Sigue la discriminación en Santa Fe: la docente trans Carla Rivero no puede volver a las aulas

La docente trans Carla Rivero fue apartada de las aulas de la escuela de la que era directora desde abril. Fue luego de una broma que hicieron sus alumnos y filmaron con su teléfono.

En 2023, cuando Carla Rivero cumplía 28 años de carrera docente, pudo cumplir su sueño de dirigir una escuela. Ocho meses después, una broma fue la excusa para alejarla no sólo de su cargo sino también de lo que más ama en su vida: la docencia.

Carla Rivero había finalizado la hora de trabajo con sus alumnxs de sexto grado en la escuela República del Paraguay, de Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe. Uno de sus alumnos le pidió el teléfono para filmar un video con un juego y la invitó a participar. La docente hizo la coreografía que le enseñaron lxs niñxs, recibió el teléfono, lo guardó y dio por terminada la hora de clase. Dos semanas después le iniciaron un sumario por ese video y suspendieron su labor en las aulas, con lxs chicxs.

Preguntó en la dirección de la escuela si estaban al tanto del motivo de la citación y le respondieron que no sabían nada. Sin embargo, cuando llegó al ministerio se encontró con que la denuncia contra ella por este video, había salido de la misma dirección de la escuela.

“Cuando me citan al Ministerio el 6 de diciembre, realmente no sabía por qué razón la supervisora de mi sección me convocaba. En ese instante me enteré que me iniciaban un proceso sumarial”, cuenta Carla Rivero a Agencia Presentes.

En el Ministerio, a la docente le informaron que le iniciaban el sumario y la trasladaban a la junta de escalafonamiento de docentes de nivel secundario. A “No tuve la notificación de los directivos, -que era lo que correspondía- para presentar mi derecho a defensa y mi descargo correspondiente. Tampoco en esa primera intervención directa de la supervisora tuve la posibilidad de presentarme con un abogado”, contó a un mes del hecho.

Carla no pudo despedirse de sus alumnxs con quienes venía atravesando todo un proceso educativo.

Un hecho de discriminación

No es la primera vez que Carla se enfrenta a una situación discriminatoria. Le pasó sobre todo en la década del 90 y cuando aún no existía la Ley de Identidad de Género.

Rápidamente pudo ver en estas acciones de colegas docentes, padres y personal del Ministerio una clara discriminación. “Ellos querían sacarme de las aulas”, comenta.

En esto coincide Marcos Peiretti, abogado que representa a la docente. Cuenta que desde que tomó el caso, intentan acceder a las actuaciones del sumario, pero no lo logran por cuestiones burocráticas. “La demora, no afecta al fondo de la defensa técnica de Carla, pero sí hay un perjuicio actual. Porque cautelarmente se apartó a Carla de las aulas, y se le vedó estar frente a niñas, niños o adolescentes”, agrega el letrado.

Además, aclaró que previo al inicio de sumario a la docente, no hubo ninguna llamada de atención ni sanción previa de ninguna índole, y que la escuela no escuchó a Carla. “Todo eso y los motivos que solo preliminarmente conocemos, hacen que a nosotros (los integrantes del equipo legal de Carla, compuesto también por Gustavo Feldman y Liza Feldman) nos parezca apresurado, con un cierto dejo de arbitrariedad la decisión”, explica Peiretti.

“La escuela prescindió absolutamente de escuchar a Carla antes de tomar esta determinación. Frente a una docente de más de 30 años de trayectoria, sin sanciones disciplinarias, que ha logrado instalarse en una comunidad educativa compleja, que se ha ganado el apoyo de padres que a su ingreso la han resistido solo por ser trans (cual será la pedagogía travesti que logró contar hoy con el apoyo de estos), y que en ese marco se la corra de las aulas, como si significara algún peligro para lxs niñxs. Y a sabiendas del penar que eso a ella le causa”, finalizó el abogado.

El procedimiento

El abogado que representa a Carla dejó en claro que el inicio del sumario parte de la misma escuela. “Por supuesto que debe ocurrir una investigación seria, para arribar a una conclusión justa. Pero lo que no creemos justo es que, mientras tanto, se quite a Carla de las aulas, y se la conmine a desarrollar tareas administrativas”, aclara.

