de un llamamiento a generar denuncias al Consejo Nacional de Televisión en contra del Matinal “Buenos Días a Todos” del medio público TVN, en su capítulo del día miércoles 13 de marzo de 2024. La fecha fue elegida al azar ya que para ella “podría haber sido cualquier día” en razón de que “sus programas no garantizan el pluralismo”.
Con esta acción, Benavente y las personas que apoyaron su causa lograron que esa emisión registre la mayor cantidad de denuncias en lo que va del año en el Consejo: 176.
Campaña de odio contra Anastasia
El 21 de agosto de 2021, Benavente realizó una performance que fue transmitida por el programa “Las Gansas” de La Red TV. La emisión recibió 685 denuncias en el Consejo Nacional de Televisión. El hecho tuvo una amplia repercusión mediática y la artista recibió hostigamiento, persecución por redes sociales y amenazas de muerte. Por esta razón se exilió en Buenos Aires, Argentina, durante dos años.
“Luego de la performance, se vino la ola de denuncias que salió por muchos medios y los mensajes de odio por las redes sociales, amenazas de muerte. También se me cerraron muchas puertas de trabajo, inclusive en algunos espacios de la disidencia sexual. Por esto opté por un exilio sexual, que es la categoría que usamos las trans y travestis cuando tenemos que migrar de los territorios justamente por persecución, en este caso ideológica y sexual”, contó, en diálogo con Presentes.
Además, recibió el 15 de diciembre de ese año un Recurso de Protección en su contra, de parte de les abogades Macarena Bustamante Sinn y Álvaro Ferrer del Valle. En el escrito se nombra a Benavente en masculino, al igual que en la cobertura de varios medios de comunicación católicos sobre los avances de la causa, en contra de lo dispuesto por la Ley de Identidad de Género.
“En cada instancia de notificación iban de nuevo a preguntar por mí a mi casa. Todo el edificio se enteraba que yo estaba metida en problemas legales. Me vi criminalizada simplemente por hacer una performance con un contenido evidentemente anticlerical, pero en ningún caso con una intención de ofender directamente a la virgen María. Era una crítica hacia la institución iglesia, bajo la consigna ‘Iglesia y Estado, asunto separado’”, explicó.
El fallo de la justicia
El caso llegó hasta la Corte Suprema que falló en contra de Benavente. A lo largo del proceso judicial, Anastasia no expuso la situación por recomendación de sus abogadas, pero al llegar a esta instancia decidió hacerla pública.
“Habiendo pasado todas las instancias de apelaciones, el caso está perdido. Para el Estado de Chile soy culpable de ofender a la Virgen María. Si bien no soy religiosa católica, mi crítica siempre fue hacia la Iglesia. Comprendo el valor cultural de la Virgen en cuanto a mujer y madre. Y la importancia que tiene para muchas personas en América Latina y El Caribe”, explicó Benavente, quien recibió el apoyo de abogadas de la Corporación de Promoción y Despensa de los Derechos del Pueblo (Codepu) durante el proceso judicial.
“Si bien el Estado se declara laico, vemos cómo la iglesia católica todavía tiene injerencia en las decisiones y todavía son escuchados como una voz válida y autorizada para opinar de ciertos temas. Nos muestran que ese es el camino a seguir y si te desvías de ese camino puedes meterte en problemas, como me pasó a mí y a tantas personas que disentimos de ese modelo que tiene que ver no tanto con la religión en sí misma, sino con la institución iglesia”, subrayó.
La artista y profesora decidió no llevar el caso a instancias internacionales debido al desgaste vivido. “Mi cuerpo y mi alma me piden tregua de tanta violencia recibida”, expresó al respecto.
Por una televisión sin estereotipos de género
Benavente acatará el castigo resuelto por la Corte, que implica una multa económica y bajar los contenidos alusivos a la performance de sus plataformas sociales. Sin embargo, espera que esto no se repita con las nuevas generaciones. En este sentido lanzó una “contraofensiva” para que “la televisión pública deje su carácter sexista e incluya a personas de la disidencia sexual en los diferentes espacios”.
Tal campaña se sustenta -indicó Benavente- en la ley 18.838 que regula la TV en Chile. Ésta expresa el principio de pluralismo en su artículo 1: “el respeto a la diversidad social, cultural, étnica, política, religiosa, de género, de orientación sexual e identidad de género, siendo deber de los concesionarios y permisionarios de servicios de televisión, regulados por esta ley, la observancia de estos principios.”
TVN es la cadena de televisión pública de Chile. Para la docente, si bien el canal debería “ejercer liderazgo en pluralismo” en la realidad se observa “todo lo contrario”. “Con sus contenidos perpetúan los estereotipos de género. No promueven la igualdad, no aportan al desarrollo espiritual ni intelectual de la niñez ni la juventud con enfoque de género. Al no incluir en su programación información de calidad en torno al desarrollo de la identidad, infringen derechos fundamentales de la constitución, así como los tratados internacionales ratificados por Chile”, detalló la artista.
“La televisión es una pantalla donde se siguen perpetuando los estereotipos de género. La representatividad de las personas trans no existe prácticamente, o si llega a existir está ligada a temas de farándula, de espectáculo, de burla inclusive. Eso dista mucho de lo que realmente queremos como colectivo que es incluirnos, integrarnos a la sociedad en los diferentes trabajos y ámbitos. No puede ser que ya a seis años de la ley de identidad de género no tengamos representatividad en la televisión”, graficó.
Con esta “contraofensiva”, Anastasia espera que exista una reflexión de los medios masivos de comunicación en torno al rol de las disidencias y la diversidad sexual en ellos. “También, que cuenten con personas trans en los diferentes programas. Que no solamente se nos invite a modo de chiste, sino a dar nuestras opiniones en torno a los temas. Tenemos mucho que aportar a través de nuestra experiencia de vulneración, de criminalización para contribuir a una sociedad más justa y más digna”, concluyó.
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