10 de octubre de 2020

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Airam Fernández, desde Santiago de Chile

El viernes por la tarde la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) imputó a Fabrizio Antonelli Lazo, de 21 años, por el doble homicidio de los activistas gay Marcelo Cea y Jorge Ruiz. Lo detuvieron durante la mañana y quedó en prisión preventiva, tras una investigación que demoró más de tres semanas.

Según información de la Fiscalía Metropolitana Sur, Antonelli confesó los hechos. El fiscal del caso, Miguel Palacios, informó a la prensa que una de las víctimas conoció al imputado por una aplicación de citas el mismo día de los hechos. Sin embargo, dijo que el móvil del crimen todavía es objeto de investigación.

Doble asesinato e incendio

Marcelo y Jorge fueron asesinados el jueves 17 de septiembre en el departamento que alquilaban, ubicado en la avenida José Joaquín Prieto, en la comuna La Cisterna. Su agresor se llevó del departamento dos computadoras portátiles, dinero y un teléfono celular. Atacó a las víctimas con un cuchillo e intentó ocultar lo ocurrido “provocando dos focos de incendio en el departamento, uno en la cocina y otro en un dormitorio”, dijo el fiscal.

Pese al robo, en su círculo cercano creen que fue un crimen de odio y piden a las autoridades más rigurosidad y profundidad en la investigación. Patricio Rubio, amigo de Jorge, asumió la vocería y las diligencias legales para ayudar a la familia y dijo a Presentes que hasta ahora, no están conformes con los hallazgos ni con la forma en que se ha manejado el caso. Se enteraron del detenido por la prensa y las redes: “Ni la Fiscalía ni la PDI nos han llamado. No nos han dado una información oficial”.

Los medios locales insisten en que Marcelo y Jorge eran pareja. Erick Salinas, amigo de Marcelo y encargado de la oficina de diversidad de la municipalidad de La Florida, aclaró desde el principio que antes sí lo fueron, pero que desde hace más de cuatro años terminaron la relación. Sólo eran buenos amigos y compartían gastos y una mascota.

Jorge trabajaba como cajero en el supermercado Líder de Puente Alto. Marcelo tenía cáncer y por eso estaba jubilado, pero seguía moviéndose en el mundo del activismo. Juntos trabajaban en la creación de una oficina de la diversidad para la comuna de Puente Alto y en el proceso le ayudaban su amigo Erick Salinas y Sandra Gómez, directora ejecutiva de Alma Libre, una fundación que trabaja con infancias trans.