Chana Coronel, la lesbiana que luchó por las visitas íntimas en las cárceles paraguayas

El 16 de septiembre se conmemora el día de la visibilidad lésbica en Paraguay en homenaje a Feliciana “Chana” Coronel, un ícono de lucha por el derecho a las visitas íntimas para las lesbianas privadas de libertad.

Feliciana Coronel, o “Chana”, como la llamaban en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, fue asesinada en prisión a los 33 años bajo circunstancias que nunca fueron esclarecidas. Pero no es por eso que el 16 de septiembre se celebra el día de la visibilidad lésbica en Paraguay. En 1993, Chana y sus compañeras denunciaron a la prensa y a autoridades judiciales las discriminaciones a las que estaban expuestas las lesbianas privadas de libertad. No les permitían acceder a visitas íntimas.

Chana era chacariteña, hincha de Cerro Porteño, madre soltera, lesbiana y revoltosa. Pero ser torta, pobre y además exigir derechos fundamentales no es gratis en la sociedad paraguaya. Estaba recluida en el Buen Pastor, Asunción, desde 1991 por estar en posesión de un kilo y medio de cocaína. Le dieron 13 años de prisión, pero su tiempo dentro del penal no pasó desapercibido. A Chana sus compañeras la consideraban una lideresa en su lugar de reclusión. A menudo protagonizaba las acciones de protesta que se organizaban dentro del Buen Pastor y por eso era considerada “extremadamente peligrosa” por las autoridades.

La psicóloga feminista e investigadora social del Centro de Documentación y Estudios (CDE), Clyde Soto recupera a Chana en la memoria histórica de Paraguay. Escribió artículos sobre visibilidad lésbica en 1993 y en 1996. En el texto “Chana: final de una antiheroína”, publicado en Informativo Mujer, cuenta que no solo a las lesbianas les prohiben las visitas íntimas sino también a todas las que no tuvieran maridos o concubinos estables. Y a las que sabían que eran lesbianas, apenas se les permitía estar juntas o hablar entre sí.

Lesbianas en pie de guerra 

El 17 de septiembre de 1993, El Diario, un periódico de la época escribió una nota que se titulaba “Lesbianas reclaman acceso a la privada en el penal de mujeres”, y en el epígrafe de la foto decía: “Lesbianas en “pie de guerra”. “Chana” y sus compañeras amenazaron con recurrir a medidas de fuerza extremas si no dan lugar a sus reclamos”. Fue la primera vez que la prensa no las llamó “tortilleras o marimachos”. Nunca antes una mujer o un grupo de mujeres había asumido abiertamente su homosexualidad, ni mucho menos exigido un trato igual y sin discriminaciones en relación al que reciben las personas heterosexuales”, refiere Soto, en su artículo.

Foto: acervo personal de la Familia Coronel recuperadas por Erwing Szokol.

En la recopilación histórica  “De toda la vida. Memorias lesbianas en Paraguay” que lanzó este año Aireana, grupo por los derechos de las lesbianas, describen que, ese día, las reclusas aprovecharon la visita de autoridades de la Corte Suprema de Justicia para denunciar las discriminaciones que recibían al interior de la penitenciaría. Eran mujeres que no tenían miedo de nombrarse lesbianas ni de reclamar lo que era suyo. Es por eso que eligieron al 16 de septiembre como el día de la visibilidad lésbica. Una fecha conmemorativa que además se enmarca en el “Mes de las 108 memorias”.

“Nosotras veníamos buscando una fecha conmemorativa de las fechas históricas. No queríamos que fuera un asesinato ni que fuera algo triste sino que tuviera relación con la lucha, con las lesbianas. Y el titular de la prensa de ese momento dice: ‘lesbianas en pie de guerra’. Nos encantó porque no es una época muy lejana pero es lo suficientemente lejana porque en el 93 no había ninguna organización LGBT. Y años antes, comienza con un grupo de lesbianas que no tenían nada que perder”, relata Rosa Posa, activista de Aireana. 

Un estigma histórico LGBTI

El 4 de julio de 1996, Chana muere acuchillada en la cárcel, y aunque nunca se arrojó luz sobre las circunstancias de su muerte, los periódicos del momento aseguraron que fue asesinada por su amante. Esta no es la primera vez en la historia paraguaya LGBTI que los medios de consumo representan a las muertes de gays, lesbianas o trans como resultado de “crímenes pasionales” o vínculos afectivos patologizantes. Tanto en el caso del reconocido locutor Bernardo Aranda, como en el de la primera abogada, lesbiana y feminista, Serafina Dávalos, se acudieron a los mismos dispositivos de disciplinamiento social. 

