Buenos Aires: Lo contactaron por Grindr e intentaron matarlo
Fueron a su casa, lo drogaron e intentaron ahorcarlo. La fiscalía sólo investiga el crimen como "robo".
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Pablo Delía, de 34 años, vivió un ataque en su domicilio el domingo en la madrugada por parte de dos hombres que había contactado a través de la aplicación de citas «Grindr». Lo ahorcaron, quisieron drogarlo y golpearlo. El hecho se investiga como «robo» y el joven, junto a la Federación Argentina LGBT (FALGBT), busca que se cambie la carátula a «tentativa de homicidio” o “tentativa de homicidio en ocasión de robo”.
«Es como una especie de red. Cita a la gente en redes de contacto gay simplemente para hacerles daño: en muchos casos drogarlos y lastimarlos», dijo a Presentes Delía, que es director de teatro, dramaturgo y docente. En este sentido, agregó en sus historias de Instagram que “hay más de 5 testimonios de personas que este mismo agresor drogó, robó, violentó”.
Tras el hecho, los sujetos fueron detenidos por agentes de la Comisaría Vecinal 1D de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, ya los liberaron. El caso se investiga como delito de «robo». El Juzgado Criminal y Correccional N° 53, a cargo de la doctora Érica Uhrlandt, lleva adelante la causa. Ante una consulta de Presentes, indicaron que no podían brindar información.
“No me faltaba nada”
«A mí en ningún momento me dijeron que me querían robar, no me revolvieron las cosas, no me falta nada. Lo único que sí intentaron fue atentar contra mi vida, en más de una ocasión. La policía me dijo que la carátula es de la fiscalía y que puedo ampliar la denuncia. Por eso hice la publicación. Me quedé preocupado de que estas personas por un intento de robo salgan en dos días libres», explicó Delía.
Desde la FALGBT se comunicaron con la fiscalía y el juzgado con el objetivo de «solicitar que cambien la carátula y le garanticen la seguridad a Pablo», informó a Presentes María Rachid, integrante de la comisión directiva de la FALGBT y titular del instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires.
El ataque ocurrió el domingo alrededor de las 12.20 de la madrugada en la vivienda de Pablo, ubicada en las inmediaciones de la intersección entre la calle Maipú y la avenida Corrientes, en el barrio porteño de San Nicolás.
«Hablé con una de las personas a través de Grindr y me preguntó si podía venir con un amigo a tomar algo. Le dije que sí, que no tenía problema. Que me levantaba temprano al otro día, pero que sí», contó el joven.
Los hombres llegaron al domicilio con una botella de vodka y le insistieron a Pablo para que tome, pero lo rechazó. «Me decían que era un vodka nuevo que no tiene alcohol. Yo ahí ya dudé de todo. Pero bueno, los tenía adentro de mi casa. Pusieron música, quisieron escuchar la música muy fuerte y yo la bajé», amplió.
Uno de los hombres lo invitó a ir a su cuarto. «Yo accedo ir y en un momento escucho un ruido. Me doy vuelta y estaba el otro hombre con dos guantes negros que se había puesto y me empieza a ahorcar», contó Pablo. También detalló que en ese momento le dijeron «relajate, es un minuto nada más y ya termina».
Delía logró salir de la situación al darle un codazo en el estómago y corrió. Luego de forcejeos y de que le intentaran golpear con un elemento en la cabeza, pudo salir de su departamento. Una vez que llegó a la entrada del edificio, una pareja pudo verlo y les pidió ayuda.
Cuando la policía llegó al domicilio, los hombres dijeron no reconocer a Pablo. En tanto, él los identificó como los agresores. «La policía les requisó la mochila que tenían. Encontraron tres celulares y mis llaves. Luego subieron al piso de mi departamento y hallaron en el tacho de basura del hall la botella de vodka con clonazepam, además de un tarrito de clonazepam en gotas vacío y otro lleno. Abajo del sillón de mi casa había otro. También encontraron los guantes negros que se habían puesto para ahorcarme y dos más blancos de latex», detalló el joven.
La denuncia en las redes
Pablo decidió compartir lo que le pasó en sus redes sociales y pronto la publicación se viralizó. «Lo hice en función de que se conozcan las caras de estas personas. Al activar esto y los medios levantarlo, están saliendo casos a la luz de gente que no los podía ubicar», contó Delía. Distintas personas se comunicaron con él para decirle que habían pasado por situaciones similares y que incluso el agresor era el mismo.
También denunció en sus redes que si bien el juzgado le había prometido custodia si liberaban a los agresores, no se la dieron. También, que “vino otro demandante a ampliar la denuncia” y “el juzgado decidió no tomarla”.
Para el joven, existe «mucha vergüenza» a la hora de hablar sobre estos temas «porque hay un estigma social en el pensar en una red para encontrarse». Pero enfatizó: «La realidad es que las personas tenemos que poder disfrutar de nuestra sexualidad libremente. Eso no debería ponernos en un riesgo innecesario».
«Yo digo que no tengan vergüenza y que puedan expresarlo. Somos muches y la red que se está generando de contención para mí es muy importante», concluyó.
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