Acusan a una comunidad mapuche de ocupar su propio territorio: el Estado ya se lo había reconocido

Empezó en Bariloche el juicio que acusa a integrantes del pueblo mapuche de ocupar Lof Buenuleo, su propio territorio desde principios de siglo pasado. Y reconocido en el Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas.

7 de marzo de 2024
Adriana Meyer
Edición: María Eugenia Ludueña

Integrantes de una comunidad mapuche de Bariloche son enjuiciados a partir de hoy en esa ciudad de la provincia de Río Negro, acusados del delito de usurpación. Seis de ellxs pertenecen a la Lof Buenuleo, a los pies del Cerro Ventana. Son Ramiro Buenuleo, Rosa Buenuleo, Lucas Dinamarca, Sandra Ferman, Nahuel Maliqueo y Nicolás Quijada, llegan al banquillo de los acusados junto a Claudio Raile y al lonko de la comunidad Pilláñ Mahuiza de Corcovado (Chubut), Mauro Millán, ante un tribunal integrado por los jueces Ignacio Mario Gandolfi, Víctor Gangarrossa y Romina Martini. 

En diálogo con Presentes, Millán dijo que pedirá su absolución. “Mi situación como autoridad ancestral hace que estemos siendo cazados por la Justicia. Es un proceso para amedrentar con fallos condenatorios y ejemplificadores a todos los que nos oponemos a este sistema de muerte que nos quieren imponer”, reflexionó.

Lof Buenuleo figura en el Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, que le reconoce 480 hectáreas donde sus familiares directos han habitado desde 1880. De hecho, desde principios del siglo pasado este lote pastoril figura en los mapas como Pampa de Huenuleo. Sin embargo, desde 2019, 90 de esas hectáreas están en conflicto porque se las adjudica Emilio Friedrich. Pero Friedrich no tiene un título de propiedad sino un boleto de compraventa que la defensa de lxs acusadxs considera apócrifo. A través de su abogado, Alejandro Pschunder, denunciaron que el 10 de septiembre de ese año Ramiro Buenuleo y otras personas ingresaron al predio en una camioneta y lo tomaron.

Aunque vive en el Lof Pilláñ Mahuiza a 500 kilómetros de distancia, a Millán lo acusan porque en noviembre de 2019 acudió a la comunidad Buenuleo para celebrar –levantar, dicen les mapuche– una ceremonia. “Esa comunidad está muy cerca de la meca de los negocios inmobiliarios que es Bariloche. Allí se llevó adelante una reivindicación del territorio para retenerlo porque estaba amenazado. Me invitaron para levantar una ceremonia. Son sitios frágiles que por algo no han sido habitados con la lógica de las grandes viviendas y mansiones”, relató el lonko. “Cuando levanté ceremonia vinieron patotas enviadas por el supuesto dueño, nos amenazaron de muerte con armas de fuego y blancas. Vino la policía y la fiscalía y me quedé como líder político, filosófico y espiritual. También había niños y mujeres. La fiscalía armó un listado y terminamos todos imputados. Salimos sobreseídos de este conflicto pero el Superior Tribunal de Justicia volvió todo para atrás”, completó.

Qué pasó en Lof Buenuleo

El 25 de agosto de 2014, la familia Buenuleo ha relatado que estaba terminando de velar al fallecido Antonio Buenuleo, abuelo y lonko de la comunidad, cuando un intermediario de Friedrich ocupó 90 hectáreas de bosque nativo con fuente de agua propia, y las adquirió a un precio vil. Claudio Thieck se las había cedido por 120 mil pesos. 

El 10 de septiembre de 2019 algunas de las familias que integran esa comunidad recuperaron las 90 hectáreas. Desde entonces fueron objeto de acoso judicial y policial. Acusadas de usurpación, resistieron órdenes de desalojo. La justicia rionegrina dispuso su desalojo en tiempo récord, menos de 24 horas después de concretado el asentamiento de los mapuche en su tierra. A partir de entonces comenzaron a cruzarse expedientes judiciales, a pesar de que la Carta Orgánica Municipal de Bariloche reconoce la posesión ancestral mapuche de las tierras y promueve el respeto sobre la espiritualidad de ese pueblo originario.

