Intento de transfemicidio en Paraguay: la salvaron sus compañeras

Paola Benítez Ramírez, una mujer trans de 24 años, fue víctima de un crimen de odio.

Por Juliana Quintana

Paola Benítez Ramírez, una mujer trans de 24 años, fue víctima de un crimen de odio el lunes 25 de junio en su departamento, ubicada al lado de Casa Diversa, el refugio para personas LGBT víctimas de violencia, (Avenida del Agrónomo y Cabo Verde, del barrio San Roque) en la ciudad de San Lorenzo, a 14 kilómetros de Asunción. La fiscal Mirtha Rivas de la unidad 3 de San Lorenzo, a cargo de la investigación, imputó a Miguel Cabral Cardozo por lesión grave y solicitó prisión preventiva pero el juez le dio prisión domiciliaria. 

“Estoy a los inicios del proceso, voy a citar a los testigos y analizar los antecedentes. Yo necesito que un forense me diga el grado de las lesiones que sufrió para avanzar con la investigación. El acusado se abstuvo de declarar, solo se le tomaron los datos personales con su abogado defensor”, informó la fiscal Mirtha Rivas en diálogo con Presentes.

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Cerca de las 18 horas, Cabral Cardozo, de 19 años, llegó al departamento que Paola comparte con otras tres compañeras y recibió el servicio sexual que acordaron previamente. De acuerdo a la información que pudo acceder Presentes, Cabral se rehusó a pagar lo convenido porque, en sus palabras, pensó que iba a estar “con una mujer”. Aprovechó que Paola se estaba vistiendo para golpearla en la cabeza varias veces, primero con una silla, luego con un vaso de vidrio y la hirió en el ojo con la rodilla. 

“Eso de confundirnos con una mujer es famoso en los hetero gua’u (supuestamente, en guaraní). Porque piden una cosa y después salen pidiendo de más sin pagar lo que corresponde. Él consiguió su número de un sitio de anuncios de trans, la llamó por teléfono, hicieron una cita y vino. Quería un servicio, la Paola se lo dio, le pagó, después quería otro tipo de servicio y la Pao le dijo que eso le costaba más dinero. Ahí salió la reacción animal de este hombre”, expresa Tami Tossi, amiga de Paola. 

“Alejate porque le voy a matar”

Cuando Cabral comenzó a agredirla, Paola pidió auxilio y la primera en escuchar los gritos fue Liz Paola, que estaba en la habitación de al lado. Liz bajó las escaleras para advertir lo que ocurría a las demás que, en ese momento, se encontraban en Casa Diversa. Todas intentaron entrar a la habitación, golpearon y gritaron a través de la puerta pero Cabral no abría. 

La activista trans Yren Rotela estaba en una transmisión en vivo por Facebook cuando escuchó los gritos. “Yo ahí corro y me subo encima de un lavatorio que da a la ventana y la veo en el piso. Él me mira y me dice: ‘alejate porque le voy a matar’”, cuenta Rotela. 

Alcanzó a ver que él estaba encima de la cama y Paola en una esquina en el piso. Tenía algo en la mano que en ese momento no logró identificar pero pensó que se trataba de un cuchillo. De acuerdo al relato de las residentes, Cabral entraba y salía de la pieza, como nervioso, y cuando comenzó a amenazar a las demás, Yren lo filmó con el celular de una de las chicas. En el video se puede ver al hombre diciendo que quería «llegar a un acuerdo». 

“Me hizo revivir todos los momentos difíciles que pasé”

“Yo me desesperé y mandé a cerrar el portón del corredor porque tenía miedo de que él salga. Te juro que cuando lo miraba también miraba a Blas Enrique Amarilla el día en que intentó matarme; me hizo revivir todos esos momentos difíciles que pasé”, expresa la cofundadora de Panambi y directora de Casa Diversa. 

Según cuenta, su compañera envió el video a varios grupos de WhatsApp que se viralizó al poco tiempo. Yren le hablaba al agresor para tranquilizarlo y le suplicaba que dejara salir a Paola de la habitación: «Si no la dejás salir, esa chica se va a morir». Recién entonces Cabral la sacó del departamento arrastrándola del pelo, la arrojó al pasillo y se volvió a encerrar. 

Entre todas, se acercaron a Paola para levantarla pero se desvaneció en la escalera. Le hablaban y no respondía, llamaron siete veces al 911. Tuvieron que salir a la calle a pedir ayuda hasta que vieron pasar a un policía en moto. El oficial ingresó, y pidió que nadie tocara a la víctima porque tenía la cabeza ensangrentada y fue a buscar a los Bomberos Voluntarios. 

Al llegar, asistieron a Paola y la llevaron al Hospital General de San Lorenzo. Los agentes de la Comisaría 1ª Central hicieron varios intentos de golpear la puerta del departamento donde Cabral estaba encerrado. Tanto Yren como Tami confirman que, cuando finalmente salió, tenía puesta una ropa diferente, limpia, también se había bañado y cambiado el tapabocas. La policía lo detuvo y lo llevó a la comisaría. Más tarde, las compañeras de Paola se percataron de que su billetera no estaba y encontraron el celular de la víctima en una propiedad privada. 

