Autoridad migratoria de México deportó a Keila Simpson, activista trans brasilera

Era una de las invitadas del Foro Social Mundial. La aislaron en el aeropuerto y luego deportaron porque su documento no coincidía con su expresión de género.

Keila Simpson, activista trans brasileña de 55 años, viajó a México el primero de mayo para participar en el Foro Social Mundial como defensora de derechos humanos. Activistas denunciaron que a su llegada autoridades mexicanas del Instituto Nacional de Migración la detuvieron y aislaron en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Finalmente la deportaron ese mismo día en la tarde.

Activistas y organizaciones civiles reclamaron que Simpson fue aislada durante 10 horas y que su detención fue motivada por prejuicio a su expresión de género por no coincidir con el nombre registral de su pasaporte y porque, sin internet en su celular ni en las instalaciones del aeropuerto, no pudo acceder a los documentos que demostraban los motivos de su visita y su viaje de regreso.

Keila Simpson es presidenta de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA) de Brasil, una red nacional de activismos trans fundada en 1992, vino a México porque fue invitada a participar en dicho foro, que se celebra del 1 al 6 de mayo, para hablar sobre derechos humanos.

“A Keila, una mujer trans afrodescendiente, le fue vulnerada su integridad por medio de varias acciones, entre ellas el aislamiento por diez horas, la retención de su pasaporte y su celular —sin permitirle hablar con alguien—, y cuando se dirigieron a ella fue sin un traductor. La tuvieron básicamente aislada por diez horas. Esta situación no la podemos dejar pasar porque se da también en un contexto donde las autoridades mexicanas criminalizan a migrantes de Centroamérica y Sudamérica”, explicó a Presentes, Jessica Marjane, abogada y coordinadora de la Red de Juventudes Trans, quien acudió al aeropuerto para dar seguimiento a la situación que vivió Simpson. 

«Para las travestis nunca es fácil»

“Fue vergonzoso, pero, como digo siempre, para las travestis nada es fácil. Fue un proceso largo y pesado (…) tengo la certeza de que fue por ser una travesti y por no esconder mi identidad. Tenía la reserva del hotel, mi boleto de vuelta, el folleto del Foro Social. Expliqué varias veces que estaba yendo para un evento y aún así no pasé. Estuve retenida por casi diez horas en una sala del aeropuerto, comí un pan con masa de frijol, lo peor que he comido en mi vida. No me maltrataron, más que esto que ya es un abuso de las cosas que hicieron pero, también entiendo la condición. El país (México) todavía, en mi punto de vista, está muy atrasado al pedir pasaje en este sentido (…) La lucha continúa, primero venciendo el fascismo que hay aquí en Brasil y después contagiando al resto del mundo, de esta libertad que tanto queremos”, narró Keila Simpson en un video difundido por ANTRA a su llegada a Brasil después de ser deportada desde la Ciudad de México. 

Agencia Presentes buscó, por varias vías, entrar en comunicación con el Instituto Nacional de Migración (INM) y su representación en el aeropuerto; hasta el momento no hay respuestas.

Queja ante Comisión Nacional de Derechos Humanos

Jessica Marjane introdujo una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para solicitar su intervención. Tras ello, una persona representante de CNDH acudió al aeropuerto y fue así que Keila Simpson pudo acceder a una persona traductora. Sin embargo, ni la queja ante la CNDH, ni la presencia de uno de sus representantes evitaron la deportación de la activista brasileña. 

Marjane también intentó poner otra queja ante el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación (CONAPRED) con la intención de brindar medidas cautelares para Simpson. Sin embargo, el sistema de quejas en línea no le generó folio. 

“El CONAPRED no actuó en tiempo y forma. Al momento de llamar, los números no respondían; la queja en línea no generó folio y sin folio no hay queja. Esto generó que la compañera Keila no accediera a medidas cautelares que es lo que estamos buscando porque estamos frente a un caso grave de violaciones a derechos humanos”, comentó Marjane en entrevista. 

En México, el CONAPRED tiene la facultad de dictar medidas cautelares e intervenir cuando se trata de violaciones graves a derechos humanos ejercidas por personas físicas, morales, personas funcionarias públicas, instituciones estatales y federales; con el objetivo de “buscar evitar daños irreparables y preservar el ejercicio de los derechos humanos”.

