Moira Millán sobre Boaventura de Sousa Santos: “La carta de disculpas de la academia no es suficiente y está cargada de racismo”

Una comisión independiente de la Universidad de Coimbra, Portugal, pidió disculpas por los abusos y acosos sexuales de parte de su staff, pero no nombró a Boaventura de Sousa Santos, la persona acusada, y sólo se refirió a las víctimas estudiantiles.

19 de marzo de 2024
Ana Fornaro y María Eugenia Ludueña
María Eugenia Ludueña

La comisión independiente creada por el Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coimbra que investiga las denuncias de acoso sexual contra el sociólogo Boaventura de Sousa Santos (quien dirigió el CES desde 1978 a 2019) detectó “patrones de conducta de abuso de poder y acoso por parte de algunas personas que ejercían posiciones superiores en la jerarquía del CES”. No obstante, en el informe no se nombra al sociólogo y tampoco se pide disculpas a las personas no académicas que denunciaron por acoso sexual a De Sousa Santos luego que en 2023 se publicara el libro «Conducta sexual inapropiada en la academia«, donde se le dedicaba un capítulo entero. Una de esas personas es la weychafe mapuche y escritora Moira Millán, quien relató su abuso primero en la revista española El Salto y luego en una conferencia de prensa con la agencia de noticias de mujeres indígenas Telúrica. 

Allí detalló que el abuso sexual ocurrió en 2010, en el marco de una invitación del académico a dar una conferencia para sus estudiantes de la Universidad de Coimbra. También anunció que demandará penalmente a la Universidad, algo que confirma en esta entrevista, realizada en Esquel luego de que Millán se reuniera por zoom con todas las denunciantes para planificar cómo seguir adelante. Patrocinada por Melisa García de la organización de abogadas feministas  Abofem, ratificó que demandará penalmente en Portugal a la Universidad de Coimbra.

¿Cómo recibiste la carta del CES? 

Ahora sé con certeza que fuimos 34 mujeres quienes brindamos testimonio ante esta comisión compuesta por personas independientes, formadas profesionalmente en temas de género y en temas de violencia. La carta pública que se da a conocer a los medios reconoce lo que habíamos dicho. Sabemos que no se puede tapar el sol con la mano y por más que Boaventura de Sousa Santos haya salido a descalificar a todas quienes denunciamos y dimos cuenta de sus actos, la comisión termina reconociendo que efectivamente estos hechos se produjeron, que efectivamente hubo abuso, que hubo acoso. Pero hay algunas omisiones que en lo particular me dolieron mucho. Primero: para mí era parte de la justicia que se nombre a estas personas que causaron tanto dolor en nuestras vidas, sobre nuestras cuerpas, y no son mencionadas. Boaventura de Sousa y su asistente no aparece con nombre de apellido y deberían habernos puesto de esa manera. Lo otro que me pareció sumamente chocante es que las disculpas públicas solo están dirigidas a las estudiantes y no mencionan a aquellas personas que fuimos víctimas de este sujeto y no formamos parte de la academia. Yo recibí un pedido de disculpas pero de forma privada, por correo. Y fue la universidad la que generó esas condiciones para que los abusos sucedieran. Me gustaría muchísimo que la academia y en particular el Consejo, este grupo de personas que se constituyó para investigar los hechos, pueda en estos días generar una carta pública de disculpas hacia mí, ya me invisibilizaron.

¿Qué explicación le encontrás a esto? 

– Como mujer indígena sentí que esa omisión tenía una carga de racismo muy grande. Porque le piden disculpas a las mujeres blancas académicas pero a mí que soy una activista indígena no. Mi dolor no es el mismo, la inmoralidad de este hombre no es considerada con la misma gravedad, no se mide con la misma vara.  Creo que hay una carga de crueldad fortalecida en su actuar porque él era un académico decolonial. Entonces yo encarno justamente toda la opresión colonialista al ser una mujer indígena, a ser una mujer activista, a ser una mujer pobre y de una geografía tan lejana como Wallmapu, Patagonia. Llego invitada por él a dar unas conferencias. Ahí hubo extractivismo intelectual y hay negacionismo sobre lo que sucedió.  Yo vengo cargando siglos de negacionismo como mujer mapuche con un estado que nos niega, un estado que no se hace cargo de que hubo genocidio, un estado que aún hasta el día de hoy quiere extranjerizar al pueblo mapuche. Entonces ese negacionismo, ese racismo institucionalizado lo vuelvo a vivir ahora.  Reconozco que décadas atrás el CES ni siquiera hubiera reconocido ningún abuso, eso es un  avance, pero exijo más, porque merecemos más. 

– ¿Tuviste oportunidad de hablar con las otras denunciantes después de conocerse esto? 

– Sí. Aunque no las conozco personalmente a partir de esta situación tuvimos la oportunidad de hablar por vía Zoom. Para mí ha sido muy conmovedor escuchar los testimonios de todas ellas, algunos más terribles que el mío. Ha sido también muy doloroso pensar que tal vez si hubiéramos actuado de manera inmediata en su momento quizás no habría ocurrido el resto. Yo sufrí este acoso por parte de Boaventura de Sousa Santos en 2010. Es muy importante que en todos los estamentos de los poderes sociales, ya sea la academia, poder político, lo que fuera, las mujeres nos animemos a pedir respeto y a poner límites a ese tipo de acciones. Las demás mujeres se solidarizaron con mi caso y dijeron que me apoyaban en lo que yo decidiera hacer y habrá una carta firmada por todas en solidaridad. 

– ¿Cuáles son los próximos pasos? 

– Con mi abogada Melisa García, de Abofem, vamos a querellar contra la Universidad de Coimbra porque creemos que no es sólo responsable Boaventura de Sousa sino toda la institución que le permitió a él este abuso de poder, que le permitió el acoso sexual, que generó las condiciones. Pero claro, la justicia blanca, patriarcal pone plazos y es tremendamente injusto e irreverente frente a lo que entendemos como justicia  los pueblos indígenas. Para nosotros la justicia es reestablecer la armonía y que se le ponga plazos a nuestro dolor es inadmisible. Entonces si uno no denunció de manera inmediata porque estaba bloqueada, porque las condiciones eran adversas, por lo que fuera, esa persona queda libre de culpa y cargo, no se la puede juzgar porque pasó el tiempo que según el patriarcado es tiempo suficiente para probar un delito. Pero ese es el tiempo del patriarcado, el tiempo de mujeres que han abusadas es otro. No podemos admitirle a este sistema que niegue nuestro tiempo para la justicia, siempre tiene que haber un tiempo para la justicia, siempre tiene que haber un tiempo para la verdad, no puede prescribir.  Necesitamos que el telón negro se levante para que entre la luz, porque la única manera de sanar como pueblo, como mujeres, como humanidad es que se nos permita la verdad y a partir de ella la justicia.

Somos Presentes

Apostamos a un periodismo capaz de adentrarse en los territorios y la investigación exhaustiva, aliado a nuevas tecnologías y formatos narrativos. Queremos que lxs protagonistas, sus historias y sus luchas, estén presentes.

APOYANOS

Apoyanos

SEGUINOS

Estamos Presentes

Esta y otras historias no suelen estar en la agenda mediática. Entre todes podemos hacerlas presentes.

COMPARTIR