Crimen de odio a joven que vivía con VIH: los activismos mexicanos alzan la voz y exigen justicia

El 5 de junio un joven fue asesinado en Cancún tras contar en una fiesta que vivía con VIH. El sábado hubo manifestaciones en el estado de Quintana Roo y en Ciudad de México.

El 5 de junio un joven fue asesinado tras contar en una fiesta que vivía con VIH. Los hechos sucedieron en la región periférica de Cancún, Quintana Roo; lugar que limita con el mar caribe y es conocido mundialmente por sus playas. Activistas de ese estado exigen una investigación con perspectiva de derechos humanos, crear políticas públicas y tipificar los crímenes de odio por motivo de orientación sexual e identidad de género. 

La colectiva Resilientxs y la Red de Activistas LGBT de Quintana Roo dieron a conocer el crimen el 7 de junio y exigieron una investigación apegada al protocolo nacional de actuación para el personal de las instancias de procuración de justicia en casos que involucren la orientación sexual, la identidad y expresión de género. 

“Este caso tan cruel no debió pasar. Y sólo nos habla de que el Estado ha sido omiso en legislar y crear las políticas públicas necesarias para prevenir, atender y sancionar la violencia por prejuicio que existe en el estado. Es por eso que nosotras, nosotros, nosotres alzamos la voz, porque Quintana Roo no es un paraíso, no es gayfriendly. Aquí están pasando cosas y no todo son hoteles de lujo, playas bonitas y fiestas. Nos están matando”, advierte en entrevista Edwin Reyes, abogado e integrante de Resilientxs.

La Fiscalía General del Estado (FGE) informó tres días después del hecho que había iniciado una carpeta de investigación en la que determinó que el joven —de quien se resguarda su identidad— “perdió la vida por un golpe en la cabeza producido por un objeto corto contundente y post mortem le produjeron múltiples quemaduras en la superficie corporal”.

El 9 de junio la Fiscalía dio a conocer que detuvieron en Tabasco —a 900 kilómetros de Cancún— al presunto responsable de asesinar al joven que vivía con VIH. Tras la detención se supo que este hombre era su vecino y arrendatario y que había estado conviviendo con el joven el día que comentó su estatus serológico. 

El hecho fue tan mediático que la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) condenaron lo sucedido, lo nombraron “crimen de odio” y solicitaron a la FGE una investigación antidiscriminatoria. El 10 de junio tras un encuentro entre autoridades locales, federales y activistas, la Conapred se ofreció a brindar ayuda técnica para la creación de la Fiscalía Especializada en delitos contra la población LGBTI en Quintana Roo.

58 crímenes de odio

En México no existe un registro oficial de asesinatos a personas LGBT y debido a esta ausencia, son las organizaciones las que se encargan de crear observatorios para contabilizar estos crímenes. Un informe realizado por la asociación Círculo Social Igualitario da cuenta que al menos 58 personas LGBT fueron asesinadas en Quintana Roo entre 2011 y 2018. 

“Es terrible, no tenemos las estadísticas reales del problema en nuestro estado. No sabemos siquiera si estos 58 crímenes por prejuicio a personas LGBT están en una carpeta de investigación bajo el supuesto de ‘homicidio’”, agregó Edwin.

Actualmente solo 13 estados del país contemplan los crímenes de odio motivados por la orientación sexual e identidad de género dentro de sus Códigos Penales. El de Quintana Roo no menciona la orientación sexual o identidad de género dentro del capítulo de homicidio, solo en el delito por discriminación.

“Quintana Roo no es un paraíso”

Edwin cuenta que los activismos enfrentan desafíos para visibilizar las violencias que enfrentan las personas LGBT por la narrativa nacional e internacional que coloca a Quintana Roo como “un paraíso”. 

“Nosotros amamos nuestro estado pero es muy duro dar a conocer las violencias tangibles que suceden contra nuestros derechos y libertades. Desde la criminalización, el abuso policial en Tulum y Playa del Carmen; el hostigamiento a compañeras lesbianas; la discriminación por intentar donar sangre, hasta la desaparición de personas como el caso de Mario (Antonio Cruz) y ahora el asesinato simplemente por decir ‘vivo con VIH’. Es indignante”, advierte Edwin.

