Orgullo indígena y transfronterizo en la primera marcha internacional La Quiaca -Villazón

Así fue la primera marcha internacional del Orgullo en la frontera entre Argentina y Bolivia. Marchamos desde nuestras corporalidades Indígenas, periféricas, subversivas de nacimiento, castradas de posibilidades”.

1 de julio de 2022
Pewma Figueroa
Video: Nazarena Vercellone

LA QUIACA, Argentina. La primera Marcha Internacional de la diversidad sexual en las fronterizas ciudades de Villazón, Bolivia Plurinacional y La Quiaca, Argentina, se realizó esta semana, el 28 de junio, Día Internacional del Orgullo. Travestizar la indianidad Qariwarmi, fue la consigna. Porque si hay algo que tenemos muy claro desde pequeñas las personas de la diversidad sexual en todas partes del mundo, es que las violencias de géneros no responden a límites geográficos, como tampoco las violencias raciales.

La organización del evento fue un trabajo conjunto entre Rosalinda Ancasi de la oficina de Género y Diversidad de La Quiaca, y Marcos Colque del Movimiento LGBTQ+ de Villazón.

“Eramos todas morochas y eso fue lo más hermoso, romper las fronteras con la marikonidad indigena” dice la
activista Alexis Méndez participante de la marcha.

Romper las fronteras con la marikonidad indígena

Rosalinda Ancasi es la primera mujer trans visible de La Quiaca. Ella trabaja en la oficina de Género y Diversidad de su municipio. Afirma haber luchado por mucho tiempo para finalmente llegar a lo que fue esta jornada: un día histórico para las personas de la diversidad sexual de La Quiaca y Villazón. “Movilizarnos de forma conjunta nos ayuda a lograr mayor visibilidad y que nuestras reivindicaciones tomen fuerza. Buscamos posicionarnos como personas que merecemos tener más respeto y cariño por parte de la sociedad. Muchas veces sufrimos discriminación dentro de las familias, la comunidad y las escuelas”, dijo Rosalinda.

A esto se refiere el colectivo travesti trans al afirmar que las violencias son estructurales. Éstas no se muestran de una única
forma, ni en un solo espacio. La respuesta que se planteó la militancia fue trabajar desde distintos campos. La política del cupo laboral travesti-trans, aprobado en 2021 en Argentina, fue un largo viaje iniciado por las travestis indígenas Lohana Berkins y Diana Sacayán
hace más de 20 años.

En La Quiaca, desde que una mujer trans está encabezando la oficina de la Diversidad, cuentan que se está realizando transformaciones importantes para el colectivo lgbtttqpnb, en conjunto con organizaciones sociales y activistas.

«Marchamos por quienes hoy no pueden decir lo que son»

Marco Colque es referente del colectivo del Movimiento LGBT de Villazón, Bolivia Plurinacional. Él se presenta como parte de la nación Aymara, en cuyo lenguaje existe el pronombre neutro, además del femenino y masculino. “Esta marcha la hacemos no solo por
nosotres, sino por todas las personas que aún hoy no pueden decir libremente lo que son. A elles les queremos decir que no están solos, que somos una comunidad”, expresó Marco.

Las sexualidades no heterosexuales, las travestis-trans y todas aquellas identidades que transitan por fuera del binario,
son aún rechazadas y juzgadas. Marco también contó que su familia y amigues lo han sabido respetar. Pero expresa que “tenemos que darnos a conocer para mostrar que existimos y contribuimos a la sociedad completa, como cualquier otra persona. Por tanto merecemos un trato digno desde la infancia”.

Las personas asistentes, entre las que habían también infancias, agradecían la idea de Marcos de musicalizar la marcha en Villazón con bandas típicas, en vez de Djs o música electrónica como en otros lugares, logrando un ambiente de marcha territorial.

