Paraguay también se moviliza para defender la educación gratuita

El gobierno de Paraguay cambió la fuente de financiamiento de Arancel Cero que pone el peligro la gratuidad en la educación universitaria.

22 de abril de 2024
Juliana Quintana
Jessie Insfrán
Edición: Maby Sosa

ASUNCIÓN, Paraguay. Más del 50% de la matrícula de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), hasta 2020, está integrada por mujeres. Actualmente son 50 mil inscriptos de los cuales alrededor de 20 mil se ven directamente beneficiados por la gratuidad de la educación universitaria. También las diversidades sexuales encuentran una oportunidad para cambiar sus realidades.

Fue en reclamo a esa gratuidad que el 16 de abril hubo una gran marcha en Asunción y tres departamentos de Paraguay. Que la palabra del pueblo sea más poderosa que la del miedo”; «Luchar, aunque no te falte nada porque a algunos les falta todo”; “La lucha nos da lo que la Ley nos niega” y “Con hambre y miseria no hay educación” fueron algunos de los carteles se leyeron en la marcha del 16 de abril en Asunción. Unos veinte mil estudiantes universitarios se movilizaron en Paraguay. En la capital, marcharon desde las avenidas Mariscal López y General Santos hasta la avenida Gral. Bernardino Caballero.

El 5 de abril, el presidente Santiago Peña promulgó la Ley “Hambre Cero”. Esto supuso la eliminación del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), que financiaba al Arancel Cero, el Fondo Nacional de Salud, investigaciones científicas y otras políticas públicas.

El programa Arancel Cero recibía el 7% de los recursos del Fonacide. Son fondos que provienen de la compensación que recibe Paraguay de Brasil por ceder su excedente de energía de Itaipú. Con la Ley HC, la educación se financiaría por la Fuente 10 del Tesoro Nacional, recursos provenientes de la recaudación de impuestos.

Mujeres y diversidades marcharon reclamando el Arancel Cero en Paraguay.

Qué es el Arancel Cero

La Ley 6628/2020 de Arancel Cero establece la gratuidad de los cursos de admisión y de grado en todas las universidades públicas e institutos de enseñanza superior en el país. Elimina los aranceles para estudiantes provenientes de escuelas públicas y subvencionadas. Pero la Ley Hambre Cero o “HC” promulgada por el presidente Santiago Peña pone en riesgo al Arancel Cero al desmantelar el Fonacide y asignar todos sus recursos a la creación del Fondo Nacional de Alimentación Escolar (Fonae).

A pesar de las afirmaciones del gobierno en las que garantizaron que el Arancel Cero permanecerá “blindado”, les estudiantes rechazan la aprobación de la Ley Hambre Cero en el Congreso y su inmediata promulgación. Denuncian la ausencia de audiencias públicas previas y la exclusión del estudiantado en todo el proceso. 

“Consideramos que la Ley Hambre Cero fue algo que no se discutió con la comunidad educativa de ningún sector. Fue una imposición, y no la apoyamos. Pero, sobre todo, exigimos que por un derecho no nos saquen otro”, expuso Daisy Hume, militante de la organización política feminista Kuña Sorora.  

De la marcha participaron gremios de estudiantes secundarios como Unepy y Fenaes, docentes, investigadores, miembres de la comunidad académica, familiares y activistas. También se sumaron organizaciones de jubilades. “Es muy emocionante ver cómo hay una continuidad y un seguimiento a todo lo que es esta lucha por acceder a la educación pública, gratuita, de calidad, con perspectiva de género”, refirió Rodríguez. 

Una conquista del estudiantado 

En 2020, en medio de una de las crisis sanitarias más grandes de la historia de la humanidad, la pandemia por Covid-19, cuando el sistema de salud estaba colapsado y los familiares de internades tenían que sostenerse a base de rifas y polladas, estudiantes movilizades salieron a las calles, con tapabocas, carteles y megáfonos en defensa de la educación pública, gratuita y de calidad. Gracias a su incansable lucha lograron la aprobación de la ley de gratuidad ese año, que se implementó a partir del 2021. 

