Un gendarme amenazó con su arma a personas en un boliche LGBT de Jujuy

Un miembro de la Gendarmería ingresó a un boliche LGBT con un arma y profiriendo insultos homoodiantes. El pedido por una ley antidiscriminatoria.

SAN SALVADOR DE JUJUY, Argentina. La madrugada del domingo 16 de abril, luego de que fuera sacado por la seguridad, un gendarme intentó ingresar con un arma al boliche Babylon, en la ciudad de San Salvador de Jujuy. La firma informó que la acción de la propia seguridad del local logró evitar consecuencias mayores. El hombre fue detenido poco después por la Policía de la provincia.

Babylon es un conocido boliche ubicado en Alto La Viña, en la zona este de la ciudad capital de Jujuy. Su oferta propone justamente un lugar seguro para la diversión de las personas no binarias. Está abierto a cualquier persona, con la sola condición de que no haya actos discriminatorios ni de violencia.

Por eso, para las colectivas, la novedad del intento de agresión provocó gran conmoción y puso de relieve la violencia que soporta la comunidad LGBTIQ en esa provincia. Las organizaciones reclamaron la sanción de una ley antidiscriminatoria.

Discurso homofóbico

El boliche informó en sus cuentas oficiales que el hombre profería “un discurso homofóbico contra miembros de la #comunidadLGBTIQ+”. También destacó la acción de su personal de seguridad y de la Policía jujeña para detener al hombre.

Presentes pudo acceder al relato de una testiga que esa madrugada presenció el incidente en el boliche. “No sé si fue por homofobia”, opinó, antes que nada. Relató que había salido en ese momento. Luego vio cómo el gendarme volvía con un arma y que la remontó en la puerta del lugar. “Llamé, hablé con la policía y él se fue, parece, en una camioneta”.

Por información dada en la cuenta oficial del boliche se sabe que fue detenido y puesto a disposición de la justicia. No hubo información oficial sobre este aspecto. Según relató el dueño del boliche, Marcelo Fili, cuando vio a la policía el hombre se encerró en su vehículo. Luego tuvo que ceder y entregarse.

El boliche confirmó que el gendarme estuvo adentro y que fue “retirado junto a su acompañante por comportamiento violento y homofóbico”.

Después “pretendió volver montado en odio con un arma reglamentaria que tenía en el vehículo que usaba, junto a su uniforme”. Y “no dudó un segundo en gatillar de la forma más cobarde, al grito de tener intenciones de matar a todos los put*s”. “Nuestro jefe pudo preservar su vida, apoyado por las fuerzas policiales de Jujuy y todo nuestro staff de control”, insistió Babylon. Otras versiones afirman que el gendarme no llegó a gatillar su arma.

El propietario del boliche, Marcelo Fili, afirmó en declaraciones al Canal 2 de Jujuy que cuando el encargado de seguridad le impidió el ingreso, el gendarme “sacó un arma reglamentaria, se la puso en la cabeza a nuestro portero, gatilló, no salió el tiro, volvió a remontar. Se la puso al gerente del local en la cabeza, volvió a gatillar, no salió el tiro y así hizo diez intentos”.

Una ley antidiscriminatoria

El boliche emitió dos comunicados sobre el incidente. En el segundo, más extenso, lamentó el ataque a “un espacio donde una comunidad concurre a ser feliz, a relajarse a divertirse” con respeto, sostuvo.

Babylon “es el único boliche donde las disidencias podemos ir”, contó a Presentes Sara Pérez, de la Colectiva Antirracista Identidad Marrón Xuxuy y la Colectiva Campesina e Indígena Orgullo Quebradeño. “Hasta cuándo seguir tolerando estos hechos violentos en espacios que son los únicos donde podemos divertirnos, salir, sin ocultarnos. En realidad, es el único lugar”. Porque en los otros lugares “sentimos como una opresión. Porque la noche jujeña tiene ese tinte muy homofóbico, muy transodiante”, explicó.

Pérez, de 34 años, contó a Presentes que, en lo particular, ella evita exponerse. “Si vamos a lugares así en la noche jujeña evitamos la expresión de la identidad como forma de protegernos y de cuidarnos. Sabemos cómo es la noche”, indicó. “En la mayoría de los espacios existe esa violencia y ese insulto por ser marica o por ser trava. Y está esa cuestión ahí muy presente. La noche jujeña es violenta y para las disidencias sexuales es el doble”, aseguró.

