Censo 2022: la pregunta por identidad de género, un avance en la mira de las Terfs
La pregunta por la identidad de género, que por primera vez se hará en el censo en la Argentina, viene a saldar una deuda. Grupos trans-excluyentes buscan frenar este avance.
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La pregunta por la identidad de género, que por primera vez se hará en el censo de este año en la Argentina, es una victoria para los colectivos LGBTTTNB+ del país. Viene a saldar, además, una deuda con las organizaciones que durante todos estos años aunaron esfuerzos por registrar a sus comunidades. Sin embargo, grupos que se consideran feministas buscan frenar este avance en materia de derechos.
En materia de géneros, el gran avance en este 11° censo de la Argentina es la incorporación de la pregunta 3 en el apartado de «Población» sobre la identidad de género.
Antes de llegar a esta pregunta, el cuestionario interroga sobre el “sexo asignado al nacer” y ofrece tres opciones de respuesta: mujer/femenino; varón/masculino y x/ninguna de las anteriores.
Luego viene la pregunta: cómo se considera la persona de acuerdo a la identidad de género. La respuesta tiene ocho opciones: mujer; mujer trans/travesti; varón; varón trans/masculinidad trans; no binario; otra identidad/ninguna de las anteriores; prefiero no contestar; ignorado.
Ambas preguntas están destinadas a la totalidad de la población censada.
«Me parece un gran avance. Es algo que va en consonancia con las leyes y normas que tenemos en la Argentina. Es consecuencia de todo el aparato legislativo anterior», dijo a Presentes SaSa Testa, activista no binarie y magíster en Estudios y Políticas de Género.
Cómo se llega a la pregunta por la identidad de género
En el censo del 2010 se realizó la pregunta dicotómica que arrojaba como opciones si la persona censada era varón o mujer. Fue un paso importante: se detallaba que no importaba lo que las personas censistas opinaran, se debía respetar lo que la cada quien respondiera. Así lo indicaron a Presentes fuentes cercanas al proceso censal. En instancias anteriores a 2010, en cambio, les censistas marcaban por observación la opción que “creían” adecuada.
Esta pregunta se aplicó en 2010 a la totalidad de la población y arrojó como resultados más de diecinueve millones y medio de varones (19.523.766) y más de veinte millones y medio de mujeres (20.593.330), según datos del INDEC.
El censo de este año, que se demoró dos a causa de la pandemia, no podía ignorar la historia: la Ley de Matrimonio Igualitario (2010) y la Ley de Identidad de Género (2012).
Muchos estudios demográficos, base de las muestras y encuestas posteriores a los censos, se basan en la variable de sexo binario. Por lo tanto, cómo incorporar la pregunta por la identidad de género fue un debate al interior del proceso censal. Así se definió continuar con la pregunta por el «sexo» agregándole «asignado al nacer», que permite establecer una comparabilidad con los resultados de censos anteriores. A ella se le suma, luego, la pregunta por la identidad de género.
“Necesitamos saber”
Alejandra Silvestre es una mujer trans-travesti de 32 años, oriunda de Gualeguay, Entre Ríos, y presidenta de Mujeres Trans Argentina. También es profesora de Ciencia Política e integra el consejo asesor del observatorio de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) del Ministerio de Educación de la Nación. Ella considera esta pregunta «es necesaria» para conocer la situación del colectivo travesti trans y a fin de que se desarrollen políticas públicas que garanticen derechos.
«Primero es importante marcar los objetivos que tiene un censo poblacional. No es solo saber cuántas personas hay en un determinado territorio, sino muchas cosas más: conocer el nivel socioeconómico que tiene la población, la accesibilidad a los servicios públicos, el nivel educativo, etc. Esos datos van a dar una perspectiva al Estado para las políticas públicas que deben llevarse a cabo«, planteó.
Partiendo de esa base, dijo: «Nos parece sumamente necesaria la pregunta de cuál es la identidad de género de la persona. Necesitamos saber cuántas personas travestis y trans hay en el país, donde están distribuidas, cuántas han migrado de las provincias, qué nacionalidades tienen, cómo viven«.
Además resaltó: «son las organizaciones las que tuvimos que estar rastreando y censando dónde estaban las travas lugar por lugar» todo este tiempo.
Presentación judicial contra esta pregunta
Pese a este progreso en materia de derechos, un grupo de mujeres que se consideran dentro del movimiento feminista presentó una cautelar que tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12, a cargo de la Jueza Macarena Marra Giménez, que busca modificarla, en la Ciudad de Buenos Aires.
La presentación judicial apunta a quitar las categorías «mujer» y «varón» en la pregunta por la identidad de género porque las consideran categorías del sexo. Por lo tanto exigen que «se sustituya la opción mujer trans por feminidades trans» y «se elimine la opción varón trans (quedando como opción la ya existente masculinidades trans)».
En la medida cautelar, las mujeres se presentan «en tanto mujeres (hembras de la especie humana, seres humanos y personas adultas del sexo femenino)». Y se consideran «habilitadas para reclamar tutela efectiva para evitar la disolución de la categoría mujer que se va consumando silenciosamente a través del dictado de normas que aparentan ser secundarias pero que todas juntas y simultáneamente conduce a ese resultado: la anulación jurídica de la categoría mujer».
Entre las firmantes hay funcionarias públicas e investigadoras de instituciones de renombre. Ellas son María José Binetti, doctora en Filosofía por la Universidad de Navarra, España e investigadora del CONICET con sede en el Instituto Interdisciplinario de Estudio de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y Graciela Tejero Coni, historiadora, directora del Museo de la Mujer e integrante del Consejo Asesor ad honorem del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades.
