Ofrendas en México por la memoria, la justicia y la vida de trabajadoras sexuales y trans
Este 2 de noviembre en Ciudad de México se realizaron tres ofrendas en memoria de las trabajadoras sexuales víctimas de violencia o por enfermedades provocadas por VIH y por las personas LGBT asesinadas en el país.
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Fotos y texto: Georgina González
Este 2 de noviembre en Ciudad de México se realizaron tres ofrendas en memoria de las trabajadoras sexuales víctimas de violencia o por enfermedades provocadas por VIH y por las personas LGBT asesinadas en el país.
México es el segundo país donde más crímenes contra personas trans se cometen en el mundo y son las trabajadoras sexuales las mayores víctimas, según la organización Trans Europe. Además, en lo que va del año 39 personas LGBT han sido asesinadas, de acuerdo al Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT.
Cada dos de noviembre en México se celebra el Día de Muertos, una fecha donde la mayoría de las personas mexicanas celebran la vida y el reencuentro con quienes ya no están. La ofrenda sirve para dar la bienvenida a los seres queridos. Se les ofrece sus alimentos, bebidas, frutas y dulces preferidos; y se adorna con papel picado, semillas, veladoras y diferentes tipos de flores. La que nunca falta es, por supuesto, la cempasúchil.
Ofrenda histórica de Puente de Alvarado
Desde 1999 trabajadoras sexuales independientes de la zona de Puente de Alvarado, a un costado de la estación Revolución del metro, hacen una ofrenda para rememorar a las compañeras que perdieron la vida a causa de las violencias o las enfermedades.
“Hoy las reconozco y hoy soy su voz. Hoy reclamo al gobierno y a la sociedad que ellas son importantes”, dijo Esther, trabajadora sexual independiente, luego de contar la historia de esta ofrenda.
Este año también rindieron memoria a Jaime Montejo, integrante de Brigada Callejera, una organización que desde 1995 acompaña y promueve los derechos de las trabajadoras sexuales cisgénero y trans en la zona de la Merced y Revolución.
Esther, quien también es fundadora de esta ofrenda, cuenta que Jaime Montejo “dio la vida por muchas de nosotras para que tuviéramos que comer durante esta pandemia”. Jaime murió por covid-19 el 5 de mayo.
Otro aliado de las trabajadoras sexuales que también perdió la vida por la covid-19 fue recordado en esta ofrenda. Se trata de Jorge García, un sacerdote que acompañó y brindó misas a trabajadoras sexuales que fueron asesinadas o perdieron la vida por alguna enfermedad.
Esta ofrenda se sostiene de las aportaciones que hacen las trabajadoras sexuales de la zona. Pero en ella participan también estudiantes de la UNAM y activistas integrantes del Centro de Apoyo a las Identidades Trans.
Poco antes del anochecer, Esther en compañía de otras trabajadoras sexuales y con ayuda de dos mujeres católicas rezaron el Rosario y pronunciaron los nombres de las mujeres que ya no están y de quienes les apoyaron.
“Las vivas se comen lo de las muertas”
Otro punto de trabajo sexual en la Ciudad de México es Calzada de Tlalpan. Desde hace diez años, Ana Luisa Arias coloca una ofrenda en memoria de las trabajadoras sexuales de esta zona, “que por lo regular nadie los recuerda”, dice.
La ofrenda se sitúa a unos metros del Hotel Caleta, lugar donde fue asesinada Alessa Flores en 2016. Su asesinato se inscribe en una ola de violencia que cobró 80 feminicidios ese año en México.
“Desde el viernes que la pusimos estaba bien bonita, vieras visto. Pero aquí las vivas salieron más vivas y se comen lo de las muertas”, describe así cómo es que mujeres trabajadoras sexuales que están en situación de calle han tomado la fruta, el pan y el agua de la ofrenda.
A diferencia de la ofrenda histórica de Puente de Alvarado, la de Tlalpan luce triste e inestable. El viento tira con facilidad las veladoras y los adornos de colores. Y la única que cuenta la historia de este memorial es Ana Luisa. Esta vez nadie más la acompaña.
“Nuestra venganza será ser felices”
La Casa de las Muñecas Tiresias junto a otras cuatro organizaciones y con apoyo del gobierno de la Ciudad de México montaron una ofrenda en memoria de las personas LGBT y de trabajadoras sexuales asesinadas.
Una estructura de lona tensada se ubicó en el punto exacto donde Paola Buenrostro subió al auto del ex-militar que la asesinó hace cuatro años, tiempo que sirvió para que, su amiga, Kenya Cuevas forjara aún más su activismo.
“La primera ofrenda fue yo sentada en esa banqueta (señala) con un ramo de flores y dos veladoras. Después del dolor he trascendido y no solo para ayudar a otras trabajadoras sexuales, sino también a otras poblaciones vulnerables”, dice Kenya Cueva al micrófono.
Este año Kenya no está sola. La rodean artistas, activistas, personas LGBT, aliades, periodistas y su equipo de Casa de las Muñecas Tiresias. La ofrenda está adornada con cempasúchil; calaveritas de chocolate (dulces en forma de cráneos); fruta; figuras de cerámica; papel picado de diversos colores y veladoras de todos tamaños.
En la ofrenda participaron, por primera vez, adolescentes trans y no binaries de diferentes partes de México. Se expusieron piezas gráficas sobre la visión que estas adolescencias y juventudes tienen sobre los transfeminicidios.
“El hecho de que se pueda establecer un canal de comunicación entre estas dos generaciones lo pensamos muy importante, y elles están muy emocionades porque saben que gracias a trabajadoras sexuales trans y activistas es que se han ganado derechos y que se lucha ahora por los derechos de infancias y adolescencias trans”, cuenta Nathan Ambriz, ilustrador, gestor cultural independiente y coordinador de esta exposición.
Además de denunciar crímenes contra personas LGBT y trabajadoras sexuales. Les asistentes celebraron su vida y la venganza de ser felices con shows de imitación, burlesque y cumbia.
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