Es allí donde existe una maniobra discriminatoria. “Vemos, entre lo apresurado lo sesgado y lo burocrático, el combo perfecto para desvirtuar la incomodidad que a algunos le genera una travesti dando clases y siendo querida por sus alumnos”, dice el abogado.

“Nuestra labor se encaminará en hacer que Carla retorne a las aulas, que el intríngulis se aclare, y que junto con la recomposición de la dignidad de esta docente; se desprenda un mensaje claro a toda la comunidad educativa”.

El abogado también contó a Presentes que las nuevas autoridades de la Secretaría de Género de la provincia se mostraron comprometidas desde un primer momento con Carla. “Las nuevas autoridades del Ministerio de Educación también frente a nosotros han asumido el compromiso de atender este asunto, con celeridad y seriedad, para que si está ocurriendo una situación injusta, esta sea corregida”.

Carla, la docente querida

“Arriba ese ánimo, marcaste el corazón de muchas generaciones”; “Te quería dar las gracias por ser como sos, fuiste la mejor seño siempre, Carlita”, fueron apenas dos de los mensajes de decenas que le llegaron a Carla de sus exalumnos. Incluso, lxs chicxs al enterarse de la situación que se provocó a partir del video, publicaron otro explicando que había sido una broma, que la docente había sido engañada y que no pensaron en que tendría esta consecuencia.

“Apenas hago pública la situación inmediatamente las redes comenzaron a estallar con mensajes, videos y llamadas de alumnos, exalumnos, padres, organizaciones, funcionarios y personas independientes. Mi celular no dejaba de sonar; ahí me di cuenta que no estaba sola y que no había hecho las cosas tan mal en estos casi 30 años. Mis redes se poblaron de mensajes positivos y de aliento”, cuenta la docente a Presentes.

El 21 de diciembre volvieron la citaron nuevamente al Ministerio. Allí le notificaron que el corrimiento de su cargo se hacía efectivo en la Junta de Escalafonamiento Secundario y que se negaron a dejar el descargo por escrito. “En todo momento ignoraron mis explicaciones”, comenta.

Ese mismo día se presentó a trabajar en la junta, que realiza un trabajo administrativo para el que hay que estar capacito. “Me recibieron cordialmente pero nunca me hablaron de la labor que voy a cumplir en esa dependencia”.  

“Una persona trans en un aula es un cuerpo político disruptivo”

La situación que vivió en diciembre fue un deja vu para Carla. Le pasó hace siete años en Corrientes. “Esa vez no llegaron tan lejos a pesar de que la directora de la escuela en la que trabajaba convocó a una reunión con los padres de mis alumnos y les dijo: ‘La señora de tercer grado no es una señora es un señor’”, recuerda.

En esa oportunidad, gracias a la mamá de una alumna que grabó esa conversación, denunció a la directora ante el Inadi.

“Eso sucedió en 2016 y no me sorprendió. Pero que la persecución, el hostigamiento y la discriminación ocurra en Rosario es llamativo cuando es una provincia pionera en derechos LGTBIQ”, reflexiona. “Las causas de lo sucedido tienen que ver con intereses personales pujan dentro de la escuela con situaciones arbitrarias varias, destrato, una cooperadora donde han pasado cosas raras etc. Estuve unos meses en la dirección de la escuela y sé perfectamente las cosas que allí suceden”, agrega.

“El primer objetivo es el impedimento a acceder a cargos directivos y el segundo es barrerme del sistema. No hay otra explicación después de las innumerables muestras de afecto de los centenares de alumnos que pasaron por mis aulas. Una persona trans en un aula es un cuerpo político disruptivo y eso molesta a muchos docentes todavía”.

Lo sucedido en la escuela República del Paraguay está también ligada al contexto político actual. “No lo considero casual que después de que ganó el nuevo gobierno nacional hayan salido a la luz varios casos similares al mío en dos semanas. Esto es un aleccionamiento para castigar y perseguir. Lo lamentable es que se use a la escuela como aparato represor del Estado”.

“Jamás responsabilizaría a un alumnx de lo que me pasó. Asumo mi responsabilidad de haber prestado mi celular. Pero ahí, al inicio de un sumario es un acto de complicidad entre la dirección de la escuela y la supervisión. Lo único que exijo es la restitución inmediata de mi cargo porque todo fue un proceso mamarracho, desprolijo y avasallando derechos laborales”.

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