También Valentina Cruz, profesora de filosofía y licenciada en Psicología; Marisa Andrea Piumatti, directora del Instituto de Estudios Legislativos del Colegio de Abogados de La Plata e integrante de la agrupación “Mujeres en la Abogacía”; y Julieta Luisa Bandirali, presidenta de la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogadas y Abogados de Buenos Aires.
«Son personas que están inmersas en los temas de género y algunas de ellas incluso en lugares del funcionariado público. Y desde ese lugar están cuestionando una política pública porque el censo es una acción que permite pensar políticas públicas a futuro. ¿Qué clase de políticas públicas se pueden pensar cuando un sector de la sociedad no se encuentra incluido? Todo lo que se produzca pecaría de parcialidad», cuestionó Testa.
Para la presidenta de Mujeres Trans Argentina, además, no se puede «volver a debates biologicistas de que si tenés pene sos hombre y si tenés vagina sos mujer«. «Esos debates ya los dio el órgano más democrático que tenemos que es el Congreso de la Nación. Tenemos una Ley de Identidad de Género en cuyo artículo 2 dice que la identidad de género va a ser de acuerdo a cómo las persona se autoperciba», arremetió.
Repudio y convocatoria a juntar firmas
También se posicionó contra esta presentación judicial el Frente Orgullo y Lucha, junto a otras organizaciones del país. Este Frente que nuclea a organizaciones de la diversidad sexual de todo el país inició una convocatoria alertando: Censo 2022: El derecho a la identidad de género es una libertad de todxs y está bajo ataque”.
Desde el frente consideraron que el censo 2022 es «un paso fundamental para terminar con el binarismo cis-hetero-sexista en los registros estadísticos que invisibilizaron históricamente la existencia de otras identidades y expresiones de género que no se encuadren en el binomio varones/mujeres«.
“Expresamos nuestro apoyo a la pregunta por identidad de género del Censo 2022, y repudiamos por reaccionaria e infundada la presentación judicial en su contra que tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12. Hemos conquistado el derecho a la identidad de género, registrada y respetada por el Estado y todas las instituciones, y no daremos ni un paso atrás”, dice el texto donde invitan a sumar firmas.
En caso de que el Poder Judicial dé lugar a la medida cautelar, «se afectarían los derechos de toda la población y constituiría un ataque directo a las personas trans a casi diez años de la Ley de Identidad de Género (26.743)», apuntaron.
También cuestionaron los argumentos planteados por el grupo de mujeres. «Bajo la defensa de la categoría mujer como biológica y cromosómica, se constituye un acto de profundo transodio. Es un absurdo y una falacia absoluta sostener que el reconocimiento de las identidades de género de todas las personas, incluidas las personas trans, borre la identidad ‘mujer’ o que entre en conflicto con un instrumento totalmente armónico con este derecho como es la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)».
La pregunta: en torno al acceso a derechos
Desde Mujeres Trans Argentina, consideran que la herencia patriarcal binaria y heteronormativa se desarrolló con gran “naturalidad” adopatando el sexo como registro de las personas, como una categoría de ciudanía, donde se inscriben derechos, servicios y políticas desarrolladas para la población basada en estas varones y mujeres. Y ejemplifican: «El impacto y el daño sobre la comunidad LGBTTTNB+ es enorme. Por ejemplo, en el contexto en que se desarrolló la pandemia del VIH, las políticas sanitarias en torno a la prevención, abordaje y desarrollo de la pandemia de VIH no tuvo en cuenta la población trans, y la falta de datos, de desarrollos específicos hizo que las organizaciones locales y a nivel mundial sean las primeras en dar el alerta sobre que la invisibilización implica la muerte directa de uno de los sectores más empobrecidos por un sistema cisbinario heterosexista que piensa solo en varones y mujeres».
Desde la misma organización de mujeres trans explican que, a medida que se visibilizaron los planteos de la comunidad LGBTTTNB+, de la implicancia en la ausencia de políticas públicas, se busca ampliar el registro de las personas en virtud del diseño, prevención y abordaje en políticas públicas. «Es decir, la pregunta del Censo 2022 sexo fue problematizada en torno al acceso a derechos, en virtud del ejercicio de derechos de ciudadanías. El censo de poblaciones busca esto, registrar a las poblaciones en nuestro país. El problema del grupo TERF en Argentina es que busca restringir derechos, no ampliarlos, el interés de ellas no es preservar la categoría de las mujeres sino que no se amplíe el concepto de mujeres respecto al acceso a las políticas públicas«.
Los pendientes del censo
Sin bien la incorporación de la pregunta por la identidad de género es un enorme avance, quedan pendientes y críticas.
Para Testa, por ejemplo, «a pesar de que tenemos la posibilidad de hablar de nuestras identidades, la categoría de sexo asignado al momento del nacimiento sigue siendo una categoría binaria«.
«El sexo asignado al nacer es para mi un hecho performativo que se produce sobre la observación de la genitalidad externa de la personas. Pero nada dice de repente de su constitución cromosómica. Esa pregunta me hace ruido», dijo Testa.
Además, consideró que «si hay una palabra para masculino y femenino es raro que no haya una para la ‘x’, como podría ser ‘intersex’. Ahí de nuevo hay un borramiento».
También el campo «mujer trans/travesti» trajo inquietudes en el colectivo dado que muchas personas que se consideran travestis no se consideran mujeres trans.
Sin embargo, hay algo que queda claro para el Frente Orgullo y Lucha. «El Censo 2022 es el primero que releva la identidad de género en todo el país, constituye un hito para deshacer mecanismos patriarcales que violentan nuestros cuerpos e identidades».
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