Cómo es ser una persona trans en el deporte de competencia

Las exigencias a las personas trans a la hora de competir en el deporte son cada vez más. Mara Gómez, la primera mujer trans que jugo en Fútbol profesional en Argentina, y Anna Scappini, corredora, cuentan cómo lo viven.

BUENOS AIRES, Argentina. A la hora de pensar en la inclusión de las personas LGBT+ en el deporte es necesario analizar distintas variables, no solo la contextura física. Así lo expresan las voces de atletas trans y activistas de la diversidad sexual. Porque cada vez que une integrante de estos colectivos logra una victoria, se avivan mitos y se promueven discursos discriminatorios.

“Mi género no está cuestionado cuando me voy a anotar. Nadie me dice ‘vos no podés correr’. El problema está cuando ganás. Muchas veces he salido tercera, segunda, quinta y nadie dijo nada. Cuando gané fue el problema. Es como que hasta acá podés correr. Hasta la segunda podés llegar, pero primera no”, señaló a Presentes la corredora trans de 33 años, Anna Scappini. En julio del 2022 obtuvo el primer puesto en la Carrera de la Independencia 9K.

El 23 de marzo la World Athletics (órgano rector del atletismo mundial) emitió una nueva resolución para prohibir la participación de las mujeres trans en todas las competiciones a nivel internacional

La historia de Anna

Anna nació en Paraguay y vive actualmente en la localidad bonaerense de Avellaneda. Trabaja como administrativa y organizadora de eventos, mientras estudia Comercio Internacional en la Universidad de Quilmes y entrena. “Trabajo, entreno y estudio. Hace falta comentar eso. Me levanto a las 6 de la mañana, trabajo hasta las 5 de la tarde y me voy a correr, ya cansada muchas veces. Después voy a la universidad hasta las 10 de la noche. Llego a casa a las 11 y media, 12. Y nuevamente la rutina”, describió sobre su día a día.

Cuando el 9 de julio de 2022 salió primera en la 5ta. edición de la Carrera de la Independencia de 9 kilómetros se convirtió en la primera atleta trans en ganar una carrera de este tipo en la Argentina. Se impuso con un tiempo de 34 minutos y 11 segundos, a una velocidad de 3 minutos y 48 segundos por kilómetro. Su nombre apareció en los titulares de distintos medios y las críticas no tardaron en llegar.

La corredora considera que no tiene “ventajas comparativas con otra mujer cis” y destacó la importancia de considerar otras variables, más allá de la contextura física.

“Hay mujeres que me pasan a las chapas. Yo la re sufro igual que todas. Para mí hay otros parámetros también que se tienen que tener en cuenta a la hora de competir. Hay chicas que tienen más disponibilidad económica, más tiempo, se toman cada 8 horas un suplemento. Hay muchos factores que hacen que esa chica corra a 3.3 los kilómetros y haga un récord. No es sólo testosterona”, explicó.

Anna entrena 6 veces por semana y un día descansa. El máximo esfuerzo económico que puede realizar es comprar unas “zapatillas un poco mejor como para no lastimarme”. “Hay otros factores que determinan: la clase social, el lugar donde uno vive, el tiempo, la comida”, dice.

Anna Scappini durante la premiación en la carrera del 9 de Julio.

El acceso para las personas trans

La población travesti trans cuenta con mayores vulnerabilidades que el resto de la población. Desde temprana edad, al asumirse en esta identidad, las personas trans son expuestas a distintos tipos de discriminaciones, que van desde las familiares, hasta las sociales e institucionales. 

La primera exclusión se da en las familias que no aceptan la asunción de esta identidad, lo que lleva a que deban abandonar sus hogares. Incluso, muchas llegan a la Argentina dejando sus países de origen para encontrarse más amparadas bajo la normativa nacional. La segunda, en la escolaridad. Tras el acoso de estudiantes, docentes y la falta de acompañamiento terminan, la mayoría de ellas, abandonando los estudios.

La falta de estudios, sumado a la discriminación laboral, desemboca en que especialmente las travestis y mujeres trans vean a la prostitución como única forma de subsistencia. Esto trae aparejadas mayores condiciones de vulnerabilidad: la exposición a la calle, el frío, las infecciones de transmisión sexual y la violencia policial, social y del sistema de salud.

Estas palabras se vuelcan en los hechos. La Primera Encuesta sobre Población Trans (2012) de la Argentina, arrojó que solo el 64% había completado el Nivel Primario o la Escuela General Básica (EGB). Además, el 50% residía en viviendas deficitarias, al tiempo que el 85% de las feminidades trans declararon estar o haber estado en situación de prostitución.

En tanto, mientras una mujer cis en la Argentina tiene una expectativa de vida de 78 años (según datos del censo del INDEC en 2022), la de una mujer trans o travesti es de 40: menos de la mitad. En este contexto, el acceso de la población travesti trans al deporte y su constancia en este ambiente no es una tarea fácil.

Mara, la primera en el fútbol

Mara Gómez es la primera mujer trans que ingresó a jugar en la primera categoría de fútbol profesional en Argentina. Hoy juega en el club Estudiantes de la Plata donde firmó contrato en enero de 2023. También es enfermera. Alcanzar la primera categoría fue todo un desafío para ella.

“Fue bastante difícil porque me tuve que enfrentar a un montón de situaciones de discriminación, de exclusión, recibir muchos no”, contó a Presentes sobre su carrera deportiva. Y agregó: “Tuve que someterme a una terapia hormonal que me afecta de manera negativa física y emocionalmente”.

