Cuatro historias de adultes mayores LGBT+

Las historias de Norma Castillo, Edgardo Corts, Norma Gerardi y Karina Pintarelli en fotos. Y la experiencia de ser adultxs mayores LGBT+, en sus palabras.

Norma Gerardi

Norma Gerardi fundó, junto a la militante Lohana Berkins, la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALLIT) y fue su secretaria hasta la muerte de su amiga.El 21 de octubre de este año cumplirá 69 años. Lo festejará a todo trapo, con un show en el Teatro Brown del barrio porteño de La Boca. «La situación de nosotras es complicada para llegar a la vejez. Son muy pocas las compañeras que han llegado a mi edad», cuenta a Presentes. «Tuve suerte», dice.

Su vida estuvo marcada por la persecución. Cuando era una niña, su familia la echó de su casa. Transitó los ’60 y los ’70 como «épocas horribles», donde las detenciones policiales y violaciones fueron sistemáticas. Tuvo que sobrevivir ejerciendo la prostitución, «la única salida» laboral que encontró.

Desde hace varios años se dedica al mundo del espectáculo. Hoy pide «por una reparación histórica para todas las chicas que sufrieron vejaciones por parte del Estado».

Norma Castillo

Norma Castillo es una militante histórica por los derechos humanos y de la comunidad LGBTIQ+. Nació en Goya, una de las ciudades más pobladas de la provincia de Corrientes. El 10 de marzo de 2022 cumplió 80 años. A lo largo de su vida, se dedicó a la ciencia y al arte de manera intermitente. Siempre fue rebelde, dice. No se daría cuenta hasta sus 35 años que «vivía equivocada». En ese momento, casada con un hombre, entendió que era lesbiana. Ramona «Cachita» Arévalo fue su gran amor.

Cachita y Norma se unieron en el primer casamiento de mujeres de América Latina y el Caribe por vía judicial, en 2010. Tres meses después se aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario. Cachita falleció en 2018.

“Cachita y yo fuimos muy libres. Tuvimos experiencias, nunca un tratamiento de marido y mujer, o de lo heterosexual. Tanto ella como yo luchamos por ser libres», dice a Presentes.

Le parece importante que se contemple la sexualidad en la vejez. «Todavía eso de dar libertad a la sensibilidad erótica de los viejos parece que solo se lo permiten a los hombres con plata”.

Karina Pintarelli

A los 64 años, Karina Pintarelli es una sobreviviente. Vivió su infancia en un hogar del barrio porteño de Paternal, junto a dos hermanos y su madre que la acompañaron en su transición de género. Se dedicó a la prostitución desde los 22 años. Sufrió la persecución y la violencia policial a lo largo de su vida y estuvo seis años en situación de calle.

A partir de una lucha que encabeza desde hace cinco años, el 15 de julio pasado se convirtió en la primera trans en recibir una reparación por parte del Estado nacional. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos reconoció las violencias y persecuciones que sufrió por motivo de su identidad de género durante la última dictadura militar.

«Lo puedo contar en vida. Esto es un reconocimiento de lo que vivimos. Me gustaría hacer llegar lo que se vivió y lo que se vive actualmente. A mis compañeres, decirles que sigan luchando, que luchando se puede conseguir las cosas», dijo Karina en ese momento a Presentes. Hoy vive en Casa Leonor, en la provincia de Buenos Aires, junto a tres amigas, y es militante de la organización No Tan Distintes.

Edgardo Corts

A los 71 años, Edgardo Corts ha dedicado gran parte de su vida a la lucha por los derechos de la comunidad LGBT+ y de las personas mayores. Vive en Buenos Aires y es miembro fundador de la organización Mayores en la Diversidad y del Frente de Personas Mayores, además de vicepresidente del Centro de Jubilados y Pensionados de ATE Capital.

Dice que le tocó vivir dos pandemias: la del VIH+ y la de la Covid-19. Considera que la invisibilidad de las personas adultas mayores «significa un desconocimiento sobre sus posibilidades». Resalta la capacidad «de seguir realizando tareas, pensando, con una sexualidad adaptada a nuestra edad». Y asegura: «La gran lucha de las personas mayores es contra los estigmas, la discriminación y contra los prejuicios personales».

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