Policías de CMDX golpean y extorsionan a dos personas LGBT+ por besarse

Policías de Ciudad de México golpearon, robaron y extorsionaron a Diego y Amaro en colonia Roma.

CIUDAD DE MÉXICO, México. La noche del miércoles 6 de abril, policías de la Ciudad de México persiguieron, golpearon y extorsionaron a Diego y Amaro, quienes se reconocen parte de identidades LGBT+. Fue luego de verles besarse en una calle de la Roma Sur, una de las colonias más turísticas de la capital mexicana. Hasta el momento Diego y Amaro han realizado presentaciones ante organismos de derechos humanos. Y anticiparon que también denunciarán ante la Fiscalía para la Atención de Delitos cometidos por Servidores Públicos y la Agencia Especializada en Atención a Personas Integrantes de la comunidad LGBTI+ pertenecientes a la Fiscalía local. 

“Lo primero que tuve fue miedo. Cruzó por mi cabeza que podríamos ser los siguientes desaparecidos ¿no? …De pronto, en un imaginario, une creé que quizá está más segure en esta ciudad por los derechos que se han ganado. Porque somos más visibles, porque ocupamos las calles, pero que nos haya pasado esto en una colonia súper gentrificada, con gente blanca a la cual le dan más atención pues une creé que también está segure. Y no”, contó Amaro, que prefiere ser tratade con el pronombre elle. 

Los policías además de golpearles, les robaron. Los jóvenes terminaron con raspaduras y golpes en diferentes partes del cuerpo. Amaro resultó herido de las costillas y la parte médica le diagnosticó una “contusión e inflamación severa”. A Diego le arrancaron un trozo de cabello que dejó un hueco en su cuero cabelludo. 

En México 3 de cada 10 personas LGBTI+ han sido víctimas de agresiones físicas por su identidad, de las cuales 9.18% tienen como perpetrador a la policía. Además, el 13% de personas LGBTI+ señala que ha sido detenida en alguna ocasión por su orientación sexual o su identidad de género, de acuerdo a la Investigación sobre la atención de personas LGBT en México de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y Fundación Arcoiris. 

“Vemos que este tipo de crímenes de extorsión y actos de discriminación se acentúan más fuera de la Ciudad de México. Con esto no no quiero decir que no suceda, pero tenemos mayor registro de este tipo de ataques en Veracruz, Michoacán, Tamaulipas por el clima de violencia generalizada en el país. Sin embargo, nos mantenemos en una alerta permanente porque no sabemos en dónde se pueden cometer este tipo de crímenes de odio, producto también de la falta de atención de parte de las autoridades para mantener la capacitación permanente a las policías”, explicó en entrevista Gloria Careaga, coordinadora general de Fundación Arcoíris.

“Nos siguieron solo por besarnos y nos golpearon”

Amaro contó a Presentes el ataque que vivió y que en las denuncias que han interpuesto se ha tomado en cuenta que son integrantes de las poblaciones LGBT. Ha quedado asentado como que “vivieron un acto discriminatorio”.

Todo comenzó alrededor de las 9 y media de la noche. Amaro y Diego se encontraron en una calle de la colonia Roma Sur, transitada e iluminada. Ahí se besaron y de manera casual notaron que cerca de ahí había una patrulla. “Nos dimos cuenta que nos estaban viendo, nos sentimos incómodos y caminamos”. 

Diego y Amaro llegaron a una calle menos transitada, se volvieron a besar y la patrulla les siguió, incluso encendió sus luces. “Pensamos que era parte de su rondín, pero notamos que era muy insistente. Se detenían donde estábamos nosotros. Entonces decidimos caminar en contraflujo para no encontrarlos de nuevo”.

Diego y Amaro llegaron a un parque sin iluminación. “Nos seguimos besando. De pronto vimos que alguien se acercaba y sacaba una lámpara y nos alumbraba. (Esa persona) nos gritó ‘ya se los llevó la chingada’. Por instinto nos alejamos el uno del otro pero con ese policía venía otro que dijo ‘si corren les va a ir peor’”. Diego y Amaro corrieron por instinto.