Mientras Tami y Paola fueron al hospital, Yren hizo la denuncia esa misma noche en la comisaría. El parte médico indica que Paola tuvo un traumatismo de cráneo, producto de las lesiones que le produjo el golpe de la silla y cortes con el vaso. “Fue algo muy fuerte. Yo creo que este chico vino preparado, trajo una mochila, lastimó a nuestra amiga y cuando vino la policía ya estaba todo cambiado de ropa. Si no estábamos nosotras otra iba a ser la historia”, dice Tami. Al día siguiente, a las ocho de la mañana, Yren y Paola fueron a declarar.

Una ola de violencia mediática  

Miguel Cabral confesó en declaraciones a la prensa local que había golpeado a Paola con una silla. Según su versión, él se encontraba en el domicilio de Paola esperando ómnibus de pasajeros y que fue “invitado por una mujer para ingresar a un departamento. Pero que una vez en el recinto “se dio cuenta” de que se trataba de una persona trans. La nota trata a Paola con el nombre que le asignaron al nacer. 

En Paraguay siguen resonando los 61 casos de asesinato de personas trans que no recibieron  investigación ni condena desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner. El año pasado, en un juicio histórico, el Tribunal de Sentencia de la ciudad de Luque declaró culpable a Blas Enrique Amarilla del asesinato de Romina Vargas, y le aplicó la sanción máxima de 25 años de cárcel. Fue la primera condena en el país por el asesinato de una persona trans. Sin embargo, la ley contra toda forma de discriminación y la ley de identidad de género siguen siendo deudas pendientes con la democracia.

El programa de televisión paraguayo El Repasador ridiculizó el intento de transfemicidio de Paola en la edición del 16 de junio. A través de comentarios violentos de les panelistas hacia la identidad de género de las personas trans, la música y los efectos con los que enmarcaron el video que grabó Yren cuando la encontraron Paola luego de ser torturada, el programa dedicó todo un segmento a la revictimización y burla del caso. 

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“Desde las diversidades trans lamentamos que los medios masivos de comunicación sigan con sus etiquetas negativas y epítetos peyorativos y ofensivos donde exponen a las risas, las burlas, chistes e insultos”, escribió Yren desde su muro de Facebook y expresó su preocupación hacia las expresiones de supuestos profesionales en áreas como ciencias sociales y jurídicas, que validan la discriminación y transgreden las normas éticas del periodismo.

Televisión antiderechos y con invitadas neonazis 

Esta no es la primera vez que El Repasador se ensaña en contra del colectivo LGBT: el programa es conocido por su postura antiderechos y con antecedentes de discriminación hacia colectivos feministas, disidencias y LGBTIQ+. Incluso, el año pasado invitó como panelista a Sara Winter, política neonazi que fue detenida el lunes en Brasil por manifestaciones antidemocráticas contra el Congreso y la corte suprema.

En la Ley N° 5777 de protección integral de la mujer incluye la violencia mediática y la define como la “acción ejercida por los medios de comunicación social, a través de publicaciones u otras formas de difusión (…) que promuevan la cosificación, sumisión o explotación de mujeres o que presenten a la violencia contra la mujer como una conducta aceptable”.

Organizaciones como Aireana, Diversxs Asunción y Panambi se expresaron en repudio al programa. La asociación de travestis, transexuales y transgéneros Panambi puso a disposición de los medios una guía para comunicar en diversidad para el tratamiento informativo de noticias sobre personas trans con enfoque de derechos. 

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 El Comité de Derechos Humanos (CDH) recomendó al Estado Paraguayo proteger a las personas trans contra toda forma de discriminación e investigar sistemáticamente los casos de violencia contra ellas.

“Las personas trans no tenemos ninguna seguridad, no tenemos ningún espacio, no tenemos nada. Yo me asusté mucho cuando él nos dice ‘váyanse de acá o sino le mato a tu amiga’ mientras escuchábamos como la otra gemía de dolor pidiendo auxilio. No le deseo a nadie ver a una amiga de la manera en que yo vi a Paola. Ojalá la Justicia haga su trabajo”, recuerda Tami.

Pero la Constitución Nacional es clara. En su artículo 46 estipula que todos los habitantes de la República son iguales en dignidad y derechos: “No se admiten discriminaciones. El Estado removerá los obstáculos e impedirá los factores que las mantengan o las propicien”. Así como el artículo 25, del derecho a la libre expresión de su personalidad, que expresa que las personas son libres de formar su propia identidad.  

*Casa Diversa recibe aportes al número: (+595)982601004. También el grupo activista por la resistencia de las trans-travesti y no binarie, Transitar Paraguay, está recaudando fondos para solventar los gastos hospitalarios, tratamiento y medicamentos de primera necesidad de Paola. Reciben donaciones que incluyen artículos de higiene personal y analgésicos. El número disponible para giros Personal es: (+595)986220246.

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