Salta: intentaron asesinar a cacique wichí en una comunidad que resiste al alambrado de terratenientes

El hecho fue denunciado penalmente por referentes de las comunidades del Pueblo Weenhayek Kyelhyuk (El Quebracho) y O Ka Pukie, Tartagal, Salta.

13 de diciembre de 2022
Elena Corvalán
FM Comunitaria La Voz Indígena
Edición: María Eugenia Ludueña


Un hombre a quien los habitantes originarios del norte de la provincia de Salta identifican como el “ingeniero Pablo” ayer disparó apuntando a la cabeza del cacique Isaías Fernández, que resultó ileso. Antes este mismo hombre había intentado atropellar a una mujer y también a otro comunero, al que además amenazó de muerte. “Acaba de pasar algo horrible. !Quisieron matar a Isaías, le apuntaron con un arma, gracias a Dios la bala no le pegó”, relató la comunicadora popular Nancy López, que es niyat (cacica) de la Comunidad Oka Pukie (Mi Troja).

El hecho fue denunciado penalmente por referentes de las comunidades del Pueblo Weenhayek Kyelhyuk (El Quebracho) y O Ka Pukie, ubicadas en jurisdicción del municipio de Tartagal, en el departamento San Martín, sobre la ruta nacional 86, en Salta. Estas comunidades vienen soportando desde ya hace años la presión de la expansión agropecuaria en la zona. Incluso en 2014 fueron desalojadas.

Los últimos hechos de violencia se cometieron en momentos en los que un grupo de integrantes de las comunidades indígenas intentaba destruir un alambrado que durante el fin de semana pasado se extendió a su territorio ancestral. López informó que a pesar de la agresión continuarán “en el territorio, defendiendo”. Este mediodía Isaías Fernández y Nancy López fueron citades a la fiscalía, en la ciudad de Tartagal.

Mónica Medina, compañera de Isaías Fernández, contó que estaban amontonando unas varillas (palos delgados que se usan para tensar los hilos de alambre) y postes que habían sacado del alambrado tendido por una titular registral con la que mantienen una disputa territorial. En esos momentos “vino el ingeniero del Aeroclub y amenazó al anciano Luciano Fernández. Dijo: ‘Viejito, a vos te conozco, en cualquier lado te mato’, y arrancó la camioneta a toda velocidad y quería chocar al viejito, y le erró”. “Luego, sacó un arma y disparó, le erró a la cabeza de Isaías Fernández, el cacique”, describió Medina conmovida.

Amenazas e intimaciones a comunidades en ocupación ancestral

Foto: Facebook de La Voz Indígena

Las comunidades Kyelhyuk y O Ka Pukie afirmaron que enfrentan una situación de “extrema gravedad”. “Pese a la ocupación tradicional, ancestral y actual del territorio, continúan las intimaciones, amenazas y la construcción de alambrados en nuestro territorio”, expresaron en un comunicado en el que dieron cuenta de la agresión sufrida ayer.

Estas comunidades comparten territorio, donde se dedican a la siembra, la recolección de frutos del monte (cada vez más escaso) y a la elaboración de artesanías. En el comunicado recordaron también que en el desalojo de 2014 “falleció la madre del actual cacique (Isaías Fernández) por el impacto sufrido” por la violencia que ejerció la Policía de Salta. Ese desalojo se concretó a instancias de los mismos titulares registrales que hoy alambran y el territorio comunitario.

El territorio que ocupan ambas comunidades ha sido relevado en el marco de las previsiones de la ley nacional 26.160, que declara la emergencia de la propiedad comunitaria indígena en todo el territorio nacional, y prohíbe expresamente los desalojos de habitantes originarios de las tierras que ocupan.

Piden frenar alambrados ilegales

Foto: Facebook de La Voz Indígena, radio comunitaria.

“El Relevamiento Técnico jurídico catastral, de acuerdo a la citada Ley, se realizó en la comunidad KYELHYUK (El Quebracho) por el ETO (Equipo Técnico Operativo), siendo reconocida la OCUPACION ANCESTRAL Y ACTUAL DE LA COMUNIDAD”, destacaron ambas comunidades en el comunicado, en el que recordaron que esta documentación les fue entregada a las autoridades comunitarias con la resolución N° 456, de 2018, del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

El tendido de estos alambrados “impide (a las comunidades) tener acceso” a 90 hectáreas que son parte de su territorio, el lugar al que acuden cada día para sacar leña, plantas medicinales, miel y los otros frutos que brinda el monte. “Además, nos han intimado a no acercarnos a la zona de alambrados y los terratenientes vienen en su camioneta con la policía”, cuyos efectivos “llegan al lugar en el mismo vehículo que los titulares registrales”, detallaron.

Las comunidades solicitaron la “urgente intervención para detener la construcción de alambrados, frenar la violencia y atropellos”. E hicieron responsable al Estado nacional, provincial y municipal por los hechos de violencia que pudieran ocurrir en perjuicio de comuneros y comuneras. Por otro lado, la expansión de los cultivos extensivos, como la soja, y la utilización de químicos que se fumigan a metros de las viviendas comunitarias, vienen provocando todo tipo de males a las personas de las comunidades indígenas de la zona, desde la muerte de plantas del monte hasta problemas de salud, sobre todo en ancianes y niñes.

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