Trans, con VIH y en situación de calle: la historia de Paris López

Estimada Laura Camus: En primer lugar, agradecer sinceramente su disposición a colaborar en su rol representante del Ministerio de Salud. Le escribo sobre el delicado estado de salud de Paris López, a partir de su propio relato y a petición de ella, junto con algunas observaciones que he podido realizar acompañándola al hospital y al consultorio (seguramente existen imprecisiones en los tecnicismos, aunque esperamos el trasfondo sea claro): Paris López es mujer trans de cuarenta años de edad, quien ha vivido en la calle prácticamente toda su vida, con VIH desde hace quince años, los últimos dos años intermitentemente en etapa SIDA. Además, cuenta hace dos años con diagnóstico de TBC (tuberculosis). La TBC empezó a manifestársele como una gigantesca hinchazón en la rodilla, donde le aplicaron corticoides. Hace un año y medio aproximadamente, su conteo de defensas del VIH llegó a estar tan bajo (20), que cuando empezó a consumir la terapia VIH junto con el tratamiento TBC, se le activó un SRI (síndrome de reconstitución inmune) que le produjo cáncer (linfoma Hodgkin). La enviaron a hacerse escáner pero afortunadamente, a las semanas el linfoma había desaparecido. Perdió todo el cabello y durante meses su rostro estuvo llenó de costras, a causa del estress y la toxicidad de los tratamientos combinados (VIH y TBC). El último control médico de Paris fue realizado en abril de 2017 en el Hospital del Salvador. Desde entonces, la han tramitado y dado una serie de respuestas contradictorias, tanto en el Salvador como en el consultorio Alessandri de la comuna de Providencia, que es donde está inscripta. Paris me ha dicho que, en vista de las complicaciones, le cambiaron el tratamiento de VIH por uno que fuese compatible con el del TBC, y que esa decisión la habría tomado una junta médica, ya que el infectólogo tratante, Dr. Ballesteros, se encontraba con licencia. Por decisión de la junta médica le dieron una nueva terapia para el VIH consistente esta vez en dos pastillas, con la cual pudo ir mejorando su estado de salud. Pero, cuando regresa de la licencia el infectólogo Dr. Ballesteros, le dice a Paris que por ningún motivo estaba de acuerdo con la terapia VIH de dos pastillas, que cómo era posible que le hayan dado eso, que le haría peor conjugada con el tratamiento de TBC y que mejor tomara la de tres… Efectivamente, luego de un primer periodo sin complicaciones aparecieron nuevos síntomas: inflamación a los ganglios, falta total de apetito, mareos que la dejaban sin fuerza para levantarse durante todo el día, somnolencia, dificultad para moverse y al hablar. La terapia de una sola pastilla, que es cara y excluyente, nunca tuvo posibilidad de accederla. Paris señala además, que asistió varias veces tanto al hospital como al consultorio –sus amigxs y cercanxs la  acompañamos en varias ocasiones- para aclarar esa confusión respecto los tratamientos indicados, pero no fue bien atendida o se desestimó su pedido, lo cual la dejó sin recibir tratamiento, estando ella al tanto de la contradicción en la prescripción médica, sin poder consultar a Ballesteros, en quien confía, y pensando, finalmente, en un riesgo de muerte. Entonces, exigimos se aclare la información ante un caso tan grave. Toda la información sobre el peligro de consumir cierto tratamiento de VIH a la par con uno de TBC fue desmentida de plano por lxs encargadxs del programa TBC del consultorio Alessandri, en donde se toman las muestras y se distribuyen los tratamientos para TBC, y que está –o debiera estar- en coordinación con el Hospital del Salvador. Yo misma acudí el viernes pasado al consultorio Alessandri y esa es la información que recibí. Pero, el día de anteayer, al acompañar nuevamente a Paris intentando que se atendiera, logramos conversar con una de las enfermeras jefas del Salvador, quien sí estaba al tanto de las contracciones entre el hospital y el consultorio Alessandri. La evidencia de esas contradicciones figuraría en la ficha médica de Paris. El Dr. Ballesteros estaría nuevamente con licencia, por lo que no ha podido ser contactado. Incluso en una ocasión, a inicios de este año, acompañé a Paris porque hubo error al programar las horas de atención por parte del Salvador, y quedó sin poder