Para poder jugar de manera profesional, Gómez hizo un acuerdo con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que toma como modelo las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional (COI) para la inclusión de personas trans en el deporte.

Mara considera que “si bien no es acertado el acuerdo” fue un paso “muy importante”. “A partir de estar dentro del deporte se puede ir cambiando quizá la perspectiva de las reglamentaciones. Va por ese lado: poco a poco ir cambiando la mirada del deporte y de la inclusión”, sostuvo.

Mara Gómez firmó contrato con Estudiantes de la Plata en enero de 2023.

Ley de identidad de género, ¿se cumple?

“Algunas organizaciones o federaciones argentinas creen que no deben cumplir la Ley de Identidad de Género si un ente internacional les dice que no la cumplan. Esto pasa con el Comité Olímpico Internacional que en los últimos años ha tenido distintas posiciones en relación a cómo incluir a las personas trans. El Comité Olímpico Argentino y las federaciones del país hacían caso a esas recomendaciones -que no eran una norma- al pie de la letra”, explicó a Presentes Juan Pablo Morino, secretario de Deporte de la Federación  Argentina LGBT.

En 2003, la COI reglamentó que las personas transgénero podían competir en los juegos olímpicos, pero sólo podían hacerlo aquellas que se sometieran a cirugías de “reasignación” de género. En el 2015 se eliminó este requerimiento, pero permaneció la condición de que las feminidades trans posean un nivel de testosterona inferior a los 10 nanomoles por litro al menos 12 meses antes de su primera competición. Finalmente, en 2019, la COI consultó por primera vez a 250 atletas y partes afectades por esta normativa y en noviembre de 2021 lanzó un nuevo marco normativo. 

A partir de 10 principios-guía (inclusión, no discriminación, equidad y privacidad, entre otros), la COI sostuvo que ningún atleta debe ser excluido de la competición por suponer que tiene una ventaja debido a su género. También dijo que las pruebas de sexo y los “exámenes físicos invasivos” utilizados para verificar el género de un atleta eran “irrespetuosos” y “potencialmente dañinos”. Sin embargo, su decisión es no vinculante jurídicamente por lo que recae en las federaciones deportivas la responsabilidad de decidir.

“Se lavaron las manos. Dijeron que no iban a poner ninguna limitación, pero ceden ese poder de decisión a cada una de las federaciones dado que tenía mucho cuestionamiento el hecho de patologizar a las personas trans”, dijo Morino.

Contó que “ya empezó la Federación Internacional de Natación (FINA), con una barbaridad: que uno tiene que transicionar antes de los 12 años”. Un caso emblemático en el deporte acuático fue el de la nadadora trans Lia Thomas, blanco de ataques cuando obtuvo victorias. “Son un montón de cosas que desde la óptica nuestra, argentina, con una Ley de Identidad de Género que ya lleva 10 años, se nos hace imposible de entender”, agregó Morino.

En este sentido, la Ley 26.743 reconoce en su artículo 1° el derecho de las personas al libre desarrollo de su identidad de género y a ser tratadas de acuerdo a ella. También, en el artículo 12 reconoce el derecho a un trato digno. Además, lo hace desde una lógica que no patologiza. No es necesario acreditar intervenciones quirúrgicas de “reasignación” genital ni terapias hormonales o tratamientos psicológicos o médicos.

“Nosotros por supuesto que como la Ley de Identidad de Género no patologiza, no estamos de acuerdo con ningún tipo de análisis porque eso significaría patologizar”, afirmó Morino en relación a las condiciones de las personas del colectivo travesti trans para acceder al deporte profesional. “Tampoco estamos de acuerdo con generar una tercera categoría que lo que hace es sostener y reforzar una discriminación. Está diciendo que no son ni hombres ni mujeres”, agregó.

A los medios no les importa el talento

Los medios de comunicación juegan un rol fundamental a la hora de marcar el debate público sobre la inclusión de las personas trans en el deporte, señalaron les deportistas y especialistas.

“Más allá de enfocarse en los logros o en las habilidades del deportista, siempre se enfocan en la ventaja, en que si es trans y está en un deporte femenil tiene ventajas”, explicó a Presentes Ingrid Bravo, coordinadora de Vinculación y Desarrollo Institucional en Somos Versus. Esta organización mexicana tiene por objetivo “lograr una sociedad más incluyente a través del deporte”.

Para ella, “muchas veces cuando un medio se refiere a un deportista con términos discriminatorios es porque no saben cómo referirse a ellos”. Por eso, desde Somos Versus elaboraron una Guía básica para una comunicación inclusiva y libre de prejuicios, a la que los medios pueden recurrir. Además, hizo un llamado a que “se acerquen a los expertos y expertas para poder brindarles estas herramientas”.

En tanto, Mara Gómez ve a los medios de comunicación como “creadores de sentido dentro de la sociedad”. También como “responsables de que las personas que leen un periódico o escuchan una noticia puedan quedarse con un mensaje positivo. Y que eso genere un cambio que permita el respeto a toda persona, independientemente del sexo o el género”.

“Hoy en día ya no estoy sola. Vienen conmigo un arsenal de chicas trans y no binarias que tendrán en algún momento oportunidad también”, sostuvo Scappini. Y concluyó: “Represento a un grupo excluido de la sociedad que anteriormente no competía. Salgo a correr motivada para abrir caminos. Voy a bajar mis tiempos para visibilizar a un colectivo que siempre está en la oscuridad en el deporte”.

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