Paraguay: Guardianas y guardianes de las semillas reunieron 200 variedades en la Feria Heñoi Jey

Organizaciones campesinas e indígenas realizaron una nueva edición de la feria donde intercambiaron producciones y semillas.

ASUNCIÓN, Paraguay. La Feria Nacional de Semillas Nativas y Criollas Heñói Jey (vuelve a brotar) ha reunido 200 variedades de semillas de la Región Oriental del país. Organizaciones campesinas e indígenas han sido protagonistas el viernes 8 de julio presentando sus semillas para el intercambio y productos de la tierra.

El mismo día se desarrolló también el Seminario Internacional sobre semillas, el cual contó con la participación de referentes de Argentina, Brasil y Dinamarca.

La Plaza de la Democracia, situada en el centro de la capital del Paraguay, era el lugar marcado para la cita con la Feria Heñói Jey. La actividad se realiza desde el 2010 por la preocupación de organizaciones campesinas, indígenas, urbanas, individualidades ante el avance del agronegocio que ponía en riesgo las variedades de semillas, base de la alimentación.

Todas las organizaciones llevan sus variedades de semillas y las intercambian por semillas que en su comunidad no se producen porque se perdieron. Es así que una persona del Sur del país puede compartir una variedad de maíz con alguien del Norte que puede intercambiar una variedad de legumbre. Con esta práctica las organizaciones de distintos recuperaron semillas en los últimos 12 años.

Los stands se instalaron el 8 de julio en la plaza principal de la capital de Paraguay.

Un reencuentro entre semillas

El viernes 8 de julio fue una mañana cálida y calurosa. Propia del clima paraguayo en pleno invierno. En la plaza, la diversidad de colores se observaba en cada uno de los stands. En ellos sus protagonistas: campesinas, campesinos e indígenas ofrecían sus productos con orgullo y sonrisas. Maní, mandioca, batata, tomate, locote, mandarinas, naranjas, quesos, plantines de frutillas junto a la variedad de cada una de sus semillas, que se presentan como el mayor tesoro.

En la plaza había un aire de fiesta. Luego de dos años volvieron los abrazos, las sonrisas y la esperanza que las organizaciones son capaces de afirmar con su modelo de producción. 

Durante la mañana el seminario desarrolló la primera mesa que trató sobre “Semillas Nativas para el poder popular”, donde participaron Alicia Amarilla de Conamuri, Germán Ayala, Pastoral Indígena y  Josuan Schiavon, Movimiento de Pequeños Agricultores, Brasil.

Explicaron sus procesos organizativos para cuidar, recuperar y reproducir semillas. Coincidieron en la importancia de la semilla como base de la alimentación, y que solo en un trabajo comunitario es posible conservarla ante el avance del modelo extractivista.

La voz de las mujeres

Alrededor de las once de la mañana los Mbya Guaraní y Ava Guaraní realizaron la bendición de las semillas. Convocaron a todas las organizaciones que quisieran participar; mujeres, hombres y un niño realizaron el ritual en el que finalmente también fueron bendecidas las personas que presenciaban la bendición atentamente.

Al mediodía, se realizó el Karu Guasu, la olla popular con producción campesina, preparada por un equipo de voluntarias y voluntarios, encabezado por la Federación Nacional Campesina. El menú ofrecido fue guiso de fideos, ensalada de poroto, repollo y mandioca.

Durante la tarde, la primera mesa fue “Entre Mujeres: Intercambio de visiones y estrategias para fortalecer las resistencias y la defensa de los bosques”. Compartieron sus experiencias Bernarda Pesoa, de Conamuri, Teodolina Villalba, Federación Nacional Campesina e Inés Franceschelli, Heñói. En su exposición, Bernarda denunció que el proyecto estatal de acueducto para el Chaco no resuelve el problema de la falta de agua.

Afirmó que solo forma parte del proyecto de la ruta Bioceánica, que servirá para el transporte de la soja, ya que el puente pretende cruzar por territorio del Pueblo Qom. “Si no cerramos la ruta, no somos nada, enfatizó la lideresa y destacó que sólo son escuchadas cuando se movilizan.

Por su parte, Teodolina recordó que viene de semanas de movilización diaria tras el desalojo forzoso contra el asentamiento Zavala Cue, en el distrito de Tembiapora, donde 450 policías destruyeron las casas, la producción e hirieron a varios campesinos.

También detuvieron a 10 personas, 9 de ellas mujeres y 2 de ellas madres a quienes les prohibieron amamantar. Recién ese mismo viernes, la FNC logró la liberación de las y los detenidos.

La jornada en la plaza comenzó con una ceremonia de bendición de las semillas.

Crisis climática

«Crisis Climática y Alimentaria, ¿Hay soluciones? ¿Dónde Están?». La mesa estuvo integrada por don Ingvild Haukeland – Noah, Amigos de la Tierra Dinamarca, Angel Strappazzon, CLOC – VC, Alianza por la soberanía alimentaria, Luis Rojas, HeñóI y Marcial Gómez, FNC. Se compartieron opiniones sobre políticas en cuestión agraria existentes y las que son necesarias para garantizar la Reforma Agraria teniendo como marco los derechos campesinos.