atenderse, ya que se le corrió la hora para más de un mes y medio del plazo original, sin aviso, y luego Ballesteros estuvo con licencia y no fue posible de ubicar. Si bien Paris ha dejado abandonados los tratamientos, tras las últimas averiguaciones me quedó claro que su relato es veraz, y que la poca adherencia en ciertos periodos tiene directa relación con los descuidos y contradicciones por parte de la institución salud. Actualmente, Paris está con los síntomas: flema color verde (TBC), decaimiento, drásticas bajadas de peso, depresión, problemas al caminar, manchas y heridas en la piel, características tanto del SIDA como del TBC. Pero, está todo tan atrasado y en contradicción, que todavía no tiene un diagnóstico médico  preciso. Conocí a Paris mientras estuvo hospitalizada en el Hospital del Salvador hace aproximadamente un año y medio. La conocí insistiendo en que la tratasen por su nombre social y no por el legal. Que borrasen de la pizarra del pasillo y de los pies de su cama, el nombre legal que no la identifica y que usaban para llamarla a viva voz. Algo tan básico y que le incomodaba sobremanera… Apenas el nombre, es todo lo que la salud pública reconoce a la población trans. Eso, cuando se acuerdan… Hubo que insistir en cinco ocasiones distintas, ante las expresiones de duda y escepticismo de lxs profesionales de salud. Desconocimiento total de la circular 21, que obliga a respetar el nombre social de las personas trans y cuyo propio texto incorpora la definición. Una encuesta de OTD Chile reveló recientemente que a un 96 % de la población trans se le cuestionó su identidad en centros de salud, así como un 25% recibió burlas de parte del personal. Anteayer estuvimos cinco horas instaladas en el Hospital del Salvador. Solicitamos, amablemente, el trato por su nombre social, Paris, lo cual nos aseguraron en la ventanilla de ingreso con un “sí, amor”; pero, un poco más adentro, al ir a realizar la radiografía de tórax para poder ver el avance del TBC (que estará lista… en quince días… También estamos a la espera de una segunda muestra por esputo, la primera salió negativa, pero Paris ya está presentando como decía, síntomas evidentes. La segunda muestra, más profunda, estaría lista dentro de un mes), la funcionaria sale gritando varias veces, “¡a ver, ¿dónde está Don XXX! (nombre legal)?”, llamando la atención de toda la gente alrededor, “¡tiene que ponerse esta mascarilla, porque si no, no puedo hacerle la radiografía, ¿ya, Don XXX?!”. ¿Es usual que, aparte de desconocer la circular 21 de trato a pacientes trans, se indique a gritos el uso de una mascarilla? Paris se sintió muy ofendida, ya que nunca le habían exigido algo así. ¿Y no tendríamos que usar mascarilla todas las personas que la acompañamos? ¿Por qué la enfermera jefa que conversó largamente con nosotras no exigió mascarilla, pero sí lo hizo la funcionaria de radiología? Sobre el nombre social, la misma funcionaria que toma radiografías (oficina 11) agregó, “no sé nada yo de eso, eso tiene que verlo al ingreso, no es tema mío”. ¿De quién es tema la circular 21 entonces? No es de OIRS, no es de Radiología, no es del Hospital… (Un tema más es la circular 18 (2015), y la posterior circular 7 (2016) en materia intersex. La segunda, un retroceso vergonzoso denunciado incluso por activistas intersex a nivel mundial). Eso es todo lo que tenemos disponible en normativa de salud pública, las personas trans e intersex. Organizaciones y personas trans hemos realizado varias capacitaciones en salud pública, pero es infinito todo lo que falta. Durante 2016 realicé muchas gestiones para que el Hospital El Carmen de Maipú modificara su protocolo de ingreso Florence, y de esa forma asegurar el buen trato mínimo hacia la población trans. Fue una pérdida de tiempo, ya que finalmente, cambió la administración y lo avanzado retrocedió a cero. Tuve… ¿15 reuniones para luego quedar en nada? Existen, por ejemplo, disposiciones absurdas que atan a Paris tener que ir ¡cada día! a buscar sus medicinas. Esclava del consultorio Alessandri. Cabe mencionar que Paris presenta consumo importante de pasta base (lo que no la inhabilita mentalmente…). “¿Pero razona?”, me preguntaba otra funcionaria. Sí, claro que razona. Junto con Paris y otras compañeras creamos hace poco una Revista