Policías de Jujuy detuvieron a una chica trans por violar cuarentena y la abusaron sexualmente
La llevaron a un descampado donde abusaron de ella diciendo que la iban a “hacer macho”. Luego uno la amenazó para que no hablara.
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Por Elena Corvalán, desde Jujuy
Delfina Antonella Díaz es una chica trans de 19 años que vive en Libertador General San Martín (la ciudad del Ingenio Ledesma), en la provincia de Jujuy, donde el domingo pasado fue detenida por cuatro policías, tres varones y una mujer. Lo hicieron, supuestamente, en el marco de las medidas de prohibición de circulación por el coronavirus. Según contó a Presentes, la llevaron a un descampado donde abusaron de ella diciendo que la iban a “hacer macho”. Luego uno la amenazó para que no hablara. Recién fue liberada al día siguiente. Y tras dominar el temor, se decidió a hacer la denuncia penal contra sus agresorxs.
Delfina Diaz tiene el acompañamiento de representantes de la organización Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Derechos Sociales (ANDHES) y el Movimiento Ailen Chambi, que el viernes último denunciaron este hecho ante el Ministerio de Seguridad de la provincia y pidieron al gobierno de Jujuy que se inicie una investigación administrativa, se aparte de la fuerza a lxs policías involucradxs y se garantice la seguridad de la denunciante.
La agresión se cometió en los primeros minutos del lunes 13. La joven estaba junto a unas amigas en la vereda de una vivienda en el barrio Eva Perón, de Libertador. Hubo una intervención de la Comisaría Nº 39, por violación a la cuarentena por el coronavirus, con colaboración del Cuerpo de Infantería. Según contó Delfina, los policías “muy agresivamente” les dijeron que se levantaran y “comenzaron a tirar las sillas a la calle”, ella les recriminó la violencia e intentó meter las sillas en la casa, entonces uno de los policías la sujetó del cuello y la llevó a la patrulla.
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Delfina pidió a sus amigas que avisaran a su madre. En esa circunstancia la “policía femenina me mete una piña en la cara diciéndome que me calle”, Delfina gritó, y “me volvió a pegar dos veces más” en la cara. La llevaron a la vuelta, al costado de un canal, donde hay un descampado que se usa como cancha. “Frenan y me comienzan a insultar, que ahora me van a volver macho, que soy un puto, me pegaban, me metían patadas en las piernas”. Le ordenaron bajarse el pantalón, Delfina se resistió, un policía le sacó el pantalón y comenzaron tocarla y a pegarle en sus genitales. Según cuenta Delfina, la mujer policía les dijo que la violaran con la cachiporra. En esas circunstancias, en medio de los golpes y el abuso sexual, Delfina fingió una convulsión.
«La enfermera me miraba y se reía»
Esto asustó a lxs policías y abandonaron los vejámenes y la llevaron a una dependencia del sistema de emergencias médicas SAME, la subieron a una ambulancia, donde Delfina reveló su estrategia para salvarse y relató la situación que había pasado. Sin embargo, “la enfermera me miraba y se reía, ‘no podés decir eso así, tan mentira’”, la retó. Luego habló con uno de los policías, “me miraban y se reían, y la enfermera anotó unas cosas”.
Tras eso la subieron de nuevo en la patrulla, pasaron por la Comisaría Seccional N° 39, Hugo Salomón Guerra, donde subieron a dos menores de edad y lxs trasladaron al Hospital Oscar Orías. Pero Delfina nunca fue bajada para que la revisara un médico. En cambio, en un momento quedó con uno de lxs cuatro policías agresorxs: “Él sube, me agarra del cuello y me dijo que si yo llegara a hablar, si llegaba a decir algo de lo que ellos me habían hecho, que ellos me iban a seguir haciendo lo mismo, me iban a llevar a la celda, me iban a meter con los presos y me iban a seguir pegando”, dijo Delfina a Presentes. Allí respondió con un insulto y recibió una bofetada en la boca. “Me dijo ‘ahora te vamos a hacer una causa por narcotráfico’”, y la llevaron a Toxicomanía.
Lxs policías denunciaron que en una riñonera que la joven llevaba encontraron una sustancia alucinógena. Delfina aseguró que esa riñonera le pertenecía a una amiga a la que le había pedido un poco antes, y aseguró que firmó el texto que lxs policías le acercaron porque “estaba tan mal” que ni lo leyó. Ya era cerca de las 4 de la mañana.