Amaro cuenta que al tratarse de la policía no hay un “voto de confianza”. Al momento de correr por el parque sin iluminación, se cayeron y fueron atacados a golpes por los policías. 

“A Diego un policía lo agarró estando en el suelo. Lo arrastró del cabello, le pegó en la cara y le dio patadas. A mí el otro policía me hizo una llave, me tiró de nuevo, me puso uno de sus pies sobre el cuerpo. El otro policía regresó contra mí y me dio una patada en las costillas”. 

Al momento de tenerlos sobre el suelo, Amaro recuerda que uno de los policías les dijo: “¿Para qué corrieron?, por correr otro (policía) les hubiera aventado un balazo”. 

“Tuve miedo, pensé que nos desaparecerían”

Después de los golpes, las víctimas relatan que los policías intentaron “plantarles” marihuana y una navaja. En México la policía muchas veces tiende a sembrar objetos durante detenciones arbitrarias para aparentar un supuesto delito. Casi siempre lo hace con armas o con sustancias psicoactivas. 

En ese momento Amaro cuenta a Presentes que sintió miedo. “La verdad pensé, muy en mi interior, que nos desaparecerían”, recuerda.

Las detenciones arbitrarias en México son muy frecuentes, y “utilizadas por las autoridades de forma ilegal, principalmente contra aquellas personas que enfrentan situaciones históricas de discriminación”. Así lo menciona el informe Falsas sospechas: detenciones arbitrarias por la policía en México de Amnistía Internacional. El documento agrega que estas prácticas “son muy frecuentemente el punto de partida de graves y persistentes violaciones de los derechos humanos en el país, tales como la tortura, las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales”.

De acuerdo a la última Encuesta Nacional sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG, 2018), el 30.8 % de la población encuestada ha recibido tratos arbitrarios y discriminatorios de parte de la policía. El más común de ellos: que la policía les interrogue sin motivo aparente. 

De acuerdo a la encuesta las mujeres trans, los hombres gay y mujeres lesbianas, en ese orden, son las poblaciones que más “experiencias negativas” con la policía tienen. 

Besarse no es delito

Amaro recuerda que durante la golpiza, los policías no usaron palabras homofóbicas. Pero uno de ellos les dio un “sermón”. 

“Nos decía que él tenía un sobrino ‘como nosotros’ pero que él no hacía eso, que para eso había hoteles”. Y agrega, “Fue raro. Hubo un momento en que sacó alcohol y nos empezó a curar las heridas. Y nos dijeron que por lo que estábamos haciendo era una multa de mínimo dos mil pesos”.

En México besarse no es un delito. El Consejo para Prevenir y Eliminar la Disciminación de la Ciudad de México (Copred), les confirmó a Diego y Amaro que no existen multas porque dos personas del mismo sexo se besen en la vía pública.

El ataque duró una hora y media. “Al final se llevaron nuestro dinero y cuatro pares de lentes que traía yo con un valor de más de 10 mil pesos. Nos gritaron ‘córranle o si no les va a pasar algo más’”. 

Denuncias por discriminación a personas LGBT+

En las denuncias hechas hasta ahora han especificado que se identifican como parte de las poblaciones LGBTI+ y que se trató de un acto discriminatorio.  

Para cuando Presentes tuvo comunicación con Amaro ya habían levantado una queja ante el Copred y una queja administrativa ante la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). De esta se abrió una investigación en Asuntos Internos. La institución policial determinará qué patrullas y qué elementos se encontraban en esa zona a la hora del ataque. 

“El parque estaba tan oscuro y ellos traían cubrebocas que medio les vimos los ojos. Era difícil verlos directamente a los ojos porque cualquier acción que hacíamos lo tomaron a mal, entonces prácticamente tuvimos la cabeza agachada”. 

