Gay, mapuche y feminista: un joven chileno interroga desde el arte
La obra de Sebastián Calfuqueo viene a decirle algo a la historia, a la sociedad y a quienes le han negado sus identidades: “en sus tierras y en su cultura nos revolcamos los maricones mapuches. Esos que nadie quiere”, dice este joven de 25 años.
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La obra de Sebastián Calfuqueo viene a decirle algo a la historia, a la sociedad y a quienes le han negado sus identidades: “en sus tierras y en su cultura nos revolcamos los maricones mapuches. Esos que nadie quiere”, dice este joven de 25 años.
Por Lucas Gutiérrez
Fotos: Diego Argote y Cristian Gómez
Sebastián Calfuqueo tiene 25 años y convive con el cruce de varias identidades: chileno, mapuche, homosexual y feminista. Desde muy joven padeció la violencia y la discriminación y con el tiempo la fue exorcizando en arte.
Calfuqueo es artista visual. Su trabajo aborda los cruces de lo mapuche con la clase y el género. Lo hace desde la ironía y la denuncia, apropiándose de los objetos, las instalaciones y los recursos audiovisuales para desbordarse de las zonas impuestas.
Su obra viene a decirle algo a la historia, a la sociedad y a quienes le han negado sus identidades: “en sus tierras y en su cultura nos revolcamos los maricones mapuches. Esos que nadie quiere”, dice a Presentes.
Buscando raíces
Durante su primera adolescencia, el Sebastián citadino que habitaba las redes sociales pre-Facebook y que comenzó a buscar su identidad en las tribus urbanas, empezó a preguntarse qué lugar le correspondía, qué lugar habitaba. “Habiendo pasado por todas estas tribus urbanas pude comprender que también tenía que hacerme cargo de una historia que llevaba social y culturalmente y que me había sido negada”, cuenta. Pero la frase de su abuela le seguía retumbando en la cabeza: “En la comunidad mapuche no hay maricones”. Había algo de lo homosexual que no parecía unirse en ningún punto con lo mapuche. Hasta que conoció la historia de lxs Weyes.Nunca serás Weye
Es la voz de Calfuqueo la que pronuncia esta frase durante la videoperformance ‘You will never be a Weye’. Antes de la llegada de los españoles en las tierras que hoy llamamos Chile, existían lxs Weyes. Estxs individuxs no se adecuaban al binarismo de género, transitaban tanto en lo masculino como en lo femenino. Los conquistadores escribieron en sus diarios acerca de lxs weyes: “Este parecía un Lucifer en sus facciones” y lxs exterminaron alegando sodomía. ‘You will never be a Weye’ busca demostrar la unión entre lo queer y la cultura mapuche: “eran dos cosas que históricamente no se podían aunar. Según la historia oficial estaba ese discurso de que el homosexual es una construcción del occidente contemporáneo, casi un mal burgués, y no algo que pertenecía anteriormente a nuestra tribu originaria”.
Orgullo desinflado
Dieciocho piezas de cerámica con forma de ponys de hule con los colores de la bandera del orgullo: desinflados los primeros, llenos de contenido los del final. Esta instalación de Calfuqueo se llama ‘Ni tan pride’ (2014) y apunta directo a la interna del movimiento LGBT. “Acá en Santiago cuando se hace la Marcha del Orgullo, al principio van los colectivos más oficiales como el Móvilh o Fundación Iguales, agrupaciones de un gay muy higienizado, normativizado. Este gay no habla sobre política, ley de identidad de género o aborto, lo único que quiere es casarse. Y al final van los colectivos de disidencia sexual”, señala Calfuqueo.Feminismo mapuche
Dentro de su exposición individual llamada “Zonas en disputa”, el artista presentó un video en el que cinco mujeres mapuches y feministas deconstruyen la imagen colonial que pesa sobre la feminidad mapuche. El trabajo se llama ‘Domo’, que en lengua mapuche mapudungún significa “mujer”. Una de ellas, Doris Quiñimil, estudia el lawen, una hierba medicinal. Por medio del saber autónomo y ancestral comparte cómo se puede abortar utilizándola, como lo hacían históricamente las mujeres. Además Doris Quiñimil presenta un término: hetero wingka patriarcado. Wingka es un término mapuche que refiere al extranjero. Entonces hablar de hetero wingka patriarcado es comprender que el heteropatriarcado también pasa por condiciones coloniales. “Por ejemplo, una mujer indígena padece violencias mucho más fuertes que una mujer blanca. Estamos permeados colonialmente por el wingka”, dice Calfuqueo sobre este concepto. “Y hetero wingka, porque lo hetero es una norma”, concluye.“Romper el hetero wingka patriarcado”
Actualmente Calfuqueo es parte de ‘Rangiñtulewfü Kolectivo Mapuche Feminista’. “Somos mapuches, somos champurrias (mestizo), somos feministas y estamos en lucha”, es el lema del grupo. Y aunque fue creado hace poco, cuenta que están tratando de generar un nuevo espacio del ser mapuche. Si bien ha tenido solidaridad por parte de compañeros que han vivido lo que él refleja en su obra, aún no obtuvo mucha respuesta de la comunidad mapuche. “Son espacios difíciles de acceder cuando uno viene de la capital. Yo no fui criado dentro de una comunidad desde la temprana edad sino que me formé en la mapuchicidad muy posteriormente, porque la ciudad también coloniza demasiado a los sujetos”, explica Calfuqueo.“El arte permite generar la ruptura”
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