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Así se vivió la cuarta Marcha del Orgullo Transvillero en la Ciudad de Buenos Aires
La Villa 31 del barrio de Retiro vivió su cuarta marcha del Orgullo LGBT+ y esta vez se reivindicó plurinacional.
La Villa 31-31 bis vivió su 4ta. Marcha del Orgullo Transvillero en una jornada donde una identidades travestis, trans, maricas, lesbianas, indígenas y migrantes caminaron el barrio de calles angostas bajo los primeros calores del año. “Una de las cosas por las cuales marchamos siempre es no al odio, no a la discriminación”, dijo a Presentes Solange Fabian, integrante del Hotel Gondolín. Les activistas destacaron también el acto “revolucionario” de que “a los ojos del barrio marche la diversidad”.
Desde temprano comenzaron a acercarse personas del barrio y externas al cruce de las calles Ulla Ulla y 3 de Diciembre de 2009 del barrio Padre Carlos Mugica (Villa 31). Cerca de las 17, con los clásicos motocarros al frente, comenzó la marcha. La encabezó el Hotel Gondolín, recuperado y autogestionado por feminidades travestis y trans.
Efecto revolucionario
“Los reclamos siempre son los mismos: más inclusión social, la reparación histórica para las personas trans y un montón de cosas que necesita la población trans”, expresó Solange.
La militante, jugadora y técnica de fútbol, Mónica Santino, sostuvo, en diálogo con Presentes, que “es de un volumen político y un efecto revolucionario que a los ojos del barrio marche la diversidad”.
“Es una alegría enorme ser parte de esta diversidad y este barrio. Yo no conozco una manifestación más genuina que esta en la ciudad de Buenos Aires. Creo que es algo que se tiene que reflejar en todos los barrios populares. Estamos hablando de un feminismo popular con una identidad villera muy fuerte. Desde este lugar buscamos las transformaciones”, sostuvo Santino, que también es cofundadora del club La Nuestra Fútbol Feminista, donde se acercan a entrenar alrededor de 200 pibxs del barrio.
Para ella, estar marchando hoy, “con todos los años que algunas tenemos en la espalda” y estar “disfrutando de esta ampliación de derechos” es “inmenso”.
Lo plurinacional al frente
Las calles del barrio expresaron su diversidad característica. En esta cuarta marcha, les participantes hicieron hincapié en llamarse plurinacionales. Eulogia Ríos, una mujer colla de 75 años nacida en Bolivia se acercó a la movilización “para acompañar a las compañeras”. “Por ser trans no les quieren dar trabajo, las discriminan”, destacó Ríos, que vive en el barrio desde la última dictadura militar argentina. En sus manos llevaba una wiphala que todo el tiempo se encargó de hacer flamear. Esta bandera, esta vez en forma de vestido, también cubrió el cuerpo de Martina Pelinco, responsable de la Casa de la Diversidad Trans del barrio e impulsora de la marcha.
“La marcha transvillera no solo es villera, es también popular y plurinacional. Muestra a aquellos cuerpos racializados que habitamos en los territorios, los cuerpos migrantes, esos que no son la hegemonía, y tampoco de la diversidad. Lo plurinacional abraza porque el territorio está compuesto por pluralidad de cuerpos, de identidades, de voces y desde el territorio”, sostuvo, por su parte, Lourdes Paxsi, de los pueblos quechua y aymara, e integrante de la Asamblea Feminista de la Villa 31 y 31 bis.
También destacó que “es sumamente importante ejercer estos derechos en los territorios porque abraza y fortalece a las niñeces”. En esta cuarta edición de la marcha transvillera participó Jesi, una niña travesti. Arriba del escenario, con un cartel en el pecho con la foto de Diana Sacayán, agradeció “a mi abuela y a mi mamá” por haberla acompañado todo este tiempo.
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