La Marcha Internacional comenzó el 28 de junio por la mañana, con quienes fueron llegando desde distintas localidades y ciudades de ambos lados de la frontera. Humahuaca, Sucre, Tilcara, San Salvador, Salta, San Antonio de los Cobres entre otras. Y fueron coloreando las Quebradeñas calles de La Quiaca. La plaza central fue vestida de lentejuelas, tacones altos, letreros y banderas trans y LGBT.
Contó con la presencia del intendente Blas Gallardo y del Concejo Deliberante del municipio.


Las organizaciones exigen, entre otras demandas, el cumplimiento de la Ley de cupo laboral Travesti-Trans-No binarie en los
organismos del estado. Se estima que más de 200 personas participaron en lo que fue la primera Marcha del Orgullo en esta ciudad.

Orgullo Quebradeño

Por la tarde, les asistentes cruzaron la frontera hacia Bolivia, para reunirse en Villazón y continuar la jornada. El punto de encuentro fue la Plaza de las Banderas, lugar donde por primera vez las banderas trans y del arco iris colmaron el espacio público. La felicidad del
ambiente, la libertad, ansiedad y emoción en los rostros de quienes asistieron, da cuenta de que salir del clóset no es solo metafórico. Los espacios públicos se disputan a diario, y la lucha por habitarlos hoy de forma colectiva ha dejado en claro no hay vuelta atrás, al clóset no se vuelve más.


Entre las Organizaciones sociales estuvieron “Orgullo Quebradeño”, colectiva que nuclea a marikas, tortas y travas antirracistas que abrazan su indianidad y transitan experiencias de vida campesina. Desde 2018 se organizan realizando actividades que buscan
entrelazar la vida cultural, la vida campesina y las formas rituales de la disidencia sexual.

Contrabandos y estereotipos

Gustavo Cabana, de la nación Omahuaca y parte de la organización, señala que la pregunta en el andar de la organización de la marcha fue ¿qué ocurre con las desobediencias sexuales en los lugares fronterizos del territorio andino?. “Las marikas del colectivo usamos el rebozo como identidad politica, para hacer frente al orden heterosexual que baja por las vías del patriarcado blanco, como también del patriarcado étnico presente y que oprimen tan fuerte como los patriarcados occidentales”. Nos cuenta que durante la organización de esta marcha, se dialogó en torno a la idea de que tal como existen maneras de contrabando para transitar las fronteras
geográficas, “existe un contrabando torta, un contrabando marika, un contrabando trava inscripto
de nuestros cuerpos”.

Gustavo cuenta que “hubo sentimientos encontrados en el evento, ya que en el lado de Argentina, hay un pensamiento estereotipado de Bolivia. Muchos estamos derribando prejuicios que vienen de las grandes ciudades en donde se concentra la cultura LGBT.
La xenofobia muchas veces responde a pensamientos nacionalistas y raciales enseñados, y las personas de la diversidad sexual no están exenta de cometer discriminaciones hacia personas de la propia comunidad. Por el contrario, es una realidad que se repite sobre todo en las grandes ciudades para con personas racializadas, y de otros territorios.

Gran Ayllu trava, marika, torta y no binarie

“Esos pensamientos de que en Bolivia o de las tierras altas, la gente es más cerrada frente al tema, hoy lo estamos derribando con
este gran Ayllu trava, marika, torta y no binarie” cierra Gustavo. Esta crítica a las fronteras de género y geográficas que producen desigualdades eróticas, afectivas, corporales, y políticas, fue parlamentada en el trascurso de la organización de este
evento. Los debates fueron travestidos en un manifiesto realizado y leído por la activista
quebradeña Alexis Mendez.

Pese al frio y al viento de altura, nadie quedó indiferente frente a una voz que interpelaba y se hacía eco entre todas las personas presentes en esta histórica jornada de manifestación. Alexis Méndez, se pronuncia ante la sociedad como una marika travestida
perteneciente a la nación Omahuaca, y de corazón y afecto a la comunidad de Chorrillo. La artista independiente bailarina y coplera afirma que “no hay que olvidar nuestras raíces, tejido, comidas y coplas porque son una forma más de resistencia”. “Marchamos desde nuestras corporalidades Indígenas, periféricas, subversivas de nacimiento, castradas de posibilidades”.


