¿Cómo resiste la cultura independiente en cuarentena?

En el contexto de la pandemia, muchxs artistas de la escena porteña migraron rápidamente hacia lo virtual, y los festivales en vivo en Instagram se convirtieron en actividades de todos los días.

Por Verónica Stewart

La cuarentena obligatoria, decretada el 20 de marzo en un esfuerzo para contener la propagación del Covid-19, silenció a Buenos Aires como nunca antes. Uno de los sectores más dinámicos y, por lo tanto más afectados en la ciudad, es el de la cultura independiente, donde la oferta de recitales, obras de teatro, performances y lecturas desbordaba de lunes a lunes. En el contexto de la pandemia, muchxs artistas migraron rápidamente hacia lo virtual, y los festivales en vivo en Instagram se convirtieron en actividades de todos los días. Sin embargo, aunque el contenido artístico pueda estar garantizado, la supervivencia de los centros culturales que solían albergarlas peligra.

“El panorama es malo tirando a apocalíptico”, explicó Laura González, integrante de MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos), a Presentes. MECA nuclea 40 espacios culturales de diversos tamaños con un total de 700 trabajadores; casi la totalidad trabaja informalmente. Los costos fijos mensuales de estos espacios suma en total $15.000.000. “La verdad es que si no hay una ayuda del Estado más bien presente, hay un porcentaje alto que van a cerrar”, aseguró.

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En este contexto, MECA entabló una mesa de diálogo con el Ministerio de Cultura de Nación sobre posibles políticas públicas y presupuestos que asistan al sector cultural. También conversan con el Ministerio de Cultura de Ciudad para recibir algún fondo extraordinario para el funcionamiento de espacios culturales. La situación del sector cultural es crítica al punto tal de que el objetivo de la negociación, en palabras de González, no es más que “pagar sueldos y endeudarnos lo menos posible. Muchos espacios culturales son asociaciones civiles sin fines de lucro entonces no tienen margen, no tienen una ganancia o un ahorro. Los que se dedican a la cultura laburan en el día.”

Ayuda estatal

El pasado 11 de abril, el Ministerio de Cultura de Nación dispuso la creación del Fondo Desarrollar en la Resolución 260/2020, cuyo objetivo es brindar apoyo económico a distintos espacios culturales en épocas de Covid-19. La suma a otorgar es de $30.000.000 y será distribuida entre los proyectos seleccionados en el marco de una convocatoria que comenzó el 13 de abril y permanecerá abierta hasta el 12 de mayo. Dichos espacios deberán tener una capacidad máxima de 300 personas. Los criterios para la selección son “trayectoria y modelo de sostenibilidad económica del espacio, impacto del espacio en su comunidad, cantidad de empleados estables y proyección del espacio en el contexto de ejecución de la ayuda”. Para participar, los centros culturales deberán completar un formulario en el sitio del Ministerio.

Espacios culturales LGBT

Para Coni Majdalani, co-directora de Feliza, lo más difícil de este contexto es la incertidumbre. “Ya sabemos que el rubro entretenimiento va a ser lo último que se va a reactivar, pero al no tener un panorama claro es muy difícil tener un plan de acción,” dijo a Presentes. En línea con el análisis de González, Majdalani afirmó que no es posible sostener el espacio por muchos meses más en estas condiciones sin algún tipo de ayuda. Por su parte, Camila Milagros Hoyo Veigas, directora de Cultura Ambigú, apuntó a la necesidad de que desde el Estado se atienda a la situación para que no cierren centros culturales independientes y autogestivos.

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A pesar de que el panorama aplica a todos los centros culturales, la realidad de los espacios LGBT tiene sus particularidades. “Trabajamos con la población más vulnerable”, dijo Lisa Kerner, de Casa Brandon, a Presentes. “Algunxs tienen monotributo y contarán con los alivios del Estado, pero otrxs ni eso tienen. Hay una población mucho más vulnerada que ni siquiera se sabe relacionar con esas herramientas del Estado. Es como enfrentarse al sistema que lxs vulnera permanentemente.” Casa Brandon y muchos otros espacios culturales LGBT funcionan como refugios para una comunidad que, en muchas ocasiones, no tiene a dónde más recurrir, y que acude a ellos no solo en búsqueda de entretenimiento o estimulación artística sino, en palabras de Kerner, “para relacionarse, convivir, pensarse.”

https://agenciapresentes.org/2020/04/09/covid-19-paises/

González expresó particular preocupación por la población travesti trans, por su dificultad para conseguir empleo por fuera de los círculos de la comunidad. “El problema de la comunidad LGBT es que generalmente está más golpeada que la sociedad en general, entonces el encuentro de las minorías hace a las identidades, a los cuerpos. Toda minoría que no se puede juntar sufre más que la sociedad en general,” agregó. Por su parte, Hoyo Veigas explicó que “estamos laburando con identidades que le escapan a la norma y al escaparle a la norma, no consiguen trabajos estables. Ambigú es muy trans y trava, muy de la marginalidad, así que le pega distinto que a un centro cultural que no le escapa a la heteronorma.”

Posibles panoramas

La palabra que resuena más fuertemente en todos estos relatos es, quizás, incertidumbre. Como explicó la cantautora Paula Maffía a Presentes, esbozar un posible panorama para cuando todo esto termine es futurología. Sin embargo, al hacer un recorrido por su propia experiencia en la escena cultural independiente, Maffía destaca cómo otras situaciones críticas como la masacre de Cromañón y muchos años de macrismo en ciudad y luego en Nación “hicieron que una escena que estaba atomizada y sumamente despolitizada se fortaleciera, se concientizara como agente político y se dinamizara.” El feminismo como respuesta a la violencia machista en los albores del Ni Una Menos tuvo un efecto similar: el de juntar “varias disciplinas bajo la consiga del espacio cultural como trinchera”, aseguró Maffía. “Sacamos oro de la escoria. Me parece que esta situación, además de que va a ser un golpe económico muy grande y un llamado a cómo estamos trabajando, también va a traer nuevas maneras de cuidar los espacios, de pensar subsidios alternativos, mecenazgos cara a cara, festivales online. No sé cómo vamos a solventarlo, solo sé que vamos a sobrellevar esto porque la cultura independiente también es un virus.”

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Por su parte, Majdalani dijo que esto “nos va a afectar a todo nivel, principalmente en el contacto de persona a persona. Creo que va a dejar una huella profunda porque hay mucha gente muy afectada, y obviamente el arte va a tener que amoldarse a eso.” También expresó la necesidad de repensar en el espectáculo desde otra posible concepción de la cercanía física con el otro. González, por otro lado, explicó que “la idiosincrasia porteña y argentina tienen que ver con juntarse, con la calle, con el espacio público, con la fiesta. Eso no creo que cambie, porque está muy arraigado en la cultura argentina. Yo creo que apenas termine la cuarentena vamos a salir todos a abrazarnos.”

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