La resistencia identitaria de las mujeres wixárikas en las tierras de Jalisco

Se definen como "resilientes", la mujeres indígenas de la comunidad wixárikas de México, luchan contra la discriminación occidental y pelean por la representatividad en su propia comunidad.

A las mujeres wixárikas, una comunidad indígena en México que se rige bajo sus propios usos y costumbres, les tocó ser resilientes.

Así es nuestra vida, de resilientes, nos tenemos que adaptar a las nuevas situaciones que principalmente nos ofrece la vida occidental. Tenemos que aprender otra lengua que es ajena a la de nosotros y adoptar estas creencias occidentales”, cuenta Sitatli Chino Carrillo, mujer wixárika que reside en Tuxpan, en Bolaños.

Este lugar junto a Mezquitic es uno de los dos municipios al norte de Jalisco donde se ubica esta comunidad. Según datos de la Comisión Estatal Indígena, hay aproximadamente 14.300 de ellxs ubicados en esta zona. También en Nayarit y Durango –estados en México–habitan lxs wixáritari.

Una vida activa y política

Sitlali es conocida por participar activamente dentro de su comunidad. En 2020 la nombraron presidenta de concertación agraria.

Fue la primera mujer en ostentar este cargo tradicional para el que fue postulada y elegida mediante votación por lxs mismxs habitantes de su localidad. Su función radica en estar al pendiente de las problemáticas territoriales.

Además, trabaja como psicóloga en un módulo instalado en Tuxpan por la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) donde capacita a las autoridades tradicionales y principalmente a las mujeres, para que conozcan sus derechos.

“Ser mujer aquí en México es un reto. Ahora imagínate ser joven y ser mujer indígena en un lugar donde se te discrimina por todos lados; porque hablas otra lengua, porque no eres de piel blanca o porque eres muy joven”, explicó.

Según datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017, un 49.3% de la población indígena en México, de 12 años y más, percibe que sus derechos son poco o nada respetados.

Si se desagregan estos mismos datos por género, se observa que el motivo por el que más señalan discriminación las mujeres indígenas tiene que ver con su apariencia, su propio género (por ser mujeres) y su peso o estatura.

En cambio, los hombres indígenas señalan que son discriminados con mayor frecuencia por la manera en la que hablan, su edad o el lugar donde viven.

Sitatli Chino Carrillo es la primera presidenta de concertación agraria.

Pugnan mujeres indígenas por participación pública

Sitlali comentó que en su comunidad todavía prevalecen ideas de las mujeres fincadas en preceptos machistas. Por ejemplo, que no se tiene la misma capacidad para desarrollar actividades que los hombres o que si son madres es su deber quedarse en el hogar.

Sin embargo, se han abierto paso. Como sucedió en su caso, al convertirse en presidenta de concentración agraria.

“El día que se renovaron las autoridades agrarias me tocó estar ahí como moderadora de la asamblea. Jamás imaginé que la gente diría que querían que yo tomara ese cargo (…) hasta el momento no he tenido complicaciones de ningún tipo, justamente porque he demostrado que tengo toda la capacidad para fungir con esta encomienda que me dio la comunidad”, dijo.

Pero ella es consciente que este no es el caso de todas las mujeres dentro de su comunidad.

“A veces no puedes tomar un cargo porque eres mujer, y si te lo dan es la suplencia. Hay violencia psicológica, crean en ti inseguridad para que no participes, te dicen ‘esos puestos no son de mujeres’, o si te metes tu marido te va a dejar’. Ya ha pasado que sus maridos no las dejan”, contó Sitlali.

Además de ello, en su comunidad también se hace frente a las situaciones de violencia en el hogar, desatención en temas de salud, como educación sexual y reproductiva, desde una perspectiva intercultural. Temas que parecen no estar en el radar de las autoridades.

En la comunidad, en muchos casos, desalientan la participación de las mujeres.

Falta representatividad política

La representatividad política en Jalisco de las comunidades indígenas y de las mujeres que pertenecen a ellas se ve mermada, entre otras cosas, por las agendas partidistas que abanderan las y los candidatos.

“Muchas veces las personas dicen que son indígenas y cuando llegan a los espacios de toma de decisiones realmente no somos escuchadas. O simplemente nada más lo hacen por intereses propios y no por intereses comunes”, comentó Sitlali.

Otro de los retos se encuentra en la dificultad para acceder a los puestos de toma de decisiones.

Elizabeth Prado, académica politóloga del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) enfocada en temas de género, afirmó que es clara la barrera cultural de incorporar a las mujeres en la política y en los puestos de tomas de decisiones, un obstáculo que según considera, se incrementa para las mujeres indígenas.

 “Es muy importante la interseccionalidad en este sentido, porque no todas las mujeres nos enfrentamos a los mismos escenarios, o tenemos las mismas necesidades o los mismos recursos para perseguir nuestras necesidades. No nos pueden meter a todas en un mismo cajón, porque no todas tenemos intereses en los mismos temas”, explicó la experta.

El cambio es alzar la voz

Sitlali dijo que tiene clara una cosa: si las mujeres wixárikas no alzan la voz, nadie las va a escuchar: “Si no hablamos nosotras, nadie va a escuchar estas dolencias. Creo que la mejor manera de resistir como mujeres es alzar la voz, decir todo lo que pensamos y lo que sentimos”.

Contó que la organización de las mujeres en su comunidad ha sido visible, y que si bien la participación de ellas en las asambleas o puestos tradicionales no ha sido tan notable, el cambio ya se está abriendo.

Ahora existen redes de artesanas, de expertas en medicina tradicional, o de mujeres que simplemente se organizan para defender sus derechos. También mujeres que se han preparado como abogadas, nutriólogas, docentes o enfermeras. Sin embargo, no todas ellas participan activamente en la vida comunitaria.

“Tenemos que resistir y no caminar hacia atrás sino ir avanzando para que también otras mujeres se animen a participar en esta vida política de la comunidad y de igual manera en los diversos espacios de toma de decisiones”, finalizó Sitlalli.

Sitatli Chino Carrillo tiene desde hace años una participación muy activa en su comunidad.

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