#Argentina: primeros datos sobre clima LGBTI en las escuelas

La Primera Encuesta Nacional de Clima Escolar para Jóvenes LGBT, realizada en 2016 por la organización civil 100 por ciento Diversidad y Derechos e impulsada por la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), revela que la discriminación y la violencia por orientación sexual e identidad de género son un problema a atender. Pero también, que la Educación Sexual Integral (ESI) es clave para promover la inclusión.

La Primera Encuesta Nacional de Clima Escolar para Jóvenes LGBT, realizada en 2016 por la organización civil 100 por ciento Diversidad y Derechos e impulsada por la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), revela que la discriminación y la violencia por orientación sexual e identidad de género son un problema a atender. Pero también, que la Educación Sexual Integral (ESI) es clave para promover la inclusión.   Siete de cada 10 estudiantes LGBTI fueron acosados en la escuela secundaria por su orientación sexual. El dato surge de la Primera Encuesta Nacional de Clima Escolar para Jóvenes LGBT, realizada entre los meses de marzo y enero de 2016, por la organización civil 100 por ciento Diversidad y Derechos, con el apoyo de la GLSEN (Gay, Lesbian & Straight Education Network) de Estados Unidos, e impulsada por la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA). Los resultados dicen además que el 54,1 por ciento de los alumnos se sintió inseguro debido a la forma que expresa su género. La encuesta señala que los jóvenes LGBTI en las escuelas argentinas no se sienten seguros. Y valora que esto tiene un fuerte impacto negativo en el ausentismo y en el rendimiento académico. Los resultados expresan que en la Argentina, lxs estudiantes no heterosexuales están expuestos de manera abrumadora al lenguaje peyorativo, prejuicioso y discriminatorio. Casi ocho de cada diez informó haber escuchados comentarios como “puto”, “trava” o “torta” usados de manera negativa. Un 30,6 por ciento  informó que el personal de la escuela no intervino cuando se expresaron ese tipo de comentarios a pesar de que casi tres cuartos de los estudiantes LGBT dicen que estas expresiones les molestan en alto grado. La muestra estuvo compuesta por 781 estudiantes de entre 13 y 18 años, procedentes de 23 provincias argentinas y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Para participar de la encuesta, completaron un formulario por internet, ya que fueron convocados principalmente a través de las redes sociales. Un dato que remarcó Martín Canevaro, Secretario General de 100 por ciento Diversidad y Derechos: el alto número de estudiantes que se definen como pansexuales (orientación sexual donde la atracción afectiva o sexual es independiente del género o sexo de otras personas, incluyendo géneros no binarios): un 33,5 por ciento. “Esto indicaría que los jóvenes ejercen su sexualidad más libremente. Se siente menos el mandato social de la heterosexualidad como identidad obligatoria o esperada”, señaló. El 58 por ciento se identificó como gay o lesbiana. Respecto del género, el 51,7 por ciento señaló femenino, el 35 por ciento masculino y el 5 por ciento transgénero.

Lenguaje peyorativo y prejuicioso

El informe puso de relieve que los estudiantes están expuestos “de manera abrumadora” a ser víctimas del lenguaje peyorativo y prejuicioso: el 76,2 por ciento informó escuchar con frecuencia a otros compañeros hacer comentarios despectivos como “maricón” o “torta”. Y un 30 por ciento reconoció que el personal no intervino ante esas agresiones, aún cuando casi el 75 por ciento de los estudiantes, expresó que les molestan en alto grado.

 

Acoso y agresión física

Otro dato destacable: el 32,7 por ciento de los alumnos manifestó haber sufrido algún tipo de acoso físico, como por ejemplo un empujón. Mientras que el 13 por ciento, dijo haber sido agredido físicamente (golpeado, pateado o herido con armas). El 54 por ciento de los estudiantes encuestados dijo haber informado sobre esas agresiones y el 42 por ciento, que la intervención de los docentes o el personal de la escuela en esas situaciones fue “inefectiva”.

Espacios discriminatorios

Entre los lugares eludidos por los estudiantes LGBTI con el objeto de no sufrir discriminación, hacen punta las clases de gimnasia, los baños, el patio y los vestuarios. La encuesta resalta como un índice preocupante el nivel de ausentismo de las y los estudiantes discriminados: -Casi un 40 por ciento informó que faltó a la escuela al menos un día al mes por sentirse incómodx o insegurx. -El 15 por ciento perdió cuatro días o más de clases. -Un 14 por ciento se cambió de escuela. “Esto demuestra que los alumnos LGBT que experimentan mayores niveles de victimización, reportan menos rendimiento académico, menores expectativas y menor sensación de pertenencia a la escuela”, explicó a Presentes Ricardo Vallarino, vicepresidente de la organización.

