Tucumán: Se realiza la segunda jornada del juicio por el transfemicidio de Cynthia Moreira

La joven fue asesinada en 2018 y cuatro años después se llega a juicio contra uno de los acusados.

13 de septiembre de 2022
Gabriela Cruz
Mariana Leder Kremer Hernández
Edición: Maby Sosa

SAN MIGUEL DE TUCUMÁN, Argentina. Este martes continúa el juicio por el transfemicidio de Cynthia Moreira, la joven asesinada en febrero de 2018.

El viernes, al comienzo del juicio, activistas Lgbtiq+, organizaciones sociales y políticas acompañaron a puertas de Tribunales a la familia de la joven para exigir justicia, a más de cuatro años de uno de los crímenes más aberrantes de la provincia.

El juicio lo lleva adelante la Sala IV de la Cámara Penal que está integrada por las juezas Wendy Kassar, María Fernanda Bahler y el juez Emilio Páez de la Torre, de Tucumán.

El juicio que se espera

“Aquí no se está juzgando a los asesinos de mi hermana. La causa principal sigue abierta y tenemos muchas pruebas. Esta causa que llega a juicio ahora, para mí, es una lavada de cara de la Justicia”, sostiene Laura Moreira, hermana de Cynthia.

Ocurre que este juicio tiene en el banquillo a Ramón Antonio Soria, sindicado como cómplice en el transfemicidio de la joven de 26 años. “Los responsables son Leo y Horqueta Díaz y contra ellos está abierta la causa con muchas pruebas pero que, sospechosamente, se sigue demorando en llegar a juicio”, cuenta Laura en diálogo con Presentes.

“La Justicia sigue abandonando y sigue discriminando a mi hermana como lo hace con todo el colectivo trans”, dice Laura. Recuerda el destrato del fiscal de instrucción José Suasnabar que no investigó las pistas que apuntaban a ex policías y a los hermanos Díaz y repudia la actitud de la fiscal Marta Jeréz de Rivadeneira que nombra a Cynthia desconociendo su identidad de género.

Laura fue la primera testiga en declarar en la audiencia que empezó pasadas las 11 de la mañana del viernes. Su recorrido en pos de esclarecer el crimen de su hermana la puso en contacto con decenas de pistas que luego aportó a la causa.

La reconstrucción empezó la noche del 14 de febrero de 2018, cuando Cinthya dijo que iría a una fiesta y estuvo en compañía de Maia Amaya. La joven, en declaraciones previas al juicio, negó esto. En esta oportunidad no se presentó a dar su testimonio a pesar de haber sido citada.

“Sabemos que Maia está mintiendo y tiene la oportunidad ahora de decir la verdad. Nosotros tenemos las herramientas para protegerla, pero si se mantiene mintiendo avanzaremos con el falso testimonio”, advirtió el abogado querellante Carlos Garmendia.

En febrero de 2019, a un año de su asesinato, se realizó una marcha para pedir justicia por el transfemicidio de Cynthia Moreira.

El caso: desaparición, hallazgo e identificación

“Me voy a una fiesta”, recuerda Laura que dijo Cynthia la noche del 14 de febrero. Se había arreglado, como era su costumbre porque “además de ser hermosa era muy coqueta”, agrega.

No volvió y la búsqueda de su hermana se viralizó en las redes sociales. Nueve días después, Héctor Gramajo encontró un cuerpo mutilado, calcinado y desperdigado en bolsas de residuos en el patio de una casa de Villa Alem, propiedad de su suegro. El hombre había ido al lugar que estaba deshabitado porque tenía una huerta. “Apenas me di cuenta que era un cuerpo llamé al 911”, dijo Gramajo en su declaración en la sala de audiencias.

El cuerpo no pudo ser identificado inmediatamente debido al estado en que se encontraba. Meses después el examen de ADN determinó que se trataba de Cynthia. “Las investigaciones indican que no fue asesinada en ese lugar. No había rastros de sangre en ninguna parte”, explica a la prensa Laura e insiste que la Justicia nunca la acompañó.

“Cynthia tenía una familia que la amaba y la respetaba”

Cynthia era trabajadora sexual. Según se desprende de las investigaciones de la querella, tenía una deuda con dos hermanos, acusados de proveerle drogas, de la zona de Villa Amalia -al sudeste de la capital tucumana-. Laura se refiere a ellos como ‘el clan Díaz’. Los hermanos son investigados como responsables del transfemicidio de la joven.

Ramón Soria -juzgado en estos momentos- fue durante muchos años la mano derecha de los hermanos Díaz y es considerado un hermano de crianza. “Nosotros tenemos información que ‘El Gordo’-como le dicen a Ramón Soria- está amenazado. Sabemos que cuando lo detuvieron, tuvieron que sacar a sus hijos de la escuela porque tenían miedo. Los Díaz habían dicho que les iban a volar la cabeza a los hijos si hablaba”, señala la hermana de la víctima.

El padre y las hermanas de Cynthia estuvieron presentes en la primera audiencia. Laura, vocera e impulsora de la investigación, afirma que este juicio, más allá de cómo termine, es solo el comienzo en el camino del esclarecimiento. “Cynthia tenía una familia que la amaba y la respetaba como era. Por eso no vamos a bajar los brazos hasta que se haga justicia”, dice la mujer que lamenta la ausencia de su madre, fallecida a principios de este año.

Cynthia Moreira, la joven estuvo desaparecida varios días hasta que hallaron su cuerpo.

La justicia tucumana y los transfemicidios

Uno de los casos con mayor resonancia y que implicó la organización del movimiento trans en la provincia fue el asesinato de Ayelén Gómez. La mujer de 31 años fue asesinada en agosto de 2017 y la sentencia dejó un sabor amargo de injusticia. Por medio de un juicio abreviado acordado entre la fiscalía y la defensa se llegó a una condena de 9 años. “¿Acaso la vida de mi hermana valía menos que otras vidas por ser mujer trans?”, pregunta su hermana Yohana para quien la pena debía haber sido prisión perpetua.

El transfemicidio de Lourdes Reinoso (30 años), ocurrido en abril de 2018 sí obtuvo la condena máxima a pesar de haberse realizado un juicio abreviado. Al igual que el de la joven de 19 años, Gala Perea.

El fallo que absolvió a Ricardo Puenzo, señalado como el transfemicida de Alejandra ‘Power’ Benítez fue anulado en marzo de este año y se espera que se revea el proceso. En tanto los crímenes de Victoria Nieva (33 años), ocurrido en abril de 2018 y el de

Vanesa Solórzano (20 años)-en agosto de 2020 – no tienen aún fecha de juicio.

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