Baños neutros en la Universidad de México ¿son espacios inclusivos?

Estudiantes de la UNAM han reportado que desde que se han abierto baños neutros encuentran mensajes de odio en las paredes.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es la universidad pública mexicana que cuenta con más baños neutros en sus instalaciones. La existencia y permanencia de estos espacios ha generado debates, asambleas y acciones de resistencia frente a la violencia de género que existe en la universidad y las intervenciones con mensajes transodiantes en esos espacios.

¿Para quiénes son los baños neutros de la UNAM?, ¿son espacios inclusivos?, ¿qué está haciendo la comunidad y autoridad universitaria para garantizar que los baños sean seguros y accesibles para todas las personas?

Para responder, Presentes conversó con la investigadora y filósofa de la ciencia Siobhan Guerrero, la doctorante Leah Muñoz e integrantes de la comunidad universitaria que usan estos espacios.

Además, este medio buscó a autoridades de la UNAM para preguntar sobre protocolos de actuación en caso de violencias que se susciten dentro de los baños pero al cierre de esta edición no obtuvimos respuestas. 

Al no tener contestación, Presentes tampoco tiene el dato exacto de cuántos baños neutros existen actualmente en la UNAM. Sin embargo, en el trabajo de reportería encontramos que hay en el CCH Naucalpan, FES Iztacala, FES Aragón, ENES Morelia, ENES Juriquilla, ENAH, Facultad de Filosofía y Letras, de Ciencias Políticas y Sociales, de Química, de Ciencias y de Derecho.

“No hay baños incluyentes, hay baños LGBT y eso puede generar segregación”

Los baños neutros en la UNAM se han habilitado en donde antes había baños designados para hombres y para mujeres. Se han instaurado tanto por acciones institucionales como en la Facultad de Química, como por acuerdos estudiantiles en asambleas como fue en la Facultad de Filosofía y Letras. 

En nuestro recorrido encontramos que no todos los baños neutros están en un primer nivel, no todos tienen acceso con rampas o elevadores, las cabinas de mingitorios y retretes son angostas, no todos cuentan mínimo con una cabina accesible para personas que viven con alguna discapacidad. Los lavamanos quedan altos y no hay espacios especiales para cambiar pañales.

Por fuera y dentro los baños neutros en su fachada tienen banderas LGBT+, trans y no binarias y se puede leer en las paredes y espejos mensajes positivos sobre ser trans, no binarie y disidente. De manera generalizada en la UNAM se nombra a estos baños como “neutros”.

Siobhan Guerrero explicó a Presentes la importancia del mensaje que manda el cómo se piensa, construye y nombra a estos espacios.

“Creo que un baño LGBT o un baño trans no manda el mismo mensaje que un baño incluyente porque el mensaje de un baño incluyente es el reconocer que somos todas, todos y todes parte de una misma comunidad y que no solamente podemos convivir, sino que nos reconocemos. Creo que lo que pasa en la UNAM cuando se instituye un baño LGBT o trans por parte del estudiantado es que lo que te refleja es una sensación de miedo y de intentar crear un espacio seguro y el mensaje que te manda es que precisamente estamos siendo incapaces de saber convivir en diferencia con nuestras alteridades. Creo que nos ha faltado reflexión sobre lo que implica la creación de un baño desde una respuesta que está apostando por una suerte de auto-segregación como estrategia de seguridad”.

Por otro lado, la narrativa desde las acciones institucionales no son tan distintas. El baño neutro en la Facultad de Química fue un proyecto de la Unidad de Género que al ser presentado por su coordinadora, Paulina Trapagá, lo describió como un espacio “para personas que pertenecen a la comunidad sexo genérica diversa o que viven identidad de género desde la diversidad”.

En ese sentido, Leah Muñoz encuentra problemática esta narrativa institucional pues considera que también da lugar a la segregación .