Señala que la diversidad sexual en estos territorios insiste y resiste a la par de sus comunidades. “Miramos con respeto nuestras familias, nuestras ancestras, nuestros ayllus. Así lo hacemos hoy. Sin embargo todo tiene un límite, la heteronorma también ha llegado a los ayllus”, dice Alexis. Y señala “No podemos seguir permitiendo más odio de ningún lugar. Hay personas que creen que la desobediencia sexual viene con la colonia, pero eso es imposible”.

Por suerte hoy existen los registros del rol importante que tenían las personas tercer género dentro de las comunidades de las culturas andinas, y tal como hoy, antes de la llegada de los colonos, existíamos también. Por otro lado, una de las discusiones que se está dando en la comunidad hace años, es que desde lo LGTB de ciudad, se insiste en plantear rostros de piel blanca
y clase media como la imagen oficial que hegemonizan la experiencia no heterosexual.

Marcha plurinacional, morena, marrona e indígena

“Es muy fuerte pensar que cuando viajamos a la ciudad vemos discriminación constante, un racismo muy potente para con nuestro cuerpos racializados, y muchas veces desde personas de la propia comunidad LGBT. Nuestros cuerpos indígenas vienen a incomodar esa geicidad blanca y hegemónica que se crea en las ciudades, porque nos resistimos a olvidar nuestras raíces” Alexis
añade que “lo LGBT te obliga a olvidar tus raíces, y quiénes somos”

Con la modernidad se ha creado la idea de que la gente de ciudad está más avanzada en los debates, intentan higienizar la
identidad de género y sexual desprendiendo nuestra historia indígena, negra, morena y periférica, del debate LGBT. “Nos queda a nosotres aunar esos espacios, áreas y experiencias para crear conocimiento hacia nuestras guaguas, abuelas, tenemos historial de generaciones de travestis en la zona” cuenta Alexis.

El hecho de haber realizado la primera marcha de la diversidad sexual en Villazón y La Quiaca, forma parte de un importante proceso de descentralización en donde la voz y los cuerpos de la diversidad sexual hoy se están haciendo presentes en cada rincón de los territorios. Marco comenta “He ido a muchas marchas del Orgullo en ciudades grandes como Santa Cruz y La Paz. Sin
embargo, marchar en tu propia ciudad es una necesidad para educar a nuestros vecinos en el respeto a las identidades diversas que existen desde siempre en la historia.” Salir a las calles de tus barrio, es salir con identidad. Y no solo la identidad de género. Hoy hablamos de una Pluridentidad, porque también es una marcha morena, marrona e indígena.

Marchar en territorios de las naciones Aymara, Quechua y Kolla es poner los cuerpos como símbolo de protesta frente a las
consecuencias de un patriarcado blanco, extractivista y colonial. El andar Plurinacional y diverso es reivindicar la existencia del tercer género que forma parte de la milenaria Cultura Andina. Es un recorrido hacia la memoria que nos lleva a recordar que el castigo y genocidio hacia la comunidad indígena LGBTTTQ, comenzó en Abya Yala o la actual América, con la llegada de los barcos
Europeos hace cinco siglos.

Lentamente el despojo no solo fue de la tierra comunitaria, sino también de una forma de vivir basada en la complementariedad y reciprocidad entre los seres que habitamos esta tierra. Aquí, la presencia de personas del tercer género de Los Andes, tomaban
roles en ceremonias como mediadores entre lo femenino y masculino, pudiendo transitar entre ambos polos. ¿Por qué entonces, debemos seguir reduciendo la experiencia a solo dos opciones?

Este 28 de junio, la invitación fue para las personas de Villazón y La quiaca, a salir del enclosetado y competitivo mundo del binarismo hombre-mujer. A cruzar fronteras que no permiten el abrazo colectivo. Queremos caminar juntes hacia un buen vivir, donde nadie tenga que sentir miedo de salir a la calle por ser distinto.

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