A favor del Lof Buenuleo

Comunidad mapuche Lof Buenuleo en su territorio, 2020. Foto de archivo/ Prensa, Ministerio de Seguridad de la Nación

En 2021 el juez federal de Bariloche, Gustavo Zapata, verificó que el territorio de los Buenuleo fue reconocido por el Estado mediante la resolución 90/2020 del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas). Así, en abril de ese año el magistrado ordenó al Estado Nacional, por intermedio del INAI, que realizara “la mensura del territorio de ocupación tradicional de la Comunidad Mapuche Lofche Buenuleo”, y que «concluido ello, ejecute los actos tendientes a la instrumentación de la propiedad comunitaria en favor de la comunidad”. 

Millán recordó que “esto generó mucha oposición en el empresariado y el poder político de Río Negro. Le costó el cargo a Magdalena Odarda, ex titular del INAI. Por eso el propio Poder Judicial nos vuelve a acusar, no pueden permitir que una comunidad gane un litigio de estas características porque deshabilita sus ambiciones. El que nos denuncia es apenas un testaferro de gente que maneja millones de dólares con la especulación inmobiliaria”. 

Con el fallo del juez Zapata la comunidad se había sentido reivindicada, tras haber padecido hostigamientos y agresiones. En abril de 2020 habían sufrido un ataque con armas blancas por parte de una patota encabezada por quien dice ser el propietario del predio. Ramiro Buenuleo fue rajado en la cabeza y el cuello, y terminó hospitalizado. 

Foto de archivo/ Prensa Ministerio de Seguridad de la Nación

Finalmente, en marzo de 2022 los jueces Marcos Burgos, Bernardo Campana y Gregor Joos consideraron penalmente responsables a Víctor Sánchez, Antonio Puñalef, Facundo Vera, Víctor Vera y Olga Flores por amenazas agravadas, lesiones graves y violación de domicilio de los Buenuleo. Casualidad o no, el abogado defensor fue el mismo que ahora querella a los agredidos en este juicio que comenzó hoy.

La comunidad había sido denunciada ante la justicia provincial por presunta usurpación pero el Tribunal de Impugnación de Río Negro declaró incompetente esa causa y dispuso remitirla a la justicia federal de Bariloche, donde resultaron sobreseídos. Sin embargo, ahora vuelven al banquillo porque el Tribunal Superior de Justicia de Bariloche consideró que “no se pueden consentir las vías de hecho”. 

En diálogo con Presentes, el abogado Matías Schraer explicó que esto significa que “podés tener razón pero si había una persona y la sacaste eso es considerado justicia por mano propia”. 

El letrado cree que ante un eventual fallo condenatorio se abre un escenario complejo, porque la parte querellante podría pedir el desalojo de los Buenuleo. En tal caso, según Schraer, “sería interesante que la Justicia considere que está vigente la ley 26.160 –que declara la emergencia territorial de las comunidades indígenas originarias del país y suspende la ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las tierras que ocupen– y la discusión sobre esa porción de territorio termine pasando al fuero civil, porque estando vigente esa ley un desalojo de un territorio reconocido por el Estado nacional sería algo gravísimo”.

El debate está previsto se extienda hasta el 13 de marzo y desde la Lof Pillañ Mahuiza reclamaron por la absolución del lonko Mauro Millán y los restantes imputados, que son asistidos por el defensor oficial Marcos Ciciarello.

Nacientes de vida

El apellido Buenuleo, en mapudungun, es una variante de Wenu Leufü, que en castellano podría traducirse “arriba” y “río”. “El abuelo nos decía que era la estela que dejaban las estrellas, también puede ser la Vía Láctea”, explicaba Deolinda Buenuleo, werken (vocera) de la comunidad en octubre de 2019

“Hay un resguardo de los sitios que nos permite subsistir como especie humana, son las nacientes de los ríos, y es un denominador común de los conflictos con el pueblo mapuche, del otro lado tenemos a empresas inmobiliarias, aparato judicial, poder político y empresarios mafiosos. Este caso Buenuleo no es la excepción”, sostuvo Millán, hermano de la referente Moira Millán, que hoy estuvo acompañando el inicio del juicio. 

“Los mensajes cargados de racismo se empiezan a materializar, se habilita a civiles a ejercer esa violencia en forma concreta, como sucedió en la detención de Matías Santana, donde el trabajo de inteligencia lo hicieron adeptos a Patricia Bullrich. O cuando un gobernador sale a juzgar mediáticamente a una comunidad, la Lof Paillako, como hizo Ignacio Torres cuando la acusó falsamente por los incendios en Los Alerces”, agregó.

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