Alerta nordeste argentino

Otro de los datos que arrojó la encuesta, fueron las variaciones por provincias y regiones: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las provincias de  Buenos Aires y Santa Fe, reportaron menores niveles de acoso que el resto. En el extremo opuesto, la región nordeste de nuestro país no sólo tuvo mayores niveles de reporte de victimización, sino también menores niveles de denuncia por parte de los estudiantes al personal de la escuela. “Esto podría indicar que en esa región se necesita una mayor intervención de capacitación y recursos para disminuir el acoso y aumenta la intervención positiva del personal capacitado”, puntualiza el informe.

La urgencia de cumplir la ley de Educación Sexual Integral

Para mitigar el grave impacto de la violencia contra jóvenes LGBTI, dijo Vallarino, es necesario impulsar políticas públicas que capaciten a docentes y que incluyan contenidos positivos en temas LGBT en la currícula de todos los niveles educativos. “Para ello es necesario el cumplimiento y la difusión de la ley de Educación  Sexual Integral (26.150) y de la Ley de Promoción de Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en Instituciones Educativas (26.892)”, destacó. Juan Goldín es docente de Filosofía en escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires. «Soy bastante optimista. Por los lugares donde yo transito como profesor, creo que se avanzó mucho. Hay equipos de profesores que gracias a la Ley de Educación Sexual Integral se sintieron apoyados para hacer proyectos», dice.     Goldín recuerda que cuando empezó a dar clases en una de las escuelas donde trabaja, había una estudiante trans. «Fue antes del 2010. En ese momento, no le fue bien. Por ejemplo, dónde iba al baño era todo un tema; terminó yendo al baño de profesoras. El colegio en ese momento no hizo nada. Creo que hoy, después de leyes como matrimonio igualitario e identidad de género, estamos en otra situación. No sé qué pasa en escuelas del interior, pero en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, donde otras cuestiones vinculadas a la inclusión social no tuvieron tanto peso, esto tuvo impacto. Veo un cambio cultural», dice Goldín.     Hace poco, en una de sus clases, una docente que hacía sus prácticas en el aula, quiso impactar a las y los estudiantes, mostrándoles el video de una artista trans: Susy Shock. «Ya la conocemos» le dijeron «Estuvo en el colegio».  «Creo que son temas que están arraigando fuerte y que en algunas escuelas está incluso más avanzado que en el resto de la sociedad «, dice Goldín.

 

Acuerdos de convivencia con diversidad

Según la encuesta, las y los estudiantes de escuelas con acuerdos de convivencia que incluyen el respeto a la diversidad y a la no discriminación, y docentes que acompañan, «tuvieron más probabilidades de informar que el alumnado en general es más respetuoso de las personas LGBT (59,3% vs. 32,6%) y de sentir que pertenecen a su escuela (66,0% vs. 38,5%)». A fin de que las y los docentes puedan evitar la discriminación en las aulas, Vallarino sugiere: no separar en listas de varones y mujeres; preguntarles a los alumnos cómo les gusta ser nombrados; y no suponer la heterosexualidad de lxs estudiantes. Cannevaro destacó que es notoria la mejora en los índices de presentismo, las expectativas educativas y el sentido de pertenencia a la escuela de los estudiantes cuando existen acuerdos de convivencia que incluyen el respeto a la diversidad y a la no discriminación. “Esto indica la necesidad pedagógica urgente de promover el respeto por la libre expresión de la orientación sexual e identidad de género en las escuelas, para que se garantice el derecho social a la educación de miles de jóvenes”. Desde 100 por ciento Diversidad, informaron que el estudio será entregado a las autoridades del Ministerio de Educación de la Nación y de las provincias, acompañado por una serie de recomendaciones para mejorar el clima escolar.   Leé la encuesta completa acá. Las fotos que ilustran esta nota son de la cartelera y de una instalación interturno en el Colegio Mariano Moreno de la Ciudad de Buenos Aires. La imagen de apertura es de la tapa de la encuesta.  

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2 comentarios

  1. Leo muchas expresiones de deseo, este Goldin podría escribir un libro de «cómo vivir en un mundo imaginario para no deprimirse con la realidad» jaaaa, vive en Argentina? parece que no, o sale poco a la calle, cada vez hay mas discriminación. Además es gracioso, la nota habla de discriminacion y sus declaraciones hablan de un mundo Disney. Mucha incoherencia

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