22 de agosto de 2018

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Fotos y texto: Esteban Marchand.

La actriz trans Javiera Arnillas Cartagena denunció públicamente a través de las redes sociales que un gimnasio de la cadena Smart Fit se negó a reconocer su identidad de género y registrarla con su nombre autopercibido: sucedió el lunes en el local de San Miguel, cuando ella y su novio fueron a inscribirse para empezar a entrenar juntos allí.

“Cuando ya estaba a punto de cerrar el contrato, antes de darles mi DNI, les dije si podía poner un nombre que no fuera el del documento y me dijeron que no se podía. Lo dijeron de forma muy tajante y, como estaban todos apurados, ya no dije nada. Me dio cólera y me fui”, contó a Agencia Presentes la protagonista del filme “Sin vagina me marginan”

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La respuesta fue tan dura que Javiera al principio se quedó e incluso pensó en anotarse igual. Pero luego lo pensó bien y se fue. No entiendo qué les cuesta, es una falta de empatía total con sus futuras clientas. Me sentí maltratada, no respetada… No les costaba nada hacerlo, dado que es una entidad privada”, lamentó Arnillas, que ya había sufrido otras agresiones transodiantes, como hace dos años cuando en un boliche de Miraflores la mandaron a hacer la fila de hombres.

En redes sociales la denuncia de Javiera Arnillas fue duramente criticada señalando que Smart Fit sólo cumplió con las normas establecidas y que si Javiera quería ponerse su nombre social se debería de haber cambiado el nombre.

En Perú, las personas trans -además de ser una de las poblaciones más vulneradas- no cuentan con ninguna ley que les reconozca el derecho a la identidad de género, por lo que no pueden exigir que se las llame por su identidad autopercibida. Deben hacer cambio de DNI, que es un trámite que toma mucho tiempo y dinero. Javiera detalla que ya se encuentra en el proceso de su cambio de nombre en el DNI.

“Es una oportunidad para la empresa de ser inclusiva del colectivo LGBTI”

“En empresas privadas ubicadas en países en donde no hay políticas a favor de la población LGBTIQ, estas deben ir un paso adelante e implementarlas”, señala Enrique Torre Molina, activista y consultor de temas LGBT en América Latina. Y analiza que “si este episodio de discriminación fue un error de una persona, la empresa tiene que corregirlo y asegurarse de que no se repita algo así. Y si lo que sucedió es una muestra de una política de la empresa, o de una falta de política de no discriminación, ésta es una oportunidad para ponerse al nivel de otras compañías internacionales en Latinoamérica -Smart Fit es una empresa con presencia en varios países de la región- que pública y oficialmente son incluyentes de las personas LGBTI”.

Para Torre Molina, “si la empresa tiene la oportunidad de brindarle una mejor atención a una personas trans, ¿por qué no modificar el reglamento interno? En lugar de limitarse a lo que marca la ley. ¿Por qué no hacer algo bueno, hacer sentir a esa persona más incluida?”.

“No lo hago sólo por mí, sino por otras chicas trans”

“No lo hago sólo por mí. Lo hago por las otras chicas trans que se puedan ver en un problema similar, para que no pasen por todo eso. Sólo hay que tener un poco de empatía con nosotras ya que el nombre de nuestros documentos no nos representa”.

Tras la publicación de su video en su cuenta de Facebook, Javiera Arnillas recibió las disculpas telefónicas a través de un representante de Smart Fit.  “Espero que puedan implementar mejores políticas de inclusión a favor de la diversidad de género e identidad sexual.