Junto a otras, la Unidad de investigación y estudios para la acción y reflexión en disidencias sexuales Jujuy “Guepardxs” – Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, la Comunidad de la Quebrada LGBTTTIQ+, el Colectivo Autoconvocado de la Diversidad Perico y Libres y Diverses – Jujuy, las colectivas que integra Pérez difundieron un comunicado en el que plantearon también esa cuestión del derecho a la diversión.

También hicieron “un llamado a la sociedad en la importancia del respeto y la decisión de la orientación sexual, expresión e identidad de género de cada persona”.

Las organizaciones afirmaron que este hecho confirma “la falta de implementación de políticas reales con perspectiva de género y de disidencias sexuales”. “Por más leyes o secretarías que se crean, nuestrxs cuerpxs siguen siendo violentadxs por el sistema. E incluso por las mismas instituciones que dicen ‘cuidarnos y protegernos’”, denunciaron.

Estas organizaciones, y también el Movimiento Ailén Chambi, se pronunciaron por la sanción de una ley de antidiscriminatoria. “Y por la incorporación de una perspectiva integral en las políticas de género orientadas al colectivo LGBTINB+”, agregó el grupo de colectivas.

“Tenemos derecho a divertirnos y a expresar nuestras identidades de género en los contextos festivos. Un ataque de odio no debe quitarnos el derecho a bailar, a gozar de un espacio seguro y a denunciar si hay algún acto violento que intente normalizar nuestras sexualidades”, aseguraron.

Ailen Chambi exigió que les legisladores nacionales “se comprometan con impulsar y sancionar el proyecto de ley antidiscriminatoria presentado por la Federación Argentina LGBT (FALGBT). Necesitamos una reforma legislativa que garantice nuestra protección y que en especial promueva un plan de acción para prevenir hechos de odio y violencia”, sostuvo en un texto que difundió por redes sociales. Allí también repudió “todo acto homolesbotransodiante” y exigió el esclarecimiento del hecho suscitado en el boliche. “Por una justicia que actúe con perspectiva de derechos humanos, género y diversidad”.

El uso de armas reglamentarias

Las colectivas que se pronunciaron en conjunto consideraron que lo más grave del incidente del domingo último en Babylon es que el agresor “forma parte de una institución que dicen ser defensores de la patria”.

Sara Pérez aseguró que en Jujuy se sigue usando el Código de Contravenciones para hostigar a las personas de las diversidades. “La policía sigue amedrentando a las chicas trans que trabajan. La violencia policial continúa, no ha parado ni por más capacitación que tengan, existe la violencia hacia nosotres en distintos contextos o en la misma calle”. Es tanta, dijo, que “capaz que lo tenemos bastante naturalizado de escondernos un poco en relación a nuestros sentimientos”.

¿Qué hacer contra la violencia machista?

Para Sara Pérez, lo primero es que el estado jujeño “acceda al diálogo” y que también las instituciones de seguridad empiecen “a ponerse en comunicación con las organizaciones, porque nosotres siempre estamos como accionando de distintos lugares, de distintas formas”, y el Estado no responde. Mientras tanto, “la diversidad sigue siendo víctima de la violencia de las diversas instituciones, no solamente de la Policía, sino también de los hospitales, las oficinas públicas, de la educación, no respetar las leyes y los derechos”. “Pensamos que el estado debe acercarse a nosotres”, que tome conciencia del trabajo que tiene que llevar a cabo para formar a las personas que integran las fuerzas de seguridad. Porque “son instituciones que son netamente machistas y clasistas”, aseguró.

Marina Vilte, del Movimiento Ailen Chambi, dijo a Presentes que el hecho puso de relieve dos aspectos centrales en las políticas públicas sobre el sector. Por un lado, la deuda del Estado argentino, que aún no sanciona una ley antidiscriminatoria, un reclamo que es incluso anterior a la sanción de la ley de matrimonio igualitario. Por el otro, la facilidad con que les miembres de las fuerzas de seguridad pueden andar armades aún fuera de servicio “y los únicos que pagan el pato son las disidencias y los pibes pobres”.

En un texto que difundió en redes sociales, el Movimiento recordó que “no es la primera vez que personal de las fuerzas de seguridad usan armas reglamentarias impunemente para amedrentar, amenazar, lesionar y hasta matar”.

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