“Lo que ha hecho la prensa, al igual que con el caso de Serafina, es presuponer que las relaciones lésbicas son una relación maldita, una relación psicótica o muy tóxica donde obviamente una tiene que terminar matando a la otra. Serafina fue la primera abogada pero hay que cubrir su muerte de un velo misterioso por ser lesbiana. Esa cuestión de que Chana era una delicuenta lesbiana y además la matan porque estaba todo mal en su vida es porque estaba en los márgenes de la sociedad pero nunca vamos a saber realmente lo que pasó. Lo que nosotras reivindicamos es que logró organizarse con las compañeras sin prejuicios y sin miedos”, reflexiona Rosa Posa.

Chana tenía un hijo, Jose Carlos Coronel, de 11 años al momento de su asesinato. Un estigma que se le agrega a las lesbianas que además de detenidas son madres. No solo porque rompen con el rol de esposas sumisas y madres presentes que les asigna la sociedad, sino también por la falta de leyes y políticas adecuadas para abordar problemas como el de las madres lactantes o los hijos de las mujeres encarceladas. Esto se suma a las condiciones de las mujeres privadas de libertad, como el hacinamiento producto del aumento de la población penitenciaria femenina, generalmente por delitos relacionados con el microtráfico de drogas. 

Foto: acervo personal de la Familia Coronel recuperadas por Erwing Szokol.

La discriminación sigue vigente

Desde el 2011, Aireana acompaña la reivindicación de este derecho en el Buen Pastor, que alberga a cerca del 95% de la población femenina penitenciaria de Paraguay. Le hicieron seguimiento a casos de varias parejas que solicitaron acceder a este derecho y fue negada por las autoridades. Desde el 2012 existe un reglamento que al neutralizar géneros no especifica que la pareja de la persona privada de libertad sea del sexo opuesto. 

Pasaron casi 30 años de los reclamos de Chana en El Buen Pastor, pero el derecho a las visitas íntimas de las lesbianas todavía no se cumple. No existe un impedimento en términos legales para el acceso a las visitas íntimas sino que se trata de un posicionamiento arbitrario de toda la autoridad penitenciaria. En el 2016, Aireana denunció que varias internas eran sometidas a amenazas de traslados a otros centros penitenciarios. Sin embargo, el reglamento interno del Buen Pastor no especifica el sexo o género de las visitas.

La entonces ministra de Justicia Carla Bacigalupo defendió la prohibición de visitas privadas para reclusos y reclusas homosexuales basándose en los artículos 51 y 52 de la Constitución Nacional. Sin embargo la Carta Magna no prohíbe las uniones de hecho entre personas del mismo sexo. Es más, garantiza la igualdad de las personas en dignidad y derechos. La Justicia apeló una ley de la dictadura -que establece que los internos solo pueden recibir visitas de personas del sexo opuesto- para contravenir norma del 2012 que establece trato igualitario para personas recluidas.

De acuerdo a la Ley 5162/2014 del Código de Ejecución Penal, en su artículo 131, los internos que no gocen de salidas transitorias para afianzar y mejorar los lazos familiares “podrán recibir la visita íntima de su cónyuge o conviviente en la forma que determinen los reglamentos». El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura recomendó al Ministerio de Justicia que implemente el reglamento del 2012 de visitas íntimas para personas privadas de libertad sin discriminaciones por orientación sexual. 

“No se trata solo de una situación de libertad sino también de muchos derechos humanos. Los hacinamientos, las torturas, los malos tratos son comunes, en general, si a eso se le suma la orientación sexual y la identidad de género es un factor interseccional de discriminación agravada”, refiere el MNP en el documento que trabajaron en conjunto con otras organizaciones defensoras de Derechos Humanos como Panambí, Aireana, Akahata y Global Initiatives.

“En el 2012 se cambió el reglamento de visitas íntimas, y el reglamento actual vigente no distingue ni género ni sexo de la persona visitante pero este gobierno y el anterior lo que hacen es hacerse los ñembotavy (tontos, en guaraní). Empiezan a sacar cosas de la prehistoria, como esta ley del 70 y no quieren aplicar una normativa que existe. Este es el ejemplo de que no todo lo que es normativa se cumple y de lo lejos que estamos de conseguir esa legitimidad”, opina Rosa Posa. 

Gracias a Chana y sus compañeras, pioneras de la lucha por el derecho a las visitas íntimas para las lesbianas en los 90’ junto con varias compañeras del penal. “Hoy celebramos que lesbianas se atrevieron a identificarse como tales, reclamar sus derechos a las autoridades, sucedió años antes de que empezara a existir el movimiento LGTBI organizado, por eso celebramos que existimos en la historia, que la lesbiandad es parte de la historia del Paraguay”, celebra Aireana.

Fotos: acervo personal de la Familia Coronel recuperadas por Erwing Szokol.

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