El seminario cerró con una conferencia de Soledad Barruti que habló sobre «Alimentación, activación y resistencia para estos tiempos de colapso».

La periodista argentina, -autora de los libros Malcomidos y Malaleche– habló sobre la necesidad de recuperar las narrativas que salen de los territorios, el modelo agroecológico y la gravedad que implica para la salud la industria de alimentos ligado al agronegocio.

La periodista argentina Soledad Barruti dio la conferencia «Alimentación, activación y resistencia para estos tiempos de colapso».

El rescate de las semillas y las guardianas de las semillas

Desde 2006, la organización de mujeres campesinas e indígenas de Conamuri trabajan en la recuperación de semillas nativas y criollas. Representando a La Via Campesina, estaban las históricas guardianas, Ña Julia Díaz y Ña Ceferina Díaz, también fundadoras de Conamuri, madres. 

Ambas son mujeres campesinas que vienen del departamento de Caaguazú, de distintas comunidades. Tienen una trayectoria de trabajo cuidando semillas, y también inculcaron a sus hijos e hijas ese mismo amor por la cultura y la identidad campesina.

Ña Cefe prepara café riquísimo. Sale de una variedad de legumbre llamada en guaraní Kumanda ybyra´í, cuyo nombre científico es Cajanus cajan. Solo se conoce el nombre en guaraní, como se aprende desde la niñez.

“Estoy en la organización campesina hace 30 años. Estudié para ser promotora de salud y desde ese tiempo comenzamos a hablar sobre seguridad alimentaria con las compañeras en Repatriación. Entre nosotras hicimos amar las semillas porque sabíamos que un día íbamos a llegar a esta crisis de semillas. Siempre tratamos que se valore porque esta es la alimentación de los pobres, el sostén de los pobres. Ahora la situación es difícil, ya perdimos muchas semillas por la sequía y el clima no da para poder producirlas bien”, comentó Ña Cefe. 

Ña Julia exhibe su producción.

Por su parte Ña Julia recordó que produce semillas desde muy pequeña con su padre. “Comencé a trabajar con la semilla en la chacra, y hasta ahora tengo semillas que él me dejó. Después me organice con Conamuri y conversamos sobre hacer semilla róga para juntarlas, juntamos más de 150 variedades, 45 variedad de maíz”. 

Ña Cefe también explicó que producen dos tipos de semillas para autoconsumo y abono. “La semilla de abono para alimentar también a nuestra madre tierra. Si no la alimentamos ya no va a producir para nuestro alimento”, decía mientras mostraba la semilla de abono, mocuna.

Para estas dos guardianas de las semillas, es una práctica vital juntarlas, guardarlas y volver a producirlas. Enseñan tanto en su comunidad o los espacios donde son invitadas sobre el valor que tiene para ellas y su cultura. 

“Es importante juntar la semilla porque se va a descomponer. Nosotras juntamos semillas porque tenemos muchos hijos y tenemos una práctica desde siempre. Las semillas hasta 2 años vuelven a reproducirse, entonces las guardamos de forma separadas para comer y las semillas para sembrar”, contó Ña Julia.

Por su parte, Ña Cefe recordó: “No queremos que nos pase lo que le pasó a México en la década de los 70, los Estados Unidos les dejó sin semillas y transgénico. Se quedaron sin semillas nativas y criollas, sin comida y dependen totalmente del almacén. Si ahora nosotras nos quedamos sin semillas, ¿de qué vamos a depender? ¿de las comidas chatarras que venden quienes tienen dinero? Por eso debemos cuidar más nuestras semillas y tierras, un pedazo de tierra produce muchas cosas si sabemos cuidar.” 

Los sueños de las guardianas

Un gran suspiro antecedió a la respuesta de Ña Cefe al ser consultada sobre su sueño como campesina. “Tantos sueños ya fueron truncados porque no se da participación a las mujeres campesinas e indígenas. Tampoco a los hombres para que puedan tener un pedazo de tierra para comer, para alimentar a su familia en comunidad. El desarraigo en mi comunidad es total. La gente se va a otro país, va a vivir como personal de gringos y venden sus tierras. Mi sueño es volver a recuperar las tierras perdidas de nuestro país, porque si no, Paraguay va a desaparecer. Dentro de 5 años, va a ser un Estado más de Brasil lastimosamente. Eso debemos creer porque lastimosamente nuestro gobierno va hacía ahí”, enfatizó con nostalgia y preocupación en su rostro. 

Ña Julia sin dudar, dice: “Mi sueño como campesina es que mezquinamos cada vez más nuestra semilla. Hoy en día se están acabando y entra la semilla transgénica. Les digo a las compañeras que mezquinemos nuestras semillas, mi sueño es que no se acaben las semillas nativas y criollas que tenemos”.

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