chanson lisérgica. Agudos y graves se alternan subvirtiendo toda rigidez genérica. Las canciones, cargadas de humor y referencias populares, se transforman en una plataforma para el despegue de historias que pasean por los bordes de lo contemporáneo. Presentes le hizo 5 preguntas al cronista, documentalista y performer todoterreno Juan Tauil, en el marco de la presentación de «Medicada». El domingo 29 de octubre, Sentime Dominga se presenta en Los Chisperos, San Lorenzo 365, San Telmo (CABA).

-¿Cómo se construyó el personaje “Sentime Dominga?

– A los tumbos y con dolor y soledad, como toda génesis de una identidad nueva, disidente. Sentime Dominga es un dandy migrante de los interiores sangrantes de la Matria, que cuenta lo que ve, lo que siente, lo que vive. Se niega a ser una simple testiga como soy yo, Juan. Es un personaje con amigues eternos con quienes recorre mil caminos polvorientos. Valeria Cini, Itu Itulain, Veroki Barrera, Martín Santagada y Matías Okosi son esos amigos, con quienes nos divertimos mucho, creamos y compartimos sueños y visión del mundo.

– El primer disco de la banda fue “Operada” (2013) ahora el segundo “Medicada” ¿Estamos al borde de una trilogía de intervenciones?

-Si, se viene «Ida», que va a ser un despegue, una externación, una salida de la corporalidad. Mientras que «Operada» era tierra pura, con los recuerdos y aromas de mi tierra natal, Santiago del Estero, «Medicada» es más corazón, sentimiento… del amoroso y del que tiene que ver con lo político; porque la política es sentimiento, deseo.  «Ida», naturalmente, va a ser un vehículo para evadir la realidad… y no puedo contar más…

– ¿Banda queer o integracionista? 

– A mi más que queer me gusta usar el «mostra». Somos un grupo de «mostras» que toca donde puede, donde encuentre el intersticio para hacerlo: en un museo, en una galería de arte, en la casa de un amigo, en un centro cultural de la ciudad, en el patio del Indio Froilán, en Santiago del Estero. Nos escuchan amigos, amigos de amigos y nos encanta esa permeabilidad con la que nos movemos.

-¿Qué ingredientes clave – de cualquier tipo- tiene “Medicada”? 

– El ingrediente clave de «Medicada» es la ironía. El cliché también es un elemento al que recurro cuando quiero divertirme, cuando quiero denunciar al sistema. No lo hago como un consumo irónico, sino como un producto fruto de la sociedad de hoy, llena de contradicciones. Muchos se enojan conmigo cuando, por ejemplo, una viola eléctrica tipo western suena en una canción sobre Santiago… y yo los invito a que vengan, vean que es muy evidente el parecido con el lejano oeste norteamericano, a nuestro modo, por supuesto.

¿Con qué nos encontramos en un show de Sentime Dominga?

-Con una alquimia entre el campo y la ciudad, con el aporte virtuoso de la cantautora Valeria Cini. Siempre se entretejen textos autobiográficos en una trama musical maderosa, con repiqueteos y bombos que retumban entre profundos vahídos, como si viajáramos en un sulky. Un glamour polvoriento de plumas, terciopelo y humo de palo santo. Podés escuchar el disco acá.]]>