Además, la activista mexicana comentó que la comunicación con pesonal del INM dentro de la terminal 2 del aeropuerto fue “imposible”. “Nada más nos decían ‘pregunten a la aerolínea’ y fue la aerolínea quien nos confirmó que Keila iba a ser deportada”. 

Trato diferenciado

Tras la entrevista de Keila con la CNDH, a Jessica Marjane le informaron que la razón de su deportación fue porque “no cumplía con el ‘perfil de turista’”. 

La razón que dieron al clasificarla de esa manera es porque no entregó la documentación que evidenciara su regreso a Brasil. Marjane agrega que dicha razón “es contradictoria” a lo que durante el acompañamiento pudo documentar. 

Marjane explicó a Presentes que al evento del Foro Mundial Social, el cual se celebra del 1 al 6 de mayo, se invitó a una delegación brasileña conformada por 20 personas que fueron llegando a México en distintos vuelos y una mujer de ese grupo, a parte de Keila, también tuvo problemas para acreditar su invitación y su vuelo de regreso a Brasil, pero no fue deportada. 

“A la persona que sí le permitieron la entrada, que no le negaron el acceso a México fue porque es una mujer blanca y cisgénero, y le acreditaron su perfil como turista. De las veinte personas de la delegación de Brasil, a la única que pusieron bajo sospecha fue a Keila por ser una mujer trans afrodescendiente”, denuncia Marjane. 

La Red de Juventudes Trans (organización que coordina Marjane) dará seguimiento a la queja interpuesta en la CNDH y esperan que la recomendación del organismo sea una puerta que permita: evaluar las omisiones y responsabilidades del Instituto Nacional de Migración y otras dependencias, declarar las violaciones a derechos humanos cometidas contra Keila Simpson. Y establecer el estándar más alto en derechos humanos para personas trans en situación de movilidad bajo cualquier estatus administrativo.

Y es que actualmente el Instituto Nacional de Migración no cuenta con criterios, ni formatos, ni protocolos dentro de la Ley de Migración y su Reglamento, que permita, desde el primer contacto, un trato digno hacia las personas trans que se encuentran bajo cualquier estatus migratorio (turista; solicitante de asilo/refugio; migrante con situación administrativa regular o irregular). 

Para Marjane además es importante situar que la deportación de Keila Simpson se da en un contexto donde las autoridades mexicanas han hecho notoria la criminalización a migrantes de Centroamérica y Sudamérica que son deportades bajo prácticas que nombran ‘retornos humanitarios’.

De acuerdo a Human Rights Watch (HRW), los llamados ‘retornos humanitarios’ son parte de los eufemismos que abundan en el sistema migratorio mexicano actual. 

“Los migrantes no son aprehendidos, sino ‘rescatados’. No son detenidos, sino ‘presentados’. Y no permanecen en centros de detención, sino en ‘staciones migratorias’. Así, las deportaciones se convierten sin más en “vuelos de retorno humanitario”. Pero es importante recordar que no lo son”, señala en un artículo José Miguel Vivanco, director de la división de las Américas de HRW. 

Exigen una disculpa pública y protocolos 

La Red de Juventudes Trans y ANTRA buscarán que se garantice la reparación del daño  solicitada por Keila Simpson: una disculpa pública por parte de alguna autoridad mexicana, principalmente del secretario de gobernación Alejandro Encinas; el titular del INM, 

Francisco Garduño Yáñez y la representante del INM en Ciudad de México, Carmen Yadira De Los Santos Robledo.

Finalmente, la organización brasileña ANTRA exige acciones de reparación para su presidente y pide que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil intervenga para que el Estado mexicano se retracte.
“Se debe reparar la violencia institucional, simbólica y psicológica que sufrió Keila (…) Urge establecer un protocolo. Es fundamental que los agentes de inmigración y los Estados tengan capacitación y políticas para reconocer la identidad de género de las personas trans y el trato interpersonal adecuado, como preguntar sus pronombres, nombre social y cómo desean ser tratades. Cabe señalar que el derecho a la rectificación no anula el derecho al nombre social y, además, ni siquiera la rectificación es capaz de evitar que las personas trans sean víctimas de transfobia, racismo, xenofobia y violaciones de los derechos de las personas en tránsito entre países”, señaló ANTRA en un comunicado.

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