Lía Rodríguez, es estudiante del último año de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, FACSO-UNA. Está disfónica pero igual se hace escuchar. “El Arancel Cero es expresión y resultado de la lucha estudiantil. De compañeros y compañeras de las distintas universidades públicas e institutos superiores, tanto del campo como de la ciudad”, dijo a Agencia Presentes

De 50 mil estudiantes que acuden a la Universidad Nacional de Asunción, (integrado en un 51% por mujeres), el Arancel Cero beneficia a 18 mil que acorta la brecha de desigualdades para acceder a una educación universitaria. “Es el sueño de madres, padres, abuelos, abuelas, campesinos y urbanos a quienes históricamente el Estado paraguayo le ha negado el acceso a la educación terciaria”, expresó Rodríguez. 

“Queremos que las personas trans también accedan a las universidades”

Tanto la Universidad Nacional de Asunción, como sus filiales y otras universidades regionales, estuvieron de paro de actividades. Les estudiantes tomaron las facultades de la UNA por más de dos semanas. Pero les estudiantes dejan en claro que no solo se movilizan por el Arancel Cero. También lo hacen por el desfinanciamiento de la investigación, la salud, vivienda e infraestructura. 

Activistas trans también se hicieron presentes en la movilización el martes pasado. “Sin educación nos están quitando la oportunidad de tener otra oportunidad laboral. Siempre nos van a ofrecer las calles y nosotras queremos estar en otro sitio. No estamos en contra del trabajo sexual, pero queremos tener otras oportunidades laborales y sin educación eso va a ser imposible”, expresó Yren Rotela, fundadora de Casa Diversa Casa Trans, el primer centro comunitario y albergue para personas TLGBI en situación de vulnerabilidad.

Rotela recordó que varias de sus compañeras de Casa Diversa Casa Trans terminaron el bachillerato. Hoy dos de ellas asisten al Instituto Superior de Artes. “Marchamos para apoyar a los estudiantes y por todos los derechos para todas las personas, incluidas las personas trans. Queremos que las personas trans también accedan a las universidades. Venimos luchando hace muchísimo tiempo por la escolarización de las personas trans. Pedimos educación y nos dan la muerte, pero acá estamos luchando, sabemos que eso va a cambiar”, enfatizó. 

Una minoría ruidosa

Autoridades del cartismo menospreciaron en reiteradas oportunidades el reclamo de les estudiantes. El 9 de abril, en respuesta a las movilizaciones estudiantiles, el líder de la bancada cartista, el senador Basilio “Bachi” Núñez dijo que hay “cero posibilidad” de que deroguen la Ley HC “por un puñado de estudiantes”. Y que el pedido viene de un sector minoritario que no alcanzan las 100 personas. 

Ese mismo día, el ministro de Economía Carlos Fernández Valdovinos se refirió a los estudiantes de la UNA que estaban en paro. “No apreciamos o no queremos apreciar el efecto que tiene la macroeconomía en el bolsillo, parece que somos estudiantes de la UNA”, dijo. 

El domingo 14 de abril, durante el programa de Mina Feliciángeli el presidente Santiago Peña minimizó las demandas de estudiantes universitarios. Se refirió a ellos como a una “minoría ruidosa” por oponerse a la Ley HC que fue su proyecto emblema. 

El gobierno desplegó un enorme operativo mientras en los medios afirmó que fue una marcha pequeña.

El reclamo al gobierno de Peña: garantías reales

Pese a la subestimación del gobierno, en la capital del país, les estudiantes movilizaron a unas diez mil personas. Aunque la policía, los cascos azules y la policía montada no les permitió avanzar más allá de 450 metros de Mburuvicha Róga, la residencia presidencial, la voz del estudiantado se hizo escuchar.

Respondieron cada una de estas frases con cartelería en las marchas y se convirtieron en un símbolo de lucha de las juventudes organizadas. 

“Necesitamos garantías reales para todos los programas y proyectos del Fonacide, que se sienten a dialogar con les estudiantes y se concentren en hacer su trabajo, en arreglar escuelas, en invertir en educación, en invertir en investigación y en salud y en pagar a los docentes, a los médicos, y que dejen de robar. Quiero dejarle en claro a Santiago Peña que podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, expresó en el micrófono Paula Cairet, estudiante de Veterinaria UNA.

El 19 de abril, representantes estudiantiles de la UNA se reunieron con autoridades del gobierno y firmaron una carta de compromiso para establecer mesas de trabajo con todos los sectores afectados por la eliminación del Fonacide.

Les universitaries se mantuvieron firmes en su decisión: exigen una Ley que blinde los fondos de los programas que quedaron desfinanciados con la derogación del Fonacide y la promulgación de la Ley HC. Santiago Peña no se presentó a la reunión.

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