Para Amaro el proceso de denuncia fue “cansado, tarado y burocrático”. Además, comenta que ante muchas personas tuvo que “contar, recordar, revivir todo de nuevo”. 

De acuerdo a un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, 2019)  el derecho más vulnerado para las poblaciones LGBT en México es el derecho a la seguridad jurídica relacionado principalmente a “actos ilegales de los agentes encargados de la seguridad pública”. 

Asimismo, el Diagnóstico nacional sobre la discriminación hacia personas LGBTI en México en su apartado sobre el derecho a la seguridad y acceso a la justicia destaca que existe “una profunda desconfianza en las instituciones derivada de la ineficiente actuación e intervención de quienes las operan, pues cuando las personas acuden a ellas refieren que no se actúa o se les presiona para no denunciar. Las personas funcionarias del Estado no realizan adecuadamente sus funciones y no reciben ningún tipo de sanción por ello, dejando a las víctimas en mayor vulnerabilidad derivada de la impunidad en que se mantienen las agresiones y violaciones a sus derechos”. 

Sin embargo, ese informe no revela información sobre cuántos funcionarios de las fuerzas de seguridad han vulnerado estos derechos humanos. Ni qué consecuencias han tenido.

En las semanas siguientes Diego y Amaro levantarán una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). También una denuncia penal por el delito de discriminación ante la Fiscalía para la Atención de Delitos cometidos por Servidores Públicos y una más en la Agencia Especializada en Atención a Personas Integrantes de la comunidad LGBTI+.

“No quiero vivir con miedo ni ser una estadística”

“Por todos lados queremos levantar la denuncia para ver si en algún lado se puede hacer algo. Que al menos esté el registro, que no se repita, o que alguien más sepa qué hacer”.  Amaro dice que elles son afortunades. “Tenemos círculos de apoyo, supimos qué hacer, a dónde ir. Para mí es importante que después de esto tengamos claro qué podemos hacer cuando esto mismo le pase a dos personas racializadas que son de la periferia y se besen en la Roma. Si denunciar, aunque sea agobiante, puede servir para que otras personas no lo vivan o si de algo funciona para que no se repita pues hay que hacerlo”. Y hay más motivos: “me voy a seguir besando donde sea. No quiero vivir con miedo. Bo quiero ser una estadística más de ‘otros dos jotos golpeados por la policía’”, concluye Amaro.

¿Dónde denunciar?

CNDH (a nivel nacional)

Presenta queja en línea en este enlace

Teléfonos: 555-681-8125 | Lada sin costo 800-715-2000

Conapred (a nivel nacional)

Presenta queja en línea en este enlace

Teléfono CDMX 55 52 62 14 90  | Lada sin costo: 800 543 0033 con horario de atención de lunes a jueves de 09:00 a 17:30 horas y viernes de 09:00 a 15:00 horas.

Copred (CDMX)

quejas.copred@gmail.com 

Denuncia en línea en este enlace

Atención telefónica 55 5341 3010 y 55 4600 8233 de lunes a jueves 10:00 – 18:00 horas; viernes 10:00 a 15:00 horas. 

Casos Urgentes – WhatsApp 55 4600 8233

Línea de seguridad y chat de confianza del Consejo Ciudadano: 55 5533 5533

Unidad de Atención a la Diversidad Sexual (UNADIS en CDMX)

unadis.atencion@gmail.com

Línea de no discriminación: 55 5658 1111

Atención urgente (Ulises Pineda): 55 2858 6265

Canalización y contención (Gerardo Olivares): 55 4611 8811

Agencia Especializada en Atención a Personas Integrantes de la comunidad LGBTI+ (CDMX)

Ubicación: C. Violeta 39, Guerrero, Cuauhtémoc, 06300 Ciudad de México, CDMX 

Ubicación: Tecualipan s/n, Romero de Terreros, Coyoacán, 04320 Ciudad de México, CDMX

Teléfono: 55 5200-9365

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