Las comisarías ocultaron información
“Al ratito llegó mi mamá. Ellos me pidieron que no gritara, que no diga nada. La escuchaba a mi mamá llorar afuera, diciendo que no le querían dar información de donde estaba yo”. Delfina relató que desde el momento de su detención su madre “estuvo buscando en todas las comisarías” y “en las ocho comisarías le ocultaron la información”.
La joven pasó la noche en la Comisaría N° 24 y recuperó la libertad recién a las 12.30 de ese lunes. “La verdad es que tenía miedo de hacer la denuncia”, pero “la tuve que hacer porque hoy me tocó a mí, mañana le puede pasar a otra persona, sea trans, sea chica, sea varón”, relató a Presentes. Añadió que es la segunda vez que sufre la violencia policial, la primera vez, hace unos tres años, la detuvieron junto a otras dos chicas trans y las obligaron a tener relaciones sexuales a la vista de un grupo de policías.
Intervención de organizaciones de ddhh
Cuando se conoció la denuncia de Delfina por la agresión del lunes, la joven recibió llamadas de organismos del Estado provincial, como el Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género y organizaciones no gubernamentales como ANDHES y el Movimiento Ailen Chambi. También, del INADI y la Secretaría de la Derechos Humanos de la Nación.
Las abogadas Malka Manestar y Marina Vilte vienen acompañando a Delfina y a su madre desde que el hecho se hizo público. El viernes ambas presentaron la denuncia ante el Ministerio de Seguridad.
“Denunciamos la gravedad de cómo se dio la situación esta”, contó Manestar a Presentes. La abogada puso énfasis en el pedido de garantía de seguridad para Delfina Díaz. “Muchas veces cuando hay hechos de violencia institucional, las víctimas tienen miedo de denunciar por las represalias que pueda tener la Policía. En este caso entendemos que Delfina está siendo súper valiente en denunciar y por ese motivo también nosotras estamos decididas a acompañarla en todo lo que podamos, porque entendemos la gravedad de la denuncia que está haciendo, porque no solamente estamos hablando de la violencia institucional que se ha ejercido sobre ella, sino que también estamos hablando de una violencia de tipo sexual”, explicó.
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Manestar y Vilte también pidieron que el gobierno de Jujuy “implemente políticas públicas destinadas a la formación de su personal, y más teniendo en cuenta que tenemos en vigencia Micaela, que evidentemente no se está aplicando, porque Delfina sufrió no solamente la violencia en el momento de su detención y todo lo que ello implicó (…), sino que también sufrió violencia institucional” porque no se le respetó su identidad autopercibida, “sino que se coloca el nombre que ella tiene en el DNI, y esto sabemos que es totalmente violatorio de su dignidad, del trato que se le tiene que dar”. Precisamente, la ley de identidad de género establece que a “la persona, independientemente que haya o no haya hecho el cambio de identidad, se le tiene que respetar su identidad autopercibida. Y ella permanentemente comenta esto que la trataban como él”, además de que el procedimiento fue realizado por policías varones, sostuvo Manestar.
Una causa contra la víctima
El jefe de la Policía de Jujuy, el comisario mayor Juan Segovia, dijo a Presentes que hay denuncias cruzadas. “Hay una causa judicial en principio en contra de esta chica”, se le atribuyen “una contravención por violación de la cuarentena y por ebriedad escandalosa” y también una causa penal por “un secuestro de sustancias también allí, en el lugar”, sostuvo. Añadió que por otro lado está la denuncia de Delfina Díaz contra los policías, en la que está interviniendo la Fiscalía Penal de San Pedro, y “nosotros también en la faz administrativa tenemos que adoptar medidas”, pero “nos tenemos que ajustar conforme se vaya expidiendo la justicia”. Añadió que a lxs cuatro policías, tres de Infantería y uno de la Comsiaría 39, se lxs están trasladando, “para evitar cualquier otra cuestión u otro inconveniente entre la chica esta y los policías, los estamos sacando de Libertador”.
Para Manestar, este hecho es la expresión de “la violencia histórica, estructural, sistemática que atraviesan las mujeres trans y que tiene que ver también con estas cuestiones discriminatorias, estigmatizantes y violentas que aún persisten en nuestra sociedad”.
Vilte, por su parte, consideró que esta “es una nueva oportunidad que tiene el Estado jujeño para dar una respuesta significativa que empiece a marcar una profundización en la garantía de los derechos de toda nuestra comunidad. Estamos en Jujuy muy golpeados a nivel institucional, a nivel justicia, pero creemos que es sumamente necesario que esto no quede en la nada, porque la comunidad, a lo largo de estos años ha conquistado un montón de derechos a nivel legal pero necesitamos este cambio cultural para que haya una igualdad real”.
