Casandra Sandoval es periodista feminista, activista travesti y secretaria nacional de la CFTTA (Convocatoria Federal Trans Travesti de Argentina).  Desde 2002 trabajó en el equipo de la Subsecretaria de Agricultura Familiar del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Hace una semana recibió su telegrama de despido después de haber trabajado casi 16 años con un contrato precarizado. Ella, (única persona trans en ese Ministerio) junto a 16 compañerxs de Salta, luchan por la reincorporación inmediata y el pase a planta permanente.

Por Casandra Sandoval 

Fotos: Emiliano Oh

Soy comunicadora por vocación y formación. Y me involucro  en el acompañamiento integral de las comunidades indígenas del norte salteño. Primero, según recuerdo, en proyectos productivos de jóvenes rurales y en la formación de comunicadores indígenas de 7 etnias o pueblos originarios, que  hoy protagonizan la Radio Comunitaria La Voz Indígena. No podía ser de otra forma porque fue junto a lxs hermanxs originarixs que encontré respeto y reconocimiento. En un lugar como Tartagal que te hace sentir el desprecio y la discriminación, es aún mucho más intenso y doloroso cuando te reconoces parte de pueblos originarios, marica trava, india sudaka y feminista. Aunque les amigues supieron valorarme y poco a poco desde ese año comenzó a construirse una experiencia de trabajo colectivo  que aún da cuenta de un proceso o entramado de voces que gritan desde el monte reclamando por el derecho al agua potable, luz, tierra y territorio, vivienda digna, trabajo, educación inclusiva, respeto y dignidad.

Ese grito ancestral y negado me constituye. Y con estos gritos y sonidos me comencé a parir. Con estas palabras de viento y tierra mojada nació la travesti que soy y que acá escribe.

Puse voz y alegría a todas las Ferias Provinciales de la agricultura familiar realizadas en la ciudad de Salta, invitando desde el carisma  a que feriantes y consumidores expresen sus pareceres, y en general a todas las ferias campesinas indígenas y criollas y ferias de semillas que se desarrollan  en mi norte.

Más de una década defendiendo y poniendo en valor la experiencia y el saber de los pueblos, reconectando las sabidurías de nuestrxs antepasados y generando mecanismos construidos desde el buen vivir. Una tarea prácticamente invisible o inexistente para un gobierno que hoy sólo sabe de números, exigiendo desarrollar tareas sin el más mínimo presupuesto en detrimento de un proceso y   una historia de trabajo intergeneracional.

Orgullo travesti junto a lxs campesinxs 

La Subsecretaría supo, a diferencia de otras oficinas estatales, convocar a un equipo interdisciplinario de profesionales de diferentes áreas y técnicos idoneos para el trabajo en todo el territorio nacional. Es por eso que estuvimos codo a codo junto a lxs pequeñxs agriculturxs generando estrategias para mejorar la calidad de vida  de miles de familias campesinas salteñas, defendiendo el monto nativo, colaborando ni más ni menos que con la Pachamama o la madre tierra. De esas pequeñas cosas se nutrió esta laburante trava. Mí orgullo y mí furia travesti nace de estas tierras que vio nacer a la gran traviarca paisana Lohana Berkins. Ella es mí pacha travesti que seguramente estaría junto a nosotres reclamando por lo que es justo.

En la actualidad, este gobierno considera menos importante nuestras presencias y nuestras tareas. La ley de agricultura en la Argentina es letra muerta. No se reglamenta. No se destina presupuesto para la agricultura familiar, no va más.

El Ministro de Agroindustria, Luis Etchevere (ex presidente de la Sociedad Rural Argentina) decidió despedirnos.

Hasta el momento somos más  300 lxs técnicxs de la Secretaría sin trabajo. Y hasta donde se supo, en esta nueva perspectiva de “modernización del Estado” la ola de despidos afectará a cerca de mil trabajadores  del Minagro.

Ha sido muy fina la confección de la lista de técnicxs despedidxs  en Salta. La Subsecretaría prácticamente desapareció de todo el norte salteño, aquí, en este norte de los conflictos y los piquetes, el norte de “los indios y los negros, el norte de los vagos y los que quieren todo de arriba”.  El área de género y de agregado de valor de la secretaría en Salta sin referentes y una sola compañera deberá realizar el registro nacional de la agricultura familiar (RENAF) en toda la provincia.

Párrafo aparte merece el caso de una mis compañeras despedida por segunda vez. Liliana Medina estuvo con licencia médica de largo tratamiento por violencia laboral (hasta el momento es el primer caso en el noroeste argentino) y al momento de los recambios de coordinadores provinciales, la obligaron a volver al puesto de trabajo donde sufrió violencia laboral y en esta semana la volvieron a despedir.

Intereses en la tierra por parte del poder 

Lo concreto es esto: nos dijeron que no podemos seguir trabajando. Que nuestros contratos no se renuevan. Y quedamos a la deriva  compañerxs con 25 años de servicio. Queda en evidencia que hay intereses económicos en la tierra y el territorio donde Peña Braun y Macri tienen los ojos puestos. En consecuencia es necesario que la Subsecretaría desaparezca del mapa y deje de funcionar, (al menos en el norte de Salta).

Insisto,  soy trabajadora precarizada con contrato Ley Marco que se venía renovando anualmente  con casi 16 años de antigüedad. Y Nunca dejamos de reclamar constantemente por el pase a planta permanente. Esto quiere decir, que si bien la situación se está agudizando bajo este gobierno, el conflicto ya existía durante el  kirchnerismo. No hay que perder de vista que Urtubey, nuestro gobernador, referente del peronismo en Salta , es un fiel aliado a las políticas reaccionarias de presidente Macri y su ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, ex presidente de la sociedad rural, principal responsable de nuestrxs despidos.

Necesidad de cupo laboral trans nacional 

Quiero agregar, como única trabajadora trans-travesti del Ministerio, la necesidad del cupo trans en todo el país, ya que si bien no me echaron por ser travesti, considero que sí es un hecho discriminatorio despedirme en un país donde denunciamos el abandono histórico del Estado a la comunidad trans travesti que sufrimos la violencia y la falta de acceso a los derechos más básicos para vivir. El  reclamo por el acceso y sostenimiento a un trabajo digno es un grito desgarrado que nos atraviesa.

Necesitamos que el pueblo nos acompañe pero además que nuestros gremios y sindicatos unifiquen el reclamo hacia un paro nacional porque detrás de cada despido hay una familia y porque al dejar sin trabajo a una persona trans siguen perpetuando la violencia hacia  nuestras identidades.

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