Naty Menstrual: “La militancia es la forma en que vivís”

Pinta, escribe, actúa, hace shows estilo café concert de antes y desde hace años cada domingo vende sus remeras y muñecas en la Feria de San Telmo, barrio en el que casi no hay quien no la conozca.

Por Paula Bistagnino Naty Menstrual salió de un juego de palabras con Nati Mistral, la cantante española. Se lo puso otra chica travesti un día, medio por casualidad, porque ella no se había elegido otro nombre. Y surgió, le gustó, lo adoptó y lo hizo su identidad. Naty Menstrual pinta, escribe: poesías, crónicas, aguafuertes, monólogos. Actúa: en la película Mía pero también tiene documental propio, y en teatro. Hace shows estilo café concert, performances. Y desde hace años, cada domingo vende sus remeras y muñecas en la Feria de San Telmo -en un puesto sobre el Pasaje Giuffra-, barrio porteño en el que casi no hay quien no la conozca. Fue unx de lxs invitadxs por el Teatro Nacional Cervantes a festejar los 200 años de Karl Marx. “Me llamaron para leer sus poemas y me pareció interesante. Yo sólo había estado en el Cervantes cuando me dieron mi título de locutor nacional… Lo más gracioso es que cuando lo empecé a contar muchos no me creían: ‘Pero si Marx no escribió ninguna poesía. ¡Estás mintiendo!’, me decían”. Pero no: Marx escribió poesía y Naty Menstrual fue la encargada de leerla en la jornada artística “Nace Marx”, junto a periodistas, filósofos, escritores, actores y académicos.

-¿Por qué creés que te eligieron para leer la poesía de Karl Marx?
– Yo creo que no me llamaron por mi historia con Marx sino porque leo en muchos lugares y leo a mucha gente. Creo que es sobre todo por una razón performática, más allá de lo que pueda yo saber o pensar de Marx. De hecho, yo tampoco sabía que Marx escribió poesía. Y tampoco diría que es de mi preferencia: es una poesía de otra época y de otros años. Pero es la poesía de Marx. No tiene nada que ver con “El Capital” ni con el capitalismo. Es otra cosa, es una poesía antigua. Creo que más allá del valor de la poesía en sí, tiene el valor de ser la poesía de un personaje como Marx y de mostrar un costado suyo que nadie conoce.
-¿Quién es Naty Menstrual?
-A mí esa pregunta no me gusta responderla. Y me parece que en todo caso es la gente la que tiene que responder eso. Que son los demás los que tienen que hacerse más cargo de eso, de lo que ven en mí en todo caso. Yo, qué se yo, yo soy Naty Menstrual: escribo, pinto, hago performances. Yo no voy a decir de mí misma que soy artista. Todo lo que hago tiene que ver con una autoexpresión artística. Pero no me gusta eso de soy poeta o soy escritora. Esa institucionalidad de “soy doctor, soy abogado, soy arquitecto”. Yo soy Naty Menstrual y me gusta lo creativo. Yo no necesito esa definición. Es la gente la que se encarga de decir quién sos. Pasa también con la sexualidad: si sos travesti, si sos mujer, si querés ser mujer. Y yo ahí también me defino como Naty Menstrual. Yo no ando aclarando que soy o qué no. Como tampoco ando preguntando a los demás si son heterosexuales y qué hacen en la cama.
-¿Hiciste el cambio registral cuando se sancionó la Ley de Identidad de Género?
-No, hice algo que me pareció más divertido que fue renovarme el documento de varón pero vestido de mujer. ¿Por qué tiene que corresponderse? Además a mí un nombre en un documento no me define. Porque mi documento siempre dijo otra cosa y tampoco podría decir Naty Menstrual, que es lo que en todo caso me interesa.  También soy alguien en construcción. Es un proceso que se va dando.
-Empezaste a travestirte después de los 30 pero el arte viene desde antes, ¿hubo ahí un lugar de expresión previo?
-Dibujar, escribir, o hice desde chico. Yo creo que me agarraba de eso para sobrellevar la diferencia, para resistir eso que uno siente –porque así te lo dicen- que está mal y entonces usás ese recurso para salvarte. Es bastante terapéutico encontrar la forma para sacar el diablo de adentro. No fui un chico que haya sufrido tanto por eso porque tenía mi mundo propio que me protegía. Mis problemas con mis padres no eran específicamente por ser maricón sino sólo por ser hijo. Fui bastante hábil en adaptarme al medio mucho tiempo. Hasta que a los 30 me puse la pollera y dije “se van todos a la mierda”. Antes lo había hecho como gay, pero eso es distinto. El puto del barrio se sobrelleva mucho mejor, pero ser travesti, ahí sí que «ohhhhhhh». Todavía. Porque una cosa es que un famoso se haga mujer y otra es que tu primo se haga mujer. Todavía estamos así.
¿Cómo te vinculás con el activismo del colectivo travesti-trans?
-A mí me parece bárbara la militancia y que las chicas formen parte de eso que se llama institucionalmente militancia. Pero creo también que se ponen reglas de qué es militar y yo creo que no hay una sola manera: yo creo que militar es vivir. Yo creo que cuando te portás de una manera, cuando en tu vida cotidiana reivindicás tu identidad, salís a la calle vestida de una manera, decís lo que decís, estás militando. Aunque no estés en una asociación. Una milita por causas. Pero no solo las travestis: un viejo facho como Cacho Castaña cuando dice lo que dice, Mirtha Legrand toda su vida en su programa de televisión, esos también están militando sus causas. Unx milita con su vida aunque no esté en una asociación. Si llevás una vida conservadora, estás militando por eso. Creo que uno milita hasta en la forma de tener sexo.    ]]>

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