Vilte coincidió en que en Jujuy existe una violencia estructural contra las disidencias. En ese contexto, cualquier demora o detención “tiene siempre en Jujuy la veta de que nunca se respeta la identidad de las personas trans sobre todo”.
Contexto de discriminación a personas LGBT
Como muestra de la violencia institucional imperante, la abogada contó que en el año de existencia del Movimiento Ailen Chambi, recibieron denuncias “respecto a detenciones arbitrarias o irregulares” y de “violencia institucional en otros ámbitos, por ejemplo, en cuanto a la registración de infancias trans, a la inscripción de comaternidades”. Dijo que hubo casos de niños que estaban anotados con una sola madre, “pudimos avanzar en tres casos de comaternidades irregulares, eran compañeras que estaban casadas, tenían la inscripción de matrimonio a su favor y no les inscribían a los hijos”. Incluso, “a partir de estos casos hemos tomado conocimiento que hasta el año pasado, estamos hablando de 2019, algunos registros civiles de Jujuy se negaban a casar a las compañeras”.
Vilte destacó que una de las motivaciones para acompañar a Delfina Díaz es la necesidad de que “Jujuy empiece a marcar precedentes”. “Lo único que hay a nivel institucional acá es un poco de asistencialismo, que no viene mal, pero que si no va acompañado de políticas públicas, del respeto a los derechos y las garantías de la comunidad, de poco sirven, porque después pasan estos casos de abusos, se naturalizan”, advirtió. En ese sentido interpretó que es necesario un trabajo “desde las instituciones”, porque, si no, “esto se va a seguir repitiendo porque se naturaliza la violencia”.
También el delegado del INADI en Jujuy, Walter Méndez, consideró “importante” que haya una articulación “con otras organizaciones y organismos de ddhh” para prevenir que no vuelva a suceder un hecho similar. “La gravedad de lo sucedido no se puede tolerar”, sostuvo ante la consulta de Presentes. Añadió que con ANDHES y el Movimiento Ailen Chambi están trabajando para exigir a la Policía “cuál sería el compromiso de la fuerza de seguridad para que eso no se repita”.
Por otro lado, el Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género, que poco antes del inicio de la cuarentena habilitó Centros de Atención Integral a la Diversidad, acompañó a Delfina en presentaciones formales que hizo en los Tribunales de la ciudad de San Pedro, a cuya jurisdicción corresponde Libertador. Desde el Consejo se indicó a Presentes que también brindarán asistencia psicológica y que la patrocinarán en una querella, si es que decide hacerla. El Consejo informó que en lo que lleva de funcionamiento de los Centros de Atención Integral, recibieron 160 llamados denunciando situaciones de violencia institucional o desamparo de integrantxs de la comunidad LGTTTBIQOA+.
Manestar, por su parte, destacó que en los controles por la pandemia ven “muchos hechos de abuso policial”. En este marco, lo que sufrió Delfina “tiene que ver con su condición de identidad de género, con que las mujeres trans sufren de manera sistemática violencia por parte de la fuerza, y también tiene que ver con que en este contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio, el estado provincial al implementar políticas paliativas de corte totalmente punitivo represivo, como que agrava aún más la situación”.
Por otro lado, el Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género, que poco antes del inicio de la cuarentena habilitó Centros de Atención Integral a la Diversidad, acompañó a Delfina en presentaciones formales que hizo en los Tribunales de la ciudad de San Pedro, a cuya jurisdicción corresponde Libertador. Desde el Consejo se indicó a Presentes que también brindarán asistencia psicológica y que la patrocinarán en una querella, si es que decide hacerla. El Consejo informó que en lo que lleva de funcionamiento de los Centros de Atención Integral, recibieron 160 llamados denunciando situaciones de violencia institucional o desamparo de integrantxs de la comunidad LGTTTBIQOA+.
Manestar, por su parte, destacó que en los controles por la pandemia ven “muchos hechos de abuso policial”. En este marco, lo que sufrió Delfina “tiene que ver con su condición de identidad de género, con que las mujeres trans sufren de manera sistemática violencia por parte de la fuerza, y también tiene que ver con que en este contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio, el estado provincial al implementar políticas paliativas de corte totalmente punitivo represivo, como que agrava aún más la situación”.
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