“Oriana”: una película- homenaje a Monique Wittig a 30 años de su muerte
Basado en el libro "Las guerrilleras", el film trata de un grupo de guerreras feministas que se refugian en un paisaje puertorriqueño y muestra su supervivencia cotidiana a través de las invenciones colectivas.
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“Dicen que al principio figuran apretujadas unas contra otras”. Con esta frase coral, tomada prestada de Les Guérillères (1969) de Monique Wittig, comienza la película Oriana de la directora puertorriqueña Beatriz Santiago Muñoz que se estrenará el próximo viernes en el Centro Cultural San Martín en el marco del Festival Cine Migrante . De ese principio sabemos tan poco como de quienes hablan en pantalla. No hace falta saber. Así funciona la ‘fabulación especulativa’, ese término que Donna Haraway utiliza para hablar de los actos que ejercitan la construcción de mundos posibles (world building). Un acto de rebeldía creativa para imaginar futuros nuevos.
“Es la manera en que las personas jóvenes de las llamadas ‘periferias del mundo’ pueden ingresar en la narrativa de la Historia desde un lugar de potencia”, explica Florencia Mazzadi, directora y curadora del Festival junto a Almudena Escobar López (España) y Olivier Marbouef (Francia). “Eso es lo maravilloso del material de Wittig que Beatriz recoge perfectamente. Son los indicios que traemos los feminismos cuando proponemos un modo distinto de habitar el mundo”. Este año, la consigna del festival reza: “En el límite de lo visibile. Indicios de parcelas habitables”. Para Mazzadi, la curaduría de CineMigrante tiene un objetivo claro: recoger las experiencias concretas de esas periferias del sur global que se resisten a participar en las formas capitalistas, heterosexuales y patriarcales de este tiempo, y en donde se ensayan nuevas narraciones para un futuro en potencia.
Y es que, ya hacia fines de los años 60, Wittig se animaba a desafiar las normas impuestas por un sistema sexo-género binario a través del lenguaje experimental: invenciones lingüísticas, destrucción de la lengua madre, un desafío verbal lanzado contra todas las categorías establecidas. Mutando del libro a la pantalla, deviniendo obra nueva, Oriana es fiel a su progenitora y propone una cinematografía experimental que transcurre en un espacio-tiempo indefinido: bosques, cuevas, ríos, cables. Las ruinas que dejó el huracán María tras su paso por San Juan, Puerto Rico. Allí, las protagonistas hablan un lenguaje potente, brujo, llamándonos a ser parte del conjuro.
Un manual de instrucciones para organizar el pensamiento
Beatriz Santiago Muñoz tenía 19 años la primera vez que leyó a Monique Wittig. La autora fue fundadora del movimiento de Liberación de la Mujer en la Francia post Mayo del ‘68 . Sería recordada por su famosa frase “las lesbianas no son mujeres”. Fue en una clase de Lauren Berlant en la Universidad de Chicago donde leían mucho material de los años 60 y 70, del marxismo materialista y de los primeros feminismos.
“Mi experiencia fue la de sentir que estaba formándose una relación distinta con el texto, una experiencia sensorial de afectación, pero sin entender cómo hacía Wittig para que eso sucediera”, recuerda Santiago Muñoz. Desde entonces, Las Guerrilleras se transformó en una suerte de manual de instrucciones ajenas para reorganizar el pensamiento propio. “Me ayudó a pensar en la importancia de la forma de las obras, no solo en el qué, sino en el cómo”. Este 2023 se cumplen 30 años de la muerte de la activista y teórica francesa.
Al igual que en el libro, en la película no hay una figura central, sino muchas, y todas se unen a través de un lenguaje brujo, colectivo. “No existe una protagonista en el sentido de la novela decimonónica, sino la construcción de un sujeto femenino colectivo y constantemente cambiante. Wittig tiene una visión política de la categoría de mujer. Eso es lo que nos trae: una manera compleja de ver la relación entre el lenguaje y las categorías políticas, y la posibilidad de reordenar para un cambio radical”. Así es como Santiago Muñoz nos propone adentrarnos en un film que promete tener infinitas adaptaciones. La directora asegura que esta es solo una de las múltiples posibilidades que ofrece el texto. “El verano pasado filmé otras dos películas cortas que podrían ser apéndices, epílogos o prólogos de Oriana. Se trata de un proyecto que no terminará jamás”.
