CIUDAD DE MÉXICO. El viernes 15 de abril, Paulette y Coletti, después de una tarde entre amigas para ver una película, entraron al baño de Cinemex de la plaza comercial Reforma 222, (Ciudad de México) donde una empleada pidió —sin respetar su identidad de género— que salieran del sanitario. La gerencia del cine no aplicó ningún protocolo por discriminación. A más de mil kilómetros, Drew, una persona no binaria, fue sacade del baño con insultos transodiantes y amenazade por un empleado de Plaza las Palmas ubicada en el centro de Cancún. 

Estos hechos de discriminación contra las personas trans y no binarias no son aislados. En México el 51% de las personas trans y no binarias ha vivido experiencias en donde les han impedido la entrada al baño acorde a su identidad de género, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG, 2018) realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).

“Los hechos violentos en los baños son contínuos. Es algo que desde la Red de Juventudes Trans llamamos los costos de la transfobia. Se trata de un hilo sistemático donde existen pánicos morales presentes dentro de la sociedad, donde el Estado no trabaja para desmentirlos, no se genera una cultura de respeto dentro de las empresas para la prevención. Esta situación de los baños evidencia que los espacios materiales y simbólicos están divididos por hombres cisgénero y mujeres cisgénero», comentó en entrevista con Presentes, Jessica Marjane, abogada y coordinadora de la Red de Juventudes Trans. 

“Lo que vivimos fue un acto discriminatorio”

Presentes conversó con Paulette, quien prefiere omitir su apellido para no brindar más datos personales ya que a raíz de la denuncia que ella y su amiga Coletti hicieron en twitter han recibido amenazas y acoso digital. 

“Lo que vivimos fue un acto discriminatorio: nos corrieron del baño de mujeres (…) Pasamos al baño de Cinemex y una empleada nos pidió que saliéramos que porque había mujeres con sus hijos, cosa (que es) falsa. En el baño sólo estábamos mi amiga y yo y una pareja de chicas que incluso nos apoyaron. Fue tanto el coraje que salí a pedir ayuda… les rogué, de verdad les rogué y nos negaron la ayuda. Literalmente el gerente me dijo “pues denuncia a Cinemex” y o sea, no tendría que estar rogando algo que por derecho tiene que ser”, comentó Paulette en entrevita con Presentes. 

Paulette y Coletti ya han iniciado distintos procesos legales para defenderse y también recibieron acompañamiento por parte del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED). 

Para Cinemex fue un “malentendido”

Cinemex emitió un comunicado en sus redes sociales que después eliminó. En dicho mensaje calificaron de “malentendido” lo que Paulette y Coletti vivieron al ser expulsadas del sanitario y malgenerizadas por una de sus empleadas.

“Ofrecemos una disculpa a toda la comunidad que se sintió ofendida por el malentendido en uno de nuestros complejos en la Ciudad de México. Es así que nos comprometemos a mejorar nuestras políticas de respeto”, decía el comunicado.  

De acuerdo a sus valores, Cinemex dice ser una empresa que da “un trato digno, cordial y tolerante” a las personas. En dicho apartado agrega: “Reconocemos en todo momento los derechos, libertades y cualidades inherentes a la condición humana y su dignidad. Nos comunicamos con claridad y con fundamentos, siempre en un tono de respeto hacia los demás. Nos expresamos positivamente de las personas, evitando cualquier tipo de comentarios ofensivos o despectivos, sin distingo alguno por sus características individuales o nivel jerárquico”. 

Para Paulette el trato que recibió junto a su amiga Coletti, fue contrario a lo que enmarca Cinemex. “El trato fue discriminatorio, de cero escucha, de burla”. 

Presentes buscó por varías vías a Cinemex y la gerencia de la sucursal ubicada en la plaza comercial Reforma 222 y hasta ahora no hay respuesta. 

Discursos discriminatorios y violencia digital

Tras la denuncia en redes, Paulette y Coletti fueron víctimas de acoso digital. Entre quienes ejercieron estas violencias está América Rangel, diputada del PAN (partido político conservador), quien usó un tuit falso supuestamente escrito por la cuenta oficial de Cinemex en el que se criminaliza a las mujeres trans. Se comprobó la falsedad del tuit al exceder el número de caracteres que marca esa red social. 

Además, Paullette y Coletti recibieron amenazas de muerte, discursos transodiantes y prejuiciosos para representar el falso mito de peligrosidad hacia las mujeres cisgénero si las mujeres trans usan el baño que corresponde con su identidad de género. Incluso la imagen de Coletti fue usada para negar el derecho de las mujeres trans a usar los sanitarios de mujeres.