“En la UNAM no hay baños incluyentes, hay baños LGBT, a eso le están apostando y eso puede generar segregación. La demanda de baños atraviesa específicamente al colectivo trans por la exclusión y violencia y creo que las autoridades universitarias no están entendiendo de dónde viene y por qué importa atenderlo. Por otro lado me parece que usarlo como una manera de darle visibilidad a grupos LGBT es erróneo porque no se está comprendiendo a quién exactamente atraviesa. Las personas trans queremos que no se nos excluya del baño que corresponde con nuestra identidad de género, así como las personas no binarias quieren entrar a donde se sientan seguras y no sufran agresiones. La demanda no es que se hagan baños solo para personas trans, eso no combate la transfobia. Incluso apostamos por baños sin género en donde puedan ingresar todas las personas porque si le quitas el criterio del género a un baño le quitas el criterio de revisión sobre los cuerpos”, explicó.

Los primeros baños neutros de la UNAM “no fueron actos de buena voluntad”

A la existencia de baños neutros en la universidad más importante de México le anteceden actos de transfobia institucional y acoso.

El 9 enero de 2018 la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala en la Ciudad de México abrió el primer “baño mixto” de la UNAM. Para agosto de ese mismo año, estudiantes de distintas carreras de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) unidad Morelia “desgenerizaron” el primer baño fuera de la capital mexicana. 

Sin embargo, la creación de los primeros baños neutros en la UNAM “no fueron actos de buena voluntad por parte de las autoridades universitarias”, menciona Irene Valdivia, estudiante de la ENES Morelia y coordinadora de la Red Michoacana de Personas Trans

“En 2017 yo no tenía el cambio de identidad y en la ENES (Morelia) empezó a haber esta discusión de en qué baño debía entrar yo. La discusión era que Sony, un hombre trans, era potencialmente agredible sexualmente en un baño de hombres y conmigo fue al revés, que yo podría ser quien violentara. Fue una discusión ridícula y querían que usáramos el baño de enfermería, incluso usar un gafete acreditado por Ciudad Universitaria. Nosotres dijimos que no. Tiempo después empezó todo el proceso para la creación de los baños desgenerizados”, recuerda Irene.

En el caso de la FES Iztacala, una nota periodística publicada por Fusión en 2018 da cuenta que, tras un acto de acoso en el baño de hombres contra Ikbal, una estudiante trans, la facultad le ofreció como solución darle la llave del baño para personas discapacitadas. 

“Acepté, era la única solución en ese momento. Después me di cuenta que no estaba chido (bien), porque yo no tengo una discapacidad de género”, dijo Ikbal en esa nota.

Ikbal cuenta que después de eso un profesor de medicina la insultó y malgenerizó al verla salir del baño de mujeres. Tras ello organizó pláticas sobre diversidad dirigidas a docentes a las que nadie acudió y en enero de 2018 las autoridades anunciaron la apertura del primer baño mixto en una universidad pública de México. 

¿Quiénes usan los baños neutros en la UNAM?

Presentes conversó con personas usuarias de los distintos baños neutros que hay en Ciudad Universitaria para conocer su experiencia y qué creen que hace falta mejorar estos espacios. 

“Creo que los baños inclusivos existen para cualquier persona, en teoría, que está en desacuerdo con las normas arquitectónicas codificadas en binarios y en relación a los genitales. Creo que en ese sentido son beneficiosos para personas inconformes del género y nos puede hacer sentir más cómodas y seguras. En mi caso desde que entro aquí no me malmiran, no cuchichean de mí.  Y sí siento que, aunque entra quien quiere, este espacio existe para las personas LGBT. No he visto a mamás con niños o papás con niños, y mucho menos personas en silla de ruedas, por ejemplo. Creo que eso todavía nos falta por mejorar, que sea accesible para todas las personas” —Kutzi se identifica como agénero y es estudiante de ciencias de la tierra. 

“Yo tengo cis pass (paso por cis), no tengo tanto pedo (problema) de entrar al baño de morras (mujeres), pero tengo amigues que tuvieron muchos pedos en los baños de morras por no ajustarse a la cis-norma porque siempre es una broncota (problema) para la banda trans el simple hecho de usar el baño. Y la neta (verdad) al principio era bien bonito entrar a los baños neutros pero poco a poco se me fue yendo la romantización, caí en realidad porque el pedo ahora es que cualquiera puede entrar en mal plan. De repente veo a muchos vatos (hombres) cis y en una ocasión dos güeyes (tipos) me asustaron. Y aunque hay botones de emergencia, no sirven para nada porque no hay protocolos para que los baños sean seguros. Ahora entre nosotres nos organizamos porque la dirección de la facultad ha entorpecido todo y la verdad pienso que no tienen mucho sentido si la banda (personas) sigue estando en riesgo. Y aunque puede darte un sentido de seguridad por tu identidad pues al final es falso si la misma universidad no nos garantiza seguridad en cualquier baño” —Selic es una persona no binaria y estudia filosofía. 