Guerrilleras sin censura
Las Guerrilleras fue publicado por primera vez en Francia en el año 1969. Dos años después, en 1971, fue traducido al español en un contexto atravesado por la moral conservadora fascista del franquismo que censuró pasajes enteros del libro. En 2019 en Argentina la editorial Hekht decidió publicar el libro incluyendo estos pasajes extraviados y tradujo el título como Guerrilleras, sin el artículo “las”. “Wittig proponía que los roles de género, el lenguaje binario, no solo se construía a través de los pronombres sino de toda la gramática del lenguaje, de todo lo que es nombrado como de lo que no lo es. Esto es lo que hace que su lectura sea tan actual”, asegura Santiago Muñoz.
Literatura, cine y performance en la nueva edición del Festival CineMigrante
“Dicen que como son portadoras de vulvas ya conocen lo que las caracteriza. Conocen el monte, el pubis, el clítoris, las ninfas, los cuerpos y los bulbos de la vagina”. En el mundo ficcional de Wittig, las guerrilleras participan en batallas sangrientas y victoriosas, usan cuchillos y lanzacohetes, fabrican armas con lo que tienen. ¿Cómo mostrar esto en un film? “El cine coloca al ojo en un lugar central y el ojo está cruzado por toda la malla sociocultural que nos habita. El ojo sublima las discriminaciones y las xenofobias. Lo que hace Beatriz es engañar ese oculocentrismo”, explica Florencia Mazzadi.
Santiago Muñoz tuvo que volver al libro varias veces, leerlo en soledad y leerlo acompañada. Descubrir los métodos formales que utiliza Wittig y qué sucede cuando esos métodos son trasladados al lenguaje de la cámara. “No es lo mismo trabajar con la palabra ellas, con el texto escrito, que mostrar un cuerpo marcado como femenino en una pantalla. Tenemos muchas ideas sobre cómo leer ese cuerpo, hay una mirada construida. Tuve que aprender que la gramática del cine está hecha para imitar a la novela, al argumento que se construye en la interioridad de un personaje. Es decir, tuve que entender que ese lenguaje que estaba usando está diseñado para una forma en particular y una manera de imaginar el mundo particular. Y de ahí experimentar para proponer otras formas posibles”.
Así es como le llega a la idea de hacer un close up de un ojo, una técnica del cine que consiste en un encuadre cerrado que muestra apenas un fragmento del asunto filmado. Y desde ese ojo, la cámara nos conduce directamente al cosmos, a las estrellas, a la exterioridad como la posibilidad de todo. “Cuando filmamos, no éramos muchas más personas que las que se ven en la película. En 2020, en plena pandemia, nos encerramos en una quinta cerca de San Juan. Mis producciones, por necesidad y me gusta que sea así, no me permiten estar con 60 personas filmando durante cuatro semanas, sino que se hace un poco una semana aquí, luego se avanza alguna otra cosa por allá, y se construye de a poco. Las mujeres del film son personas cercanas a mí y solo dos de ellas tienen experiencia en performance”, explica la realizadora.
La imagen nos exige. También como público, como espectadoras, la película nos induce a mirar de manera colectiva. Y al mismo tiempo que miramos, un coro nos habla, nos abre las puertas de su mundo. La propuesta de las curadoras de CineMigrante es que ese desborde que propone el film devenga en otro tipo de actividad. Por esto llegaron a la idea de una performance colectiva de lecturas y reverberaciones de fragmentos de Las Guerrilleras de Wittig, como una forma de realizar un ritual colectivo para acoger a Oriana. Este contará con la presencia de val flores y se llevará a cabo en el marco de la proyección de la película en el Centro Cultural San Martín. Luego habrá una segunda proyección el 30 de septiembre a las 19 en el Centro Cultural Kirchner.
El film podrá verse los días 22 y 30 de septiembre en el marco del 14ª Festival Internacional CineMigrante
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