Entró en vigencia Ley de Identidad de Género en Chile
Tras cinco años de discusión, finalmente entró en vigencia la Ley de Identidad de Género (LIG).
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Por Airam Fernández, desde Santiago de Chile
El 27 de diciembre de 2019 quedará registrado como un día histórico para la comunidad trans de Chile: después de más de cinco años de discusión, finalmente entró en vigencia la Ley de Identidad de Género (LIG) que permitirá a las personas trans cambiar su nombre y sexo registral y adecuar sus documentos de identificación para que estén acordes con su identidad.
Paula Carrasco es tarotista, actriz, activista y vocera del área trans del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). Este viernes se convirtió en la primera persona en iniciar el trámite en el Registro Civil de Santiago, el organismo encargado de otorgar identidad y documentos que la acreditan a ciudadanxs chilenxs y extranjerxs residentes en este país.
“Siento que hoy nazco nuevamente”
Su audiencia para el cambio era a las 8:30 am pero se retrasó varios minutos. Durante la espera, Paula conversó con Presentes y confesó sus nervios y emoción: “Lo primero que hice en la mañana al despertar fue agradecer a los orishas, porque creo en ellos. Les di las gracias por permitirme vivir este momento a mis 42 años”. A las 8:45 am, entró a una sala acompañada de Rolando Jiménez y Óscar Rementería, voceros del Movilh. Para hacer el trámite, es obligatorio llevar a dos testigos y Paula los eligió a ellos. La audiencia duró media hora.
“Siento que hoy nazco nuevamente, con la identidad que siempre tuve pero que siempre me fue negada. Esto marca un antes y un después para nuestra comunidad, para mejorar sustancialmente nuestra calidad de vida. Y creo que se vuelve más especial poder vivirlo en estos momentos tan críticos para el país”, dijo Paula al salir de la audiencia.
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“Finalmente puedo cerrar un ciclo crucial en mi vida”
Alejandro Berríos, de 21 años, fue la segunda persona en lograr el trámite en esa oficina. Uno de sus testigos tuvo un percance en el camino y se demoró. Eso lo puso más nervioso y a caminar de una esquina sin saber qué hacer. La noche del jueves durmió poco: salió de madrugada del bar donde trabaja como mesero y a su casa llegó a las 4am. A las 6 sonó el despertador. Sólo pudo comerse una fruta, se vistió y se marchó al Registro Civil.
Siente que este viernes 27 culminó su transición: “Esperé tanto tiempo que no me lo creo. Finalmente puedo cerrar un ciclo crucial en mi vida. También estoy muy contento porque además me acompaña gente que es súper importante para mí y sé que soy un privilegiado por eso, pues la mayoría de las personas trans solo reciben rechazo de sus familias”, expresó Alejandro antes de entrar a la sala, finalmente acompañado de sus dos testigos.
En 45 días hábiles, Paula y Alejandro tendrán su cédula con las correcciones de sus nombres e identidad de género. Mientras ellxs realizaron su trámite, en otras oficinas del Registro Civil ocurrió lo mismo con otras personas trans.
“Tengo 45 años esperando por este momento”
Alejandra Soto, presidenta del Sindicato de Trabajadoras Sexuales Trans Amanda Jofré también llegó al Registro Civil. La acompañaron otras mujeres trans y trabajadoras sexuales migrantes que acoge la organización. Explicó que ninguna logró obtener cita para el primer día y se quejó porque cree que las autoridades le dieron prioridad a los trámites que el Movilh acompañó durante la mañana de este viernes. Dijo que por eso vinieron en grupo a pedir cita para todxs sus compañerxs, pero un funcionario le indicó que por ahora solo tenían cuatro cupos y que debían esperar a que abrieran otros en el sistema.
A ella le asignaron su cita para marzo del próximo año. “Tengo 45 años esperando por este momento, así que estoy dispuesta a esperar tres meses más, aunque eso signifique tolerar que algunos dirigentes que históricamente no han hecho nada por la comunidad trans pretendan venir a colgarse de nuestras tetas justo ahora”, manifestó.
“Ver en mi cédula el nombre que escogí es uno de mis sueños más grandes”
Abigail Ibarra, de 43 años, es una de las trabajadoras sexuales que forma parte de este sindicato. Es venezolana y vive en Chile hace dos años: “Me siento muy agradecida con este país porque nos da esta oportunidad a mí y a otras compañeras migrantes que no tenemos este derecho en nuestros países y que además trabajamos en esto por pura necesidad”, dijo.
“Ver en mi cédula el nombre que yo escogí es uno de mis sueños más grandes”, añadió. Pero justo ahora no puede cumplirlo porque su cédula chilena está vencida y no tiene posibilidades de renovarla hasta que el Departamento de Extranjería y Migración apruebe su residencia definitiva en el país.
Constanza Valdés, asesora legislativa trans y codirectora de la Asociación de Abogadas Feministas de Chile explicó a Presentes qué se debe hacer en casos como ese: “Si una persona trans migrante está tramitando su residencia definitiva es más complejo. Necesita tener eso resuelto y además hacer otro trámite para inscribir su nacimiento en Chile. Sin eso no se puede hacer”.
Hasta la mañana de este viernes, el Registro Civil contabilizaba 972 citas tomadas para este trámite histórico. El primer día de la entrada en vigencia de LIG, —ingresada el 7 de mayo de 2013 al Senado— se concretaron 136 trámites, 53 de ellos en la Región Metropolitana, señaló a Presentes Elssy Sobino, subdirectora de Operaciones de la institución. La ley establece dos procedimientos para el cambio de nombre y sexo registral: uno administrativo ante el Registro Civil para personas mayores de 18 años solteras, y uno judicial, ante Tribunales de Familia para adolescentes y personas con vínculo matrimonial vigente. Cuando fue aprobada, las infancias trans quedaron excluidxs.
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