Travesti, de la cual el 50% de las ganancias fueron destinadas a ella. Paris ha sido charlista en varios conversatorios y eventos universitarios, pero esos espacios, de tenderle una mano, nada. Parece que su experiencia solo les sirve para validar un academicismo “disidente”. Esperamos levantar un pequeño emprendimiento  laboral, seguir con nuestra revista, intentar una solución habitacional y poder cumplir un proceso adecuado en salud. Cuando yo fui detenida y torturada en la comisaría 1 de Santiago tras una manifestación (agosto 2016), Paris me acompañó los días posteriores. Así nos hicimos amigas. Luego estuvo una que otra vez conmigo, pero ya no cuento con posibilidad de alojarla. También estuvo bajo techo durante meses en otros espacios conocidos, pero al final no la siguieron recibiendo. Los dos espacios medianamente comprometidos hasta ahora, no la recibirán sin tener pruebas concretas del nivel de contagio… Por ahora buscamos, a través de esta carta, tocar más puertas. Paris ha perdido sus pertenencias y  sus terapias para el VIH confiscadas por carabineros mientras alojaba afuera del mismo Hospital del Salvador. ¡Es gravísimo e inaceptable que la policía confisque medicamentos! Aparecen de tanto en tanto, funcionarios de carabineros acompañados por un camión municipal. Las personas que son desalojadas señalan que es ilegal la confiscación. Les quitan todo, quedando solo con lo puesto. Anteayer, antes de ir al Hospital, me tocó observar cómo desalojaban a todas las personas que duermen (y viven) en otro sector, las afueras de la Iglesia Recoleta Franciscana, en donde Paris también pernocta ocasionalmente. Siendo Evelyn Matthei la alcaldesa de Providencia no me extraña, ¿pero Recoleta confiscando bienes de gente en calle? En reemplazo de la pobreza material, después de harto cloro y agua, apareció colgando en el frontis de la iglesia, un lienzo con las imágenes de Fray Andresito y el transfóbico Francisco Primero. Anteyer, pudimos irnos de regreso con la terapia para el VIH y el suplemento alimenticio en nuestras manos. En la visita logramos un sobrecupo y finalmente, ayer la vieron en infectología de VIH del Salvador. Hay que esperar resultados. Paris me dice que, si no llegaran a sacarla con perros y camiones, donde más le gusta estar… es en la plazoleta fuera del Hospital del Salvador. Dicen que Matthei enrejará la plazoleta. ¿Qué hará por ejemplo Coco, quien vive ahí hace treinta años? Es un vecino más del lugar, y Paris también lo es. ¿La nueva Oficina de No Discriminación de Providencia opera en estos casos? Le  vamos a tener que escribir, ya que el municipio está quitando pertenencias y medicamentos a mujeres trans enfermas de SIDA. Una vez sentada en una banca de esa plazoleta, Paris fue interpelada agresivamente por carabineros, debido a que una vecina los llamó para avisar que “un hombre revisaba una cartera”. Seguramente un delincuente, porque si es de calle… Muchas trans de calle han visto revertir sus transiciones físicas. ¡No dejan de ser mujeres trans! Y les seres humanes pueden usar cartera o lo que les dé la gana. Paris: “y bien de gil sería robarse una cartera y revisarla a vista y paciencia de todo el mundo… Cerrar los ojos y no querer ver atonta”. ¿Quién razona con más lucidez? Esta carta hemos decidido hacerla pública, porque a este lado existen personas que llevan demasiado tiempo esperando. Existe un mapa de personas trans y travestis en calle y en pésimas condiciones de salud. Por ejemplo, a las trans en calle que han “feminizado” su cuerpo pero mantienen carnet masculino, no las reciben en los albergues cristianos. Algunas estamos cansadas, pero para otrxs ha sido un fin de año realmente duro y cruel.  Mañana, Paris López cumple 41 años de edad. Mañana, es Día Internacional de la Lucha contra el VIH y SIDA. Vivimos en un contexto de falta de políticas públicas en VIH, en un contexto de crisis, sumado al silencio de los colectivos gays más preocupados del matrimonio igualitario y las campañas electorales que de otra cosa. ¿Quién se preocupa, moviliza e inquieta por las cuerpas más vulnerables? ¿Qué pasa con la salud trans*/travesti? Saludos y muchas gracias por su apoyo. Atte, Paris López y Niki Raveau, transgéneras/travestis         ]]>

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