Radio Azacualpa, un sueño comunitario con voz de mujeres

"Ya hemos perdido el miedo de hablar", dice una de las mujeres que forma parte de la radio que tiene cinco años de vida en la comunidad hondureña.

Un grupo de quince mujeres lencas de Honduras llevan adelante desde hace cinco años Radio Azacualpa “La Voz de las Mujeres” (102.2 FM). La estación está ubicada en la comunidad de Azacualpa, del municipio de Yamaranguila en el departamento de Intibucá. Fue creada el 15 de enero de 2016 por mujeres lencas, luego de una formación que recibieron desde la Coordinadora Indígena del Poder Popular de Honduras (CINPH).

«Esta radio nos ayuda a que las mujeres se puedan expresar, tener un diálogo con otras personas. También para preparar a los jóvenes que nos escuchan», dice María Guadalupe Gutiérrez, de 56 años, coordinadora general de los proyectos y grupos de mujeres de Radio Azacualpa.

Guadalupe cuenta a Presentes que se siente “bien” porque en la radio “uno se relaja, trata cosas, convive con la gente” y destaca el apoyo que recibieron por parte de la comunidad. “Fue bien visto porque algunos problemas que tenían las personas desde la radio los podíamos comunicar”, dice.

A sus palabras, María Cándida Gutiérrez, también integrante del proyecto, agrega: “La radio tiene mucha importancia porque nos ayuda tanto a formarnos como a dar cualquier aviso o emergencia porque aquí no hay señal. Así se ahorra tiempo y no es de persona a persona el aviso”. Cándida tiene 40 años, hace cuatro participa de la radio, hace seis meses integra el programa “Mujeres organizadas” mientras se desempeña en el área administrativa.

Para informar y formar

La radio tiene, entre sus particularidades, un fin educativo. A través de la Red de Desarrollo Sostenible (RDS), se comenzaron con talleres de formación, locución, producción y difusión radial; además de capacitaciones sobre Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) desde un enfoque agroecológico.

“Mi recorrido han sido las formaciones, los talleres que hemos tenido de algunas instituciones. Yo no estudié gran cosa, solo hasta tercer grado. Pero las formaciones y los talleres me han ayudado para estar aquí. Me siento agradecida, es una alegría poder ser parte de este proyecto de tecnología”, dice Guadalupe.

La programación de Radio Azacualpa se emite seis horas por día y tiene cuatro programas. En ellos participan también hombres que fueron convocados por las organizadoras del proyecto. «Amanecer ranchero» comienza a las 4 de la mañana y brinda música y avisos hasta las 6; los lunes y viernes de 9 a 10 Guadalupe Gutiérrez, María Cándida Gutiérrez, Modesta Gutiérrez y Aurelia Lemos llevan adelante «Mujeres organizadas», un programa de formación para mujeres y sobre «cómo defender nuestros derechos». Le sigue un programa católico dirigido por Ceferino Lemos de 12 a 15 y «Atardecer en el campo» por Reimundo González y Santos Rodríguez, de 16 a 19.

Una herramienta comunitaria

La radio se conformó a través del ahorro comunitario y se hace de manera voluntaria dado que no tiene fines de lucro. Para conseguir la inversión inicial, un grupo de veinte mujeres comenzó con un ahorro de dos lempiras por cada mujer cada ocho días.

“Yo no tengo un pago, lo hago voluntariamente. La familia trabaja para sostenerme y poder coordinar este grupo. Lo hemos hecho voluntariamente para que esta comunidad pueda salir adelante”, dice Guadalupe.

La comunidad de Azacualpa, que está ubicada en el municipio de Yamaranguila dentro del departamento de Intibucá, en Honduras, es de bajos recursos y tiene “bastante problemas” que se agravaron con la llegada de la pandemia.

“La gente lucha, vende cosas en el mercado que no le valen, no nos cubre para lo que necesitamos”, cuenta y resalta que es “una comunidad muy lejana de los pueblos”.

La comunidad no tiene ni un hospital ni un centro de salud cerca. “El que se muere es porque no puede llegar al centro de salud. No tenemos nada para emergencias. Si de noche se enferma alguien tenemos que llevarlo buscando un carro particular pagando”, grafica Guadalupe.

Y continúa: “No tenemos calles macizas para poder entrar con los vehículos. Esta comunidad está en un lugar muy lluvioso y las calles se arruinan”. A esto se suma que a causa de la deforestación “las fuentes de agua se están secando y hasta en los veranos nos quedamos sin agua”.

Además, las mujeres que viven violencias “tienen miedo porque no hay una formación directa de cómo poder expresarse y buscar alguna ayuda”.

En este contexto, una radio que pueda brindar información certera, formaciones y entretenimiento a las mujeres y a la comunidad en general se vuelve necesaria.

La radio prestó un gran servicio cuando fueron los huracanes como el Iota y el otro que pasó dando información para que la gente pudiera salir de los hogares”, dice Guadalupe como un ejemplo de la función de la radio. “Nosotras como mujeres ya hemos perdido el miedo de hablar”, concluye María Cándida.

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