Prohíben “terapias” de conversión sexual en el Estado de México
El Congreso del Estado de México aprobó reformas al Código Penal local que prohíbe y sanciona las mal llamadas “terapias de conversión" (ECOSIG).
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Por Georgina González, desde Ciudad de México
El 20 de octubre el Congreso del Estado de México aprobó reformas al Código Penal local que prohíbe y sanciona las mal llamadas “terapias de conversión» (ECOSIG). Son prácticas que pretenden corregir la orientación sexual, identidad y expresión de género de las personas.
La lucha por alcanzar esta prohibición comenzó en 2018. Fue tras un pronunciamiento de integrantes de la organización Fuera del Clóset ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM). Este año se trabajó junto a la diputada Beatriz García Villegas, quien “arropó la iniciativa». Se dictaminó el 23 de septiembre y se aprobó por el Congreso local este 20 de octubre.
El dictamen que reforma el Código Penal del Estado de México prohíbe y sanciona las “terapias de conversión” como “delitos contra el libre desarrollo de la personalidad y la identidad sexual”.
La reforma aprobada establece que la persona que someta u obligue a otra ante estas prácticas se le impondrá de uno a tres años de prisión. Además, cuando se atente contra personas menores de edad, personas con discapacidad, adultas mayores o privadas de su libertad las penas podrán aumentar hasta seis años.
Ricardo Torres, presidente de la asociación Fuera del Clóset, dijo a Presentes que la aprobación es un gran paso: «Reconocemos la voluntad política del Congreso en este sentido pero todavía falta mucho por alcanzar exigencias históricas por las que hemos luchado por más de 16 años en el Estado de México”.
El activista comentó que esta prohibición busca defender, sobre todo, a niñas, niños y adolescentes LGBTI mexiquenses.
“Con la prohibición no solo buscamos la penalización sino también trabajar en otras áreas como en la salud pública, en educación sexual integral y dejar en claro que las niñas, niños y adolescentes tienen la facultad de sentirse libres», agregó.
“Defendernos de la violencia antes que buscar el matrimonio”
El Estado de México es un caso particular dentro del fenómeno de derechos conquistados por les activistas LGBT en el país.
En esta entidad que rodea a la Ciudad de México no se ha aprobado el matrimonio igualitario ni el derecho a la identidad de género de las personas trans. Sin embargo, el año pasado se logró tipificar en el Código Penal los crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género y recientemente las “terapias de conversión”.
En México no hay estadísticas oficiales de cuántas terapias de conversión se realizan al año y solo en la Ciudad de México y Estado de México se prohíben y sancionan estas prácticas.
“Esta prohibición es saldar una deuda con las víctimas y sobrevivientes de ECOSIG’s porque lamentablemente seguimos sabiendo de personas LGBT que se suicidan por la no aceptación de sus círculos más cercanos”, sostuvo Torres.
“Nada que curar”
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) considera las ECOSIG son prácticas «dañinas, contrarias a la ética, carecen de fundamento científico, son ineficaces y podrían constituir una forma de tortura”. Van desde supuestos tratamientos psicoterapéuticos; internamientos en “clínicas” o campamentos hasta abuso físico y sexual.
La asociación Fuera del Clóset registró y acompañó en 2018 cuatro casos de este tipo de prácticas. Este año documentaron un caso en donde un joven trans fue víctima por parte de su familia y obligado a tomar una terapia con el objetivo de corregir su identidad y expresión de género.
Las religiones impactan en las terapias
“Mucha gente desestima que si todavía se dan este tipo de terapias. Y lamentablemente respondemos que sí y con mucha más frecuencia de la que podemos imaginar”, señala Ricardo Torres.
Además, considera que los fundamentalismos religiosos y los prejuicios están permeando en las prácticas profesionales de las personas dedicadas a brindar atención psicológica y que son en estos espacios donde se practican estos métodos que pretenden corregir la sexualidad de las personas.
“Los casos que hemos recibido son de aquellas que se dicen profesionales de la psicología. Recomiendan tratamientos antidepresivos a las personas LGBT o las someten a sesiones intensivas con cortes religiosos o espirituales donde aseguran que en tres meses “curan” a las personas”, comentó Torres.
Derechos pendientes
Ricardo Torres comentó a Presentes que los siguientes pasos son reformar la ley de salud pública y de educación con el objetivo de mejorar la vida de las personas LGBT. Para reducir las violencias y sensibilizar la sociedad mexiquense y los servidores públicos que, dice, “siguen trabajando bajo líneas de tortura, prohibiendo el libre desarrollo de las personas y violentando los derechos humanos”.
Este 24 de noviembre activistas trans del Estado de México buscarán que se dictamine en el Congreso una reforma de ley que garantice su derecho a la identidad de género en sus documentos oficiales.
“No es posible que una persona que no se identifica con el género asignado no tenga garantizado por el Estado un documento que avale su identidad. Esperamos que la voluntad política pueda rendir frutos”, señaló el Torres.
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