26 de abril de 2023

Agustina Ramos

Archivo Agencia PresentesLuli Leiras

Edición: María Eugenia Ludueña

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«Las lesbianas no son mujeres», decía la filósofa y activista lesbofeminista francesa Monique Wittig hacia fines de la década de 1970. La frase se convirtió en emblema para el activismo lésbico que continuó su legado. Con ella explicaba que ser lesbiana no se limita a una orientación sexual (al quién te gusta) sino de una forma de habitar el mundo y de fugarse del orden heterosexual. 

Para conocer por qué hay lesbianas que no se reconocen como mujeres, Presentes conversó con las activistas lesbianas Vic Sfriso, María Eugenia Sarrías, Mariana Rodríguez Fuentes y María del Milagro Mariona.

Como origen de este pensamiento, todas señalaron la influencia de Wittig. La filósofa pronunció aquella frase que causó inquietud en su época en el cierre del discurso «El pensamiento heterosexual» en 1978 en la Modem Language Association Convention (Convención de la Asociación de Idiomas Modernos). Dos años después (1980) se publicó por primera vez en la revista francesa Questiones féministes (Cuestiones feministas).

En su teoría, Wittig reconoce a la heterosexualidad más allá de una orientación sexual. Para ella se trata de un régimen político y económico. Esta organización del mundo heterosexual se basa en la sumisión y la apropiación de las mujeres por parte de varones, según la activista francesa. 

Lesbianas fugitivas 

«Se puede pensar que mi punto de vista es demasiado crudo, y no me sorprende, si tenemos en cuenta la cantidad de siglos de pensamiento que ha habido contra él», dice la escritora en la introducción a sus ensayos. En este contexto, para Wittig las lesbianas son fugitivas del régimen heterosexual, es decir, se fugan de este orden.

Las entrevistadas coincidieron en que ser lesbiana implica una forma específica de habitar el mundo, diferente al de una mujer cis heterosexual. Por eso consideran que se trata de una identidad de género. Además, resaltaron: se trata de una forma de ser que no es fija ni igual para todas las lesbianas. 

Para explicarlo respondieron a las preguntas: ¿Qué significa ser lesbiana para vos? y ¿por qué te reconocés como lesbiana y no como mujer?

Identidad género y expresión política

María Eugenia Sarrías, trabajadora social e integrante de Lxs Safinxs, de Rosario, Santa Fe

Lesbiana es una palabra revolucionaria, nombra a un sujeto político que no es binario, ni varón ni mujer. Se trata de una identidad de género y una expresión política. Es también un modo de vivir que rompe con las formas y modos convencionales de relacionarse entre los seres, con la naturaleza y con nosotras mismas.

Además, lesbiana es una identidad que es la casa de muchas formas diversas que elegimos habitarla. Habemos lesbianas de todxs los colores, lesbianas indias, lesbianas pobres lesbianas de barrio, lesbianas intelectuales, lesbianas científicas, lesbianas cis, lesbianas trans… lesbianas sin más. Yo me identifico genéricamente como lesbiana porque  no me siento identificada con otras categorías y formas de hábitar este mundo.

Qué es el espacio conceptual lésbico

Vic Sfriso, docente y traductora, ive en la Ciudad de Buenos Aires

Recientemente tradujo y publicó París, la Política de Wittig en la Editorial Asentamiento Fernseh, de Córdoba. Además se dedica a estudiar cómo las pequeñas editoriales, como Bocavulvaria Ediciones, hicieron activismo lésbico.

Pienso en la identidad lésbica como un lugar que hemos hecho colectivamente a base de construir palabras y armar un campo semántico donde podamos reconocernos en diferentes experiencias. En esa clave hay diferentes recepciones de la propuesta identitaria en términos políticos. A mí me gusta la propuesta de Wittig en el sentido de que las lesbianas no son mujeres y que se constituyen una forma de estar en el mundo que no opera genéricamente como las mujeres. Pero también que lo lésbico es un espacio conceptual en términos de lo desviado o incluso de lo que hoy podríamos aggiornar como lo queer.

Una de las amigas más cercanas de Wittig describía a la concepción de lo lésbico en Wittig como un holograma. Como si fuera algo que sólo se puede ver por momentos, que no está fijo, no es estático, no es ontológico, que no tiene rasgos esenciales: que no hay nada que haga a una lesbiana en sí misma excepto esos movimientos por ir hallando lugares desviados de habitarse sexualmente. A mí me interesa lo lésbico como un espacio sexual que produce perturbaciones en lo genérico. No como una identidad que se encripta a sí misma como si fuera que las lesbianas son de cierta forma y eso arma la categoría de lo lésbico.

Identidad en fuga

María del Milagro Mariona, periodista, militante feminista y activista lesbiana-

Edita y dirige el diario cooperativo La Nota de Tucumán, con agenda feminista y temática LGBT+. Vive en Tucumán. 

Para mi ser lesbiana es una identidad mucho más profunda que quién me atrae sexoafectivamente. Es una forma de estar en el mundo, de habitarlo, de transitarlo rompiendo con el binarismo mujer/varón o heterosexual/homosexual. 

Al ser una identidad por fuera de la norma, está atravesada, por un lado, por la violencia del sistema heteronormativo. Que busca todo el tiempo que no seas eso, o si lo sos que no se note, que no se escuche, que no se sepa. Y por otro lado, por las resistencias y los lazos que se tejen alrededor de esa fuga del sistema y de esas violencias.

Yo lo vivo como una identidad en fuga, una identidad que no tiene forma, ni reglas. No siempre lo viví así. Fue un proceso, una maduración, una construcción colectiva con otras lesbianas que habitan el mundo desde una perspectiva similar, donde podemos encontrar cruces en nuestras experiencias. 

Una comprensión del mundo y de hacer comunidad

Mariana Rodríguez Fuentes, licenciada en Comunicación y formadora en ESI

Junto a Mariona realiza el podcast Antro de Lesbianas y también es de Tucumán.

La identidad es un posicionamiento con el que te movés en todos lados. En mi experiencia tiene que ver con intentar legitimar o permanentemente desafiar a que se legitime mi figura como lesbiana en un montón de lugares en donde no se espera que esté. Trabajo como docente o formadora de docentes y no puedo no compartir mi experiencia como lesbiana ahí también y reivindicarla. Para mí hay una visión o una comprensión del mundo que no es igual a la heterosexual y yo me siento más cómoda en ese lugar.

Pensar la no linealidad entre la orientación sexual y la identidad de género es algo que siempre vamos a intentar promover. La sexualidad es una forma de expresión dinámica. Que una identidad no binaria se identifique también desde el lesbianismo es una forma de reivindicar una forma de vida, de hacer comunidad como lo ha hecho el movimiento lésbico.