Transfeminicidio en Veracruz: a Nelly García la mutilaron y la fiscalía no investiga
Nelly García, mujer trans que ejercía el trabajo sexual, fue brutalmente asesinada la madrugada del lunes 28 de diciembre en Poza Rica, municipio al norte del estado mexicano de Veracruz.
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Por Georgina González
Nelly García, mujer trans que ejercía el trabajo sexual, fue brutalmente asesinada la madrugada del lunes 28 de diciembre en Poza Rica, municipio al norte del estado mexicano de Veracruz.
“Todo el mundo la conocía como La Bimbo, casi por su nombre no. Nelly era como un niño, era una persona tan inofensiva. Es muy aberrante saber lo que le hicieron”, comentó a Presentes, Dayana Mendoza, quien conoció “de lejos” a Nelly años atrás.
De acuerdo a la información proporcionada por la defensora de derechos humanos, Jazz Bustamante, Nelly fue “torturada, mutilada y recibió múltiples puñaladas por todo el cuerpo”. Además, refiere que fue personal de un hotel conocido como “la pensión de la Bamba”, ubicado en el callejón de la calle Nicolás Bravo en la colonia Ricardo Flores Magón, quienes informaron a las autoridades de que Nelly “se encontraba sin vida” en una habitación del establecimiento.
Hasta el momento la Fiscalía General del Estado de Veracruz no ha emitido información sobre este hecho. Presentes intentó en repetidas ocasiones entrar en comunicación con la Unidad Integral de Procuración de Justicia de Poza Rica y la Fiscalía General del Estado, pero no hubo éxito.
De acuerdo a datos recabados por Soy Humano AC, de enero a noviembre de 2020, al menos 25 personas de la diversidad sexual fueron asesinadas en Veracruz, lugar donde se registran más del 50% de los crímenes de odio contra personas LGBT en México en los últimos seis años.
La Bimbo
En notas de prensa local se dio cuenta de cómo y dónde fue asesinada Nelly y sin respetar su identidad de género. Jazz Bustamante comentó a Presentes que fue gracias a trabajadoras sexuales que se supo cuál era su nombre.
Sin embargo, de Nelly se sabe poco. Era originaria de Tamiahua, municipio costero de Veracruz, ubicado a 92 kilómetros de Poza Rica, y, como muchas otras mujeres trans, ejerció el trabajo sexual como consecuencia de la violencia estructural y falta de acceso a sus derechos como la educación y el trabajo.
“No sabemos por ahora nada de su familia. Casi nunca dan seguimiento a los casos. En todo el país ocurre lo mismo, la familia casi siempre no les interesa involucrarse. Muy probablemente la compañera termine en la fosa común pero seguimos investigando si alguien reclama su cuerpo”, comentó Bustamente en entrevista con Presentes.
“Cada transfeminicidio genera un ambiente de miedo”
La activista Silvia Susana Jácome, responsable del Programa de Integración y Desarrollo Social de Personas LGBTTTIQ del DIF de Xalapa, explicó en entrevista que los transfeminicidios son resultado de diversos factores pero que, en su percepción, se agrava por los discursos de odio.
“En Veracruz, desgraciadamente tenemos un sector de la población de ultraderecha, algunos de ellos vinculados a iglesias que de alguna manera han logrado generar una respuesta ante los poderes, particularmente el legislativo, para que no pasen iniciativas como la ley de identidad de género y mandan un mensaje y es que, al no haber protección legal, cualquiera se siente con el derecho de no respetar el derecho fundamental de la dignidad de la vida. Eso hace mucho daño, cada transfeminicidio genera un ambiente de miedo, incertidumbre y vulnerabilidad en las que estamos vivas”, explicó Silvia Jácome en entrevista con Presentes.
Agregó que estos discursos de odio también se ejercen en el seno familiar y es ahí donde, particularmente mujeres trans, viven las primeras exclusiones y rechazos que, “finalmente sin acceso a protección de la familia y al derecho a la educación están más expuestas a situaciones de alta vulnerabilidad para poder subsistir ”.
Justamente el transfeminicidio de Nelly dejó un sentimiento de incertidumbre en Dayana. “Es terrible. Me hace sentir impotente, rabia y sin saber qué hacer. Aquí en Veracruz no te ven como mujer trans, aquí te ven como maricón; marica; joto; puto, con esos ojos te ven, son bastantes discriminatorios, agresivos y violentos”, comentó en entrevista.
Jazz Bustamente, de quien se conoce su fortaleza por documentar y visibilizar estos crímenes, también se siente vulnerable. “Cuando yo recibo una noticia de este tipo de casos por supuesto que me causa demasiado dolor. Porque no necesita ser mi hermana consanguínea o familiar para tener empatía (…) Pero frente a mi familia consanguínea pongo un montón de posibilidades de que yo también puedo ser la próxima porque ya he sido atacada también”, mencionó desde redes.
Sin acceso a la justicia
Si bien desde 2018 el Código Penal de Veracruz tipifica el homicidio por motivos de odio derivados de la orientación sexual o identidad de género de la víctima”, ningún crimen ha sido investigado con tales agravantes.
Activistas y organizaciones han demandado y exigido a la Fiscalía General del Estas de Veracruz la creación y aplicación de un protocolo que permita determinar estos crímenes de odio y se investiguen con perspectiva de género.
Pese a la existencia de una serie de observaciones que involucran a personas LGBT dentro del protocolo de diligencias básicas de la Fiscalía de Veracruz y de la creación en 2017 del protocolo nacional de actuación para el personal de las instancias de procuración de justicia en casos que involucren la orientación sexual, la identidad y expresión de género; las organizaciones y colectivos advierten que no ss aplican.
En octubre de 2020 la titular de la Fiscalía General del Estado, de la Unidad de Género y de Asuntos de Derechos Humanos del Estado de Veracruz se comprometieron a agilizar la investigación de, al menos 10 crímenes de odio, de 100 carpetas rezagadas desde 2019. A la fecha no se han girado órdenes de aprehensión en cinco de las diez carpetas que cuentan con los elementos para ejecutar las detenciones. Jazz Bustamante señaló lo anterior como “inaudito” y le parece “terrible que jueguen así con el tiempo y las emociones de los familiares de las víctimas”.
“No hay resultados favorables con la Fiscalía. No hay voluntad, solo son charlas de café. La Fiscalía en Veracruz y el país quieren solucionar todo capacitando a su personal cuando la problemática va más allá. Se necesita una estrategia con indicadores de medición a mediano, largo plazo entre los tres poderes de gobierno”, sostiene Jazz Bustamente en entrevista.
“El que esté tipificado un crimen de odio por homofobia o transfobia no resuelve la violencia. Es necesario y urgente que existan lineamientos para identificar estos crímenes, eso dará por lo menos, ciertas herramientas para visibilizar y evitar, de alguna manera, la impunidad. Además es necesario que los asesinatos de mujeres trans también se apeguen a los lineamientos de feminicidios aún cuando las víctimas no tengan su cambio de identidad legal”, advirtió Silvia Jácome en entrevista con Presentes.
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