Además, menciona “es contradictorio” que no existan políticas públicas que garanticen a las personas LGBT una vida libre de violencias. Y agrega, “esto no sólo beneficiaría a quienes somos de aquí, a quienes migran para acá, también a los turistas porque también les ha tocado esta violencia”.

El pedido de justicia

El 12 de junio en Cancún, Playa del Cármen y Chetumal (ciudades de Quintana Roo) y la Ciudad de México personas que viven con VIH, LGBT+ y activistas se manifestaron para exigir justicia por el asesinato del jóven que vivía con VIH y los 58 crímenes de odio. 

En Ciudad de México se manifestaron en las calles aledañas a la oficina de representación del estado; finalizaron en la Fiscalía General de la República y lograron pactar una reunieran con autoridades locales y federales para conocer el estatus de los 58 crímenes de odio contra personas LGBT en Quintana Roo.

Las consignas también pedían la no criminalización de las personas que viven con VIH y la derogación del delito de “peligro de contagio” del Código Penal Federal y de los códigos penales de 30 estados del país pues establecen sanciones económicas y de cárcel a personas con VIH y padecimientos que considera pueden afectar el estado de salud de otras personas.

Esto luego que un hombre fuera detenido y llevado al Reclusorio Norte por supuesto delito de “peligro de contagio” tras una denuncia hecha en 2019 por su pareja al enterarse que seguía un tratamiento de antirretrovirales. El caso se hizo mediático luego que un medio de comunicación nacional desinformara; revelara su identidad y su estatus serológico.

Al respecto la Declaración de Oslo sobre la criminalización del VIH, sostiene que “la distinción del VIH a través de leyes y procesos específicos ahonda la estigmatización de las personas que viven o son afectadas por el VIH” y que “las autoridades relevantes deberían asegurar un entrenamiento adecuado relacionado con el VIH para la policía, los fiscales, los defensores, los jueces, los jurados y los medios”. 

“Nadie tendría que ir a la cárcel o ser asesinado por vivir con VIH” 

Para Axel Bautista, sociólogo e integrante de Inspira Cambio, una organización que tiene como propósito mejorar la calidad de vida de las personas con VIH en México, esas narrativas fomentan la serofobia, la desinformación y la discriminación. 

“A lo que tendrían que estar apuntando los medios es también a crear incidencia cultural en los imaginarios sociales, a comunicar que el VIH no se contagia se transmite, poner en la mesa información sobre indetectable igual a intransmisible, sobre que las personas con VIH podemos vivir como cualquier otra. La serofobia no es algo que está resurgiendo, existe todos los días para las personas que vivimos esta interseccionalidad, pero tú periodista, tú gobierno apenas te estás dando cuenta porque acaban de matar y encerrar a alguien con VIH”, comentó.

—¿A qué te refieres con serofobia?

“Cuando tú pides que una persona te revele su diagnóstico de VIH solo por vivir con VIH. Cuando exiges a una persona con VIH a usar condón por el simple hecho de vivir con VIH. Tiene que ver con el miedo, el temor, la discriminación, el rechazo y el odio hacia las personas que viven con VIH y con sida por el simple hecho de vivir con eso. En estos ejemplos tan simples también vemos cómo el VIH se nos ha impuesto como un castigo porque se entiende que somos un peligro para la sociedad y no lo somos. Nadie tendría que ir a la cárcel o ser asesinado por vivir con VIH”. 

—¿Cómo combatir la serofobia?

“Creo que cuando hablamos de un acto de serofobia evidentemente hay una situación personal, pero la serofobia también viene del Estado y por eso el Estado es el responsable, por negligente. No hay salud sexual integral, tenemos desabasto de medicamentos, no hay acceso a la salud, ni a condones, las mujeres siguen siendo violentadas pues no tienen el derecho a negociar el condón. Detrás hay todo un abandono del Estado y una educación bien precaria. Y por eso creo que deben derogarse los Códigos Penales que criminalizan potencialmente a las personas con VIH, pero también debe de reestructurarse el sistema educativo en temas de salud sexual y tiene que haber una campaña muy fuerte en temas de sensibilización y prevención porque desde hace más de diez año no hay”, subraya Axel Bautista. 

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