“Yo no soy estudiante, trabajo aquí y estos baños sobre todo me han servido para como ahorita acompañar a mi niño. Unas muchachas me dijeron de este baño y aquí venimos, más que nada por seguridad, él todavía está chiquito. Yo no he encontrado a otros papás o señores aquí, la verdad. Al principio sí se siente raro uno, pero nadie me ha dicho nada, no se le quedan viendo feo a uno por entrar. Y aunque yo no lo uso me siento mejor traer a mi hijo aquí porque nos ha tocado que hay papel, jabón, agua y no huele feo porque la verdad que los baños de los hombres pues huelen luego bien feo” —Jacinto es padre soltero y comerciante. 

Hay también quien los usa no necesariamente porque encuentra un sentido de seguridad en relación a su identidad de género sino simplemente por la cercanía o “estar de paso”. Y si bien nos encontramos al señor Jacinto, les estudiantes nos dijeron que no es común que hombres adultos con hijes entren a los baños neutros.

“Un baño inseguro no va a ser un baño incluyente”

De acuerdo a la Primera Consulta Universitaria sobre Condiciones de Igualdad de Género de la Comunidad LGBTIQ+ de la UNAM, realizada en 2022, el 15.44% de las mujeres trans y hombres trans mencionaron que al menos alguien en la Universidad les negó el derecho a entrar a un baño por su identidad o expresión de género. 

Además de estas violencias, la UNAM suma olas de impunidad por agresiones, acoso, violaciones y feminicidios dentro de sus instalaciones. Lo que ha llevado a que desde hace al menos seis años exista un fuerte movimiento estudiantil y feminista que exige justicia por las víctimas de violencia de género.

Estas violencias que atraviesan a mujeres y personas LGBT+ ha generado supuestos de que los baños neutros pueden ser espacios inseguros. En ese sentido, Siobhan Guerrero apunta que se está frente a “un desafío comunitario”. 

“No puedes tener un baño incluyente si no satisface una serie de mínimos que incluyen, por supuesto, la seguridad. Un baño inseguro no va a ser un baño incluyente. La preocupación de que los baños incluyentes pudieran ser inseguros no solamente es una preocupación que tienen las mujeres, así sin calificativos, sino que van a tener las personas LGBT en especial personas, no solamente trans sino con expresiones de género no ortodoxas. Entonces, una precondición para hacer frente a ello es una intervención comunitaria que nos lleve a pensar que, en efecto, queremos habitarnos como una comunidad donde es posible convivir de manera positiva con nuestras alteridades y no ver en nuestras alteridades a un enemigo o a una persona que es potencialmente un agresor. Y en ese sentido lograr tener esos baños no solo es un desafío arquitectónico, es un desafío fundamentalmente comunitario”, apunta. 

En noviembre de 2022, la Facultad de Filosofía y Letras entró en paro luego que un hombre ingresara a uno de los baños neutros y con su celular tomara fotografías sin consentimiento. La asamblea estudiantil exigió a la dirección que se instalaran mallas metálicas de piso a techo entre cada cubículo para evitar la toma de fotos. 

Estudiantes que entrevistamos comentaron que a la fecha las autoridades no han atendido las peticiones de la asamblea, entre ellas también la creación e implementación de un protocolo específico para casos de violencia de género en todos los baños de la facultad.

Actualmente, solo uno de los dos baños neutros de Filosofía y Letras cuenta con cubículos con paredes de piso a techo. Existen así desde que era un baño designado para mujeres pues antes ya se habían suscitado actos de violencia. 

Además, estudiantes de la UNAM han reportado que desde que se han abierto baños neutros encuentran mensajes de odio en las paredes.

Frente a ello las personas trans, no binarias, disidentes y quienes hacen uso de estos espacios responden tomándose fotos en grupo celebrando sus identidades, hacen tik-toks bailando en drag y adornan los espejos, cubículos y paredes con mensajes positivos sobre su existencia. 

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