Denuncian a la Clínica Zabala por hostigar a una paciente trans

Una cirugía de reasignación sexual se transformó en una pesadilla de maltrato.

Por Rosario Marina

Paula Gisel Ayelén Accorinti hacía años tenía el sueño de la reasignación sexual. Pero su realidad se pareció bastante más a una pesadilla. El lunes 18 de febrero se operó en la Clínica Zabala, de Ciudad de Buenos Aires, y dos días después, aún internada, grabó un video que publicó en sus redes sociales. Llorando, contaba el trato denigrante al que estaba siendo sometida.

“Quiero que me saquen de acá, porque si me muero me quiero morir en mi casa. No puedo más. Me están denigrando, me están maltratando”, dice Paula en el video que filmó por miedo.

Agencia Presentes se comunicó con la Clínica Zabala pero las autoridades decidieron no hablar del tema. La abogada de Paula, Marcelina Lidia Monzón, presentó una denuncia a la clínica por hostigamiento en el Ministerio Público Fiscal.

El lunes 18 tenía la operación pautada para la 1 del mediodía. Se presentó una hora y media antes, con dos amigas. Cuando empezó a llenar sus datos en el formulario, el personal la empezó a tratar en forma masculina, a pesar de que ella ya tiene cambiado su DNI. Le subió la presión y desde la clínica le preguntaron si quería cancelar la operación. Ella se negó.

Trato de «señor» y personal de seguridad

Las seis horas de la cirguía pasaron. Y a la noche empezó a tener fiebre. Al día siguiente, cuando los enfermeros aparecían, la trataban de forma neutra o como varón. Lo mismo hizo el médico de la obra social OSDE, según contó Paula a Agencia Presentes.

“El miércoles a la tarde viene un enfermero para cambiarme la vía. Antes de hace salir a sus amigas me trata en forma divina. Cuando me quedo sola con él me trata en forma masculina. Me largué a llorar, no lo podía creer”, dijo Paula.

El jueves cada enfermero que entraba la trataba de “señor”. Ese fue el día que grabó el video para las redes sociales y llamó al 911. Según contó ella, la policía llegó, la contuvo y habló con el personal de la clínica.

El viernes a la tarde el médico de OSDE le dijo que estaba bien y podría ya irse a su casa. Le dieron una hora para irse. Cuando bajó se encontró con un hombre de seguridad que la señaló y le dijo que debía abrir su mochila.

“El tipo me trata en forma masculina y me hace abrir la mochila. Le digo: yo soy mujer no me podés tocar. Viene una femenina y me hace abrir la mochila. Me tuve que arrodillar y mostrar todo. Un trato denigrante enfrente de todos. Ni siquiera me bajaron en silla de ruedas”, explicó Paula.

Una chica que la estaba acompañando filmó un video del momento en que le hacen abrir la mochila y Paula, arrodillada en el piso, va sacando todas sus pertenencias.

Cuando llegó a su casa se puso a hacer los ejercicios de dilatación y se descompensó. Sus amigos llamaron a la ambulancia pero la clínica Zabala, dice Paula, no la quería recibir. Después de media hora de espera, la trasladaron a la Clínica Los Arcos, donde aún permanece internada.

“No tuve un trato digno ni antes ni después de la operación. Esto emocionalmente te destroza. Estoy con un bajón anímico increíble. Pensé que era algo que estaba terminado: teniendo tu identidad ya te tendrían que reconocer. La ley de identidad de género está desde 2012. Jamás pensé que iba a pasar esto”, dijo Paula ayer desde la clínica.

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