Histórika: apuesta cultural, política y transfeminista en Chiapas
Una colectiva transfeminista sostiene un hostal cultural para mujeres y disidencias. Una propuesta basada en el trabajo colectivo, comunitario y artístico.
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La idea empezó a germinar en la mente de Yanil Abu Aiach, feminista, lesbiana, música y artista argentina hace varios años, pero no se logró concretar. Adquirió, eso sí, experiencia particularmente dentro del feminismo comunitario mientras siguió recorriendo otros lugares. En 2012 impulsó la creación de Legüereale, una comunidad de artistas independientes también argentinas.
Pasaron varios años más hasta que en agosto de 2022 fundó Histórika en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, al sur de México. La posibilidad de arrancar este proyecto vino después de que un amigo suyo le ofreció apoyo económico para el arranque. Yanil empezó a delinearlo en San Cristóbal de las Casas, en donde guiaba un ensamble de tambores. A través de este trabajo invitó a otrxs artistas para que se sumaran a la iniciativa, y pronto se conformó la colectiva transfeminista que está ahora detrás de Histórika.
Arte, política y diversidad
Histórika se perfiló como un espacio de arte y comunidad enfocado a mujeres y disidencias. Como alguien que ha recorrido distintos lugares en el mundo, Yanil sabe que no es fácil tener espacios seguros. «Como artista, como música, como migrante he transitado estos obstáculos”, cuenta.
El espacio tiene varios pilares que van de lo político, a lo cultural y social, siempre con el arte como esencia. Lo político y cultural incluye la realización de talleres de idiomas, canto, baile, muralismo, percusión, guitarra; también fomentan la visibilidad de mujeres y disidencias en los escenarios (músicas, cantantes, compositoras), y la reivindicación del trabajo remunerado desde el arte.
Impulsan economías circulares, economías de resistencia, economías alternativas “con el fin de legitimar la labor de les artistes y también de quienes llevan la gestión de los eventos”, explica Yanil. Siempre soñó con que sea una cooperativa «en el sentido de que el esfuerzo de cada une es un esfuerzo militante. Pero que también tenga una retribución económica equitativa».
Construir territorios
El pilar social se llama Proyecto Fénix, que está enfocado a las necesidades de las poblaciones más vulneradas. Integra diferentes frentes, uno de ellos es un refugio para mujeres o disidencias en situación de violencia y que ofrece una red de apoyo y acompañamiento para estas personas. Hay colaboradoras de distintos ámbitos para hacer una reconstrucción vital. Se apoya con terapias de diversos tipos y se acompaña desde el arte.
El pilar económico es el hostal, abierto de igual forma a mujeres y disidencias. También está abierto al trueque o intercambios en pro de espacio.
La grupa que sostiene Histórika cree en lo crucial que es “construir territorio, construir espacios donde nosotras podamos expandir nuestras conciencias, expandir nuestras intenciones, tener la posibilidad de escuchar”.
También son conscientes de la importancia de integrar las perspectivas y las experiencias locales que se encuentran en San Cristóbal de las Casas. La ciudad atrae gran cantidad de turistas de diferentes lugares del mundo y no escapa del contexto complejo de diversos conflictos en el estado de Chiapas. En meses recientes ha sido escenario de actos violentos. “Escuchar al territorio en el que estamos sin caer en procesos gentrificatorios, tratando de integrar las luchas que antecedieron”, apunta Yanil.
Para todos los feminismos
Para la colectiva es importante no caer en políticas asistencialistas. “Ni de venir y decir: nosotras tenemos información, vos sos víctima del machismo de tu cultura. No, esa no es nuestra política. Somos cuidadosas. Las mujeres del barrio fueron conociendo poco a poco el proyecto y se acercan cada vez más”, comparte también Yanil.
La grupa de Histórika incluye principalmente a mujeres y disidencias de Argentina, México y Guatemala. Pero participan personas de todo el mundo, desde voluntarixs hasta huéspedes del hostal que contribuyen o se involucran con lo que pasa en el espacio.
“Cada persona aporta desde su historicidad. Creo que es algo que el feminismo tiene que aprender, tiene que madurar. Hay muchos feminismos y todos podemos construir en esas diferencias o sutilezas, desde la flexibilidad, una estructura que sea permeable y que todo el tiempo esté resistiendo los embates que van cambiando. Las generaciones nuevas tienen que escuchar a las más de antes. Y las de antes también tienen que estar abiertas a escuchar a las más nuevas”, dice Yanil.
Autonomía y vida anticapitalista desde los afectos
Un aspecto que es importante para Histórika es apelar a que es posible construir una vida plena, “con independencia y una autonomía vinculada al deseo que tenemos, creemos que esto es difícil, pero es posible en comunidad, sin pensar todo el tiempo que la vida va a ser un gran sacrificio o esfuerzo, sobre todo porque para mujeres y disidencias es doble, ya sabemos, pero tiene que ver con una política humana, anticapitalista, básicamente”, señala Yanil.
Histórika propone plantear la importancia del autoconocimiento en el reflejo con el otre para construir una estrategia que realmente “nos fortalezca, nos potencie, nos expanda y entonces el enemigo está fuera porque estamos todo el tiempo creando cosas nuevas”, agrega Yanil.
En la casa que alberga el hostal y el centro cultural que es Histórika es común ver el ir y venir de mujeres y disidencias, también de niñes, de diferentes nacionalidades y contextos. Igual pasa a saludar una mujer originaria de San Cristóbal de las Casas que una joven que quiere proponer un taller. Hay momentos en que todas, todes, comparten la mesa para degustar el desayuno o la comida, un menú vegano, a precio accesible.
Además, el tiempo está repartido en talleres, en conciertos o en ratos para simplemente conversar.
De ahí que, además de la experiencia esperada en un hostal, quienes llegan al lugar pueden conocer a otras/otres creadores. Y más allá de eso, Yanil apunta a que constantemente se mueven de su zona de confort, porque una viajera puede conocer a una mujer que está refugiada ahí, huyendo de una situación de violencia familiar. La interacción puede ser que, pese a la diferencia en sus vidas, ambas personas (la viajera y la refugiada) puedan crear un vínculo, que se potencien una a otra o a otre. “Ah, esto también me pasó a mí, pero también me puedo empoderar como aquella otra”, ejemplifica Yanil.
Lejos del patriarcado
Por eso, además de la diversidad de personas e historias, Yanil dice que “la casa también está atravesada por lo afectivo, abrirte a sentir en armonía. Lo vincular es lo más político, es la revolución más grande, realmente desearle lo mejor a la otra, que brille, pensar que la causa es mucho más que un ser o un eslogan de lucha, que somos un red de apoyo. La empatía se trabaja concretamente con la cuerpa, nos acuerpamos realmente”.
A casi un año de la creación, la equipa de Histórika sabe que falta mucho por venir. Julia, Primavera, Gio y Ambar acompañan a Yanil. Van, en meses próximos, por la expansión del proyecto experimentando con la soberanía alimentaria y desarrollar proyectos agroecológicos (poder cultivar verduras para el autoconsumo), seguir impulsando a creadoras, a músicas y por la búsqueda de fondos para ampliar el Proyecto Fénix y poder construir un espacio mejor acondicionado para poder recibir a mujeres y disidencias que necesiten un refugio ante la violencia machista. “Mientras más podamos alejarnos de las dinámicas del sistema patriarcal tradicional, mejor”, dice con claridad Yanil.
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