“Realmente me siento vulnerada por esta situación. Imagínate la magnitud de este hecho, los discursos de odio de esa diputada sí pueden escalar a un golpe en la calle. Que por circular fotos de mi amiga nos ubiquen y nos hagan daño. Esas son las repercusiones de esos discursos. Mi amiga está muy afectada, y yo también, al grado que tuvo que pasar casi una semana para que pudiera salir de mi casa con un poco de tranquilidad”, comentó Paulette a Presentes.  

Una historia que se repite en Reforma 222

En noviembre de 2015, Jessica, Lia y Alessa intentaron entrar al baño de mujeres. No lo lograron porque varios elementos de seguridad de la plaza comercial Reforma 222 se los negaron.

“No se nos garantizó justicia en la primera y segunda instancia, vivimos revictimización por parte de las autoridades en materia civil, nos pidieron acreditar nuestra identidad de género, que con qué genitales habíamos nacido e incluso la respuesta de ellos fue que el personal de seguridad de Reforma 222 protegía a las mujeres”, narra Jessica en conversación con Presentes. 

Para Jessica, que se repita un acto de discriminación y violencia como el que vivió junto a Lia y Alessa (asesinada en 2016, transfeminicidio que a la fecha sigue impune) marca “un antecedente que da cuenta que la transfobia existe en ese espacio (Reforma 222), un espacio que ya va para diez años de su construcción… y que suceda de nuevo solo evidencia la falta de conciencia histórica por parte de ese lugar. Tener este antecedente nos permite poner en discusión ¿quién es peligroso para quién? y ahí las personas trans, binarias y no binarias, tendríamos mucho que decir en los testimonios sobre cómo entramos con miedo a un baño y que tenemos que silenciarlo ante el sistema cisexista en todos los niveles: familiar, escolar, estatal, cultural, social”. 

“Como no binarie fue un acto discriminatorio muy cañón”

Drew es una persona no binaria. Tiene el cabello largo y el 19 de abril vestía un pantalón a la cadera y un top, llevaba cubrebocas y sus anteojos. Ese día fue expulsade del baño de Plaza las Palmas, ubicada en el centro de Cancún. 

Drew iba acompañade de su mamá, quien entró al sanitario de mujeres. Drew entonces decidió entrar al de hombres pero lo encontró cerrado con llave. Tomó esa decisión “para evitar un conflicto porque ya me pasó antes pero no tan grave”, dice a Presentes.

“Como estaba cerrado y yo necesitaba hacer mis necesidades, entré al baño de mujeres. Me lavo las manos y trato de salir y en ese momento un bato (un hombre) me empieza a gritar que ese no era mi baño. Yo intenté decirle que el de hombres estaba cerrado. Pero este señor no paró de gritar su transfobia y homofobia. Yo le decía que soy una persona no binaria, no estoy haciendo nada, que fui a hacer mis necesidades. Le hice ver que yo no me identifico ni como hombre ni como mujer y en ese momento el señor se enojó más y comenzó a gritar: ‘personas como tú no deberían existir’. Mi madre sale y trata de mediadora, como de quítate hombre extraño y deja pasar a mi hije, tal cual”, narra Drew para Presentes.

Drew denunció lo que vivió y subió un video a su cuenta de tuiter, sin embargo no tuvo el mismo impacto que las denuncias hechas por Paulette y Coletti en Ciudad de México. Al salir de la plaza el hombre le gritó: “cuidadito si lo subes (el video) porque voy por ti”. 

A nivel nacional las personas que vivan cualquier acto de discriminación (cometidos por particulares y personas funcionarias públicas) pueden levantar una queja ante el Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación (CONAPRED) por diferentes vías, incluída la queja en línea; a los teléfonos: 800 543 0033 y (55) 5262 1490; y al correo electrónico: quejas@conapred.org.mx

“Necesitamos políticas públicas de no discriminación”

La abogada Jessica Marjane señala que pese a que el CONAPRED tenga cifras de discriminación específica sobre eventos violentos en los baños “evidencía una deficiencia porque aunque se conocen los datos no se ha generado política pública destinada a reducir los índices de discriminación en el país. CONAPRED en ese sentido tiene toda la facultad para poder generar política nacional encaminada a prevenir la discriminación y sobre todo eliminarla”. 

Y agrega que “el Estado también tiene responsabilidad cuando no garantiza la igualdad y no discriminación en espacios de particulares, al mismo tiempo, los establecimientos mercantiles deben garantizar el derecho a la igualdad y no discriminación de toda la clientela. Lo cual no se ha generado”. 

Incluso para la resolución de conflictos comenta que no tendría que haber omisiones. “Cuando a las compañeras (Paulette y Coletti) se les pidió salir no les dieron ninguna respuesta concreta de cuál era el supuesto reglamento que impedía su lugar en el baño de mujeres. Actualmente en México no hay un reglamento que te solicite que justifiques tu entrada al baño determinando tus genitales o bajo la percepción de terceros y eso no debe de ser un motivo para que alguien te cuestione